Veraneo en este mismo lugar, año tras año, desde que aún estaba en el vientre de mi madre. Cada rincón de este lugar, a pesar del paso del tiempo, está repleto de recuerdos de mi infancia.
Es extraño estar aquí ahora. Aquí siempre fui niña, pero ahora soy madre, y mis hijos se pasean por estas mismas calles construyendo sus propios recuerdos y sobreescribiendo los míos.
La casa a donde iba a recogerme mi primer amor con seis añitos. La piscina en donde aprendí a nadar. Mis fotos en bikini en blanco y negro. El berrinche que me pillé cuando un globo traicionero se escapó por la ventana. La playa donde tantas veces me he tumbado a mirar las estrellas. Las travesuras que hacía con mis hermanos. La casa de una de mis mejores amigas de la infancia de quien llevo más de 15 años sin saber nada. El bar en donde tuvo lugar mi primera borrachera.
Todo está aquí; cada gota de mar y cada grano de arena encierra un trozo de mi infancia. Los recuerdos me salen a borbotones y me hacen sentirme niña otra vez. De pronto nada es más importante que ser feliz, y no necesito más que mirar al mar para conseguirlo.
La playa siempre huele a niñez, juego, alegría, libertad. Pero es que esta no es una playa cualquiera, es MI playa. Ese pequeño rincón de la tierra en el que cada año me reencuentro con la niña que fui. ¿Qué pensaría ella de la persona en la que me he convertido?
Esta es la última noche que pasaré escuchando el mar y, como cada año, no puedo evitar sentirme triste por tener que dejar atrás a esa niña que fui para retomar la vida de la adulta que soy ahora.
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Qué bonito, Y se ve todo tan cerca, verdad? No parece que haya pasado tanto tiempo.
A veces pienso lo mismo, pero me alegra el haber podido tener la oportunidad de volver a ser un poco niña al lado de mis dos peques. Estoy viviendo unos años increíbles! Y ver que alguien ‘sobreescribe’ tu historia de tu mano, es genial, ¿no crees?
No se qué decirte, me produce una extraña sensación de melancolía que se mezcla con mi habitual sensación de tristeza cuando me toca volver de la playa. Es como una mezcla de confusión con una cierta resistencia a crecer y a que se sobrescriba mi historia. No se, es muy raro. Es como si la niña que fui se fuese difuminando cada vez más en mi memoria a medida que crezco. Estoy en una fase muy rara de mi vida…
que bonito!!!!