Nuestros hijos, desde que nacen, se van preparando poco a poco para ir separándose gradualmente de nosotros. Primero les alumbramos a ellos, y después alumbramos la placenta que les nutrió durante nueve meses a través de nuestro cuerpo. Después se alimentan a través de nuestro pecho, hasta que un día empiezan a comer alimentos sólidos por sí mismos. Unos meses después aprenden a andar y ya no necesitan nuestros brazos para deplazarse.
Ver a nuestros hijos crecer nos llena de sentimientos encontrados. Por un lado nos llena de orgullo, y en ocasiones resulta liberador para nosotros, como padres, ver que poco a poco van ganando una mayor autonomía y nos demandan menos atención. Pero verles crecer también es doloroso, y exige una gran generosidad por nuestra parte para no entorpecer el proceso.
Un día nos descubrimos rememorando, con nostalgia, sus primeras semanas de vida, y descubrimos que ya sólo recordamos los buenos momentos. ¿Es el miedo a perderlos? ¿El miedo a lo desconocido? ¿El dolor de saber que cada vez somos menos necesarios para ellos? No lo se a ciencia cierta, lo único que se es que ver crecer a mis hijos me duele, me llena de orgullo, me da miedo, me hace feliz y me entristece. Y todo ello al mismo tiempo.
Es una de esas grandes contradicciones de la maternidad; cuando nacen estamos deseando que crezcan un poco para tomarnos un respiro, y cuando han crecido queremos que nos devuelvan a nuestros bebés. Y ese es el gran reto también, conseguir disfrutar de cada etapa sabiendo que no va a volver, y lo que ahora echamos de más, algún día lo echaremos de menos.
También te puede interesar
[srp widget_title_hide=»yes» post_limit=»8″ post_content_length=»30″ post_content_length_mode=»words» post_date=»no» post_author_url=»no» post_category_link=»no» post_include_sub=»yes» title_string_break=»» string_break=»…Seguir leyendo →» category_include=»491″ nofollow_links=»yes»]
Totalmente de acuerdo. Yo muchos días siento ganas d llorar por no tener ya a mis bebés y pensar que no puedo volver atrás para aprovechar un poquito mejor el tiempo que pasaba con ellos (no tengo ayuda de nadie y paso todo el día sola con ellos); alegría de ver lo lindos q están creciditos y ver lo q van consiguiendo por sí mismos; desesperación porque crezcan para pasar ciertas etapas (rabietas…); rabia por lo rápido que pasa el tiempo; miedo a que se hagan mayores…
Creo que podría pasar mucho tiempo escribiendo sobre todo lo que siento.
Convertirme en mami de mis tres pequeños milagritos es lo mejor que me ha pasado en la vida, y está claro que ahora tendré muchísimas alegrías pero también pasaré momentos de sufrimiento. Aún así, esto no lo cambio por nada del mundo!!!
es cierto, ahora que Lola ya es más independiente, esos pensamientos han aparecido en mi y por una parte me llena de emoción ver lo mayor que está y por otra parte me gustaría tenerla en una burbujita solo para mí, pero esto último no puede ser, sería una mala madre si hiciera eso.
Un beso
Con mi primera hija sólo tenía ganas de verla crecer, ganas de darle un trozo de pan, fruta de verla gatear, andar, hablar y un largo etc. Pero llega un momento en que te arrepientes de haber tenido esas terribles ganas de que pasara el tiempo rápido y te das cuenta de que ya no hay marcha atrás.
Por suerte la vida me ha dado una segunda oportunidad y después de tener a los tres pequeños cada vez que la idea de «acelerar el proceso» viene a mi cabeza la echo al instante y me digo, disfruta.
El problema es que el tiempo pasa igual de rápido…pero cada día intento recordar la mejor frase que he oído en mi vida: Ya que no podemos sumar minutos a nuestras vidas, sumemos vida a nuestros minutos 😉
a mi me pasa lo mismo me duele ver como ya han pasado casi dos años y no me he enterado
Que bien lo has descrito! Yo tengo esa nostalgia de cuando mis gemelos eran bebes. Como me quedaba pegada mirandolos dormir, como se tocaban uno al otro, etc. Ahora ya tienen 9 años y siento terror de verlos como se van independizando, como Yo comienzo a ser un mero espectador de sus vidas. Me has dado ideas para postear en mi Blog! Gracias 🙂
Oye casi me haces llorar! A mi también me encanta y me aterra a la vez ver crecer a mis niños.
Es exactamente lo que hoy estoy viviendo, esa tristeza de ver como crecen y ya quieren ser independientes, pero a la vez un orgullo de saber que se sienten capaz de enfrentar el mundo sin temor, temor que yo aún siento porque creó que el mundo se me los va a tragar pero yo debo fingir ser fuerte y darles la confianza que necesitan para avanzar. Sólo le pido a Dios que me de las fuerzas para enfrentar esta etapa y poder brindarles el apoyo que esperan de mi.
Como t entiendo en este momento estoy pasando por ese dolor yno se como sobrellevarlo estoy desesperada angustiada pero delante d el debo ser fuerte Dios dame esas fuerzas
Nuestros mellis cumplen mañana 13 años, he pasado de estar sobrepasada , en total tenemos 4 hijos, y ahora cuando tomo distancia, los veo conversar, pelearse, tomo conciencia de lo que han crecido…. y en esta semana , Agus que siempre se bancò el decir de todo el mundo: ahhh la nena es mucho mas grande! En esta semana se comparan que paso de altura a su hna!, por primera vez los separaron en cursos diferentes en el secundario, y sus personalidades siempre bien diferenciadas, un placer!
Soy Juan, siento igual, mucha nostalgia, sentimientos encontrados…mi hijo tiene 12 y mi nena 5. Mi esposa es diferente y me regaña de que no sea llorón, pero me da ese sentimiento de verlo crecer sobre todo al mayor…la nena pues va para allá…