Balance del año 2013: Mellizos de 28 meses

Hoy es el último día del año 2013, y me encuentro un poco melancólica. Y es que viendo las fotos que le he estado haciendo a mis mellizos de 28 meses a lo largo de este año me he dado cuenta de que, ¡El 2013 me ha robado a mis bebés!

Así es, empecé el año con dos bebés que andaban torpemente por la arena del parque, el cual además no les gustaba demasiado, y acabo el año con dos niños que ya saben correr, saltar, desvestirse solos y hasta usar un pincel. Juzgad vosotros mismos:

Cómo podéis ver, no es un tópico eso de que los niños crecen a una velocidad de vértigo, lo cual es una poderosa razón para disfrutar de ellos cada minuto. Y ahora que lo pienso, también debería hacerles más fotos (primer propósito del 2014).

Para mí, el 2013 ha sido un año muy intenso, un año que pasado por mi vida como un relámpago, un año lleno de «primeras veces», como por ejemplo:

• Los primeros besos y abrazos: Lo confieso, me derrito totalmente cada vez que consigo que me den un beso o me abracen. Si bien saben hacerlo sin problemas, generalmente no se prodigan demasiado, lo que me hace desearlo y valorarlo aún más. Y esto me hace preguntarme, ¿Donde está el límite entre la mamá cariñosa y la mamá pesada? ¿Soy la única multimadre loca que va por su casa con cara de perro pachón pidiendo un beso?

• La primera separación: La tarea más difícil de todo el año; aceptar que mis mellizos ya son lo suficientemente mayores como para quedar al cuidado de otras personas. ¿Os podéis creer que sólo les hemos dejado al cuidado de otras personas que no seamos su padre y yo tres veces contadas? Y no estoy hablando de desconocidos precisamente… ¡Sino de su abuela! ¡Así lloré cuando me tocó dejarles en la guardería por primera vez!

• Sus primeras palabras: Con lo preocupada que estaba yo hace unos meses porque mis mellizos no hablaban nada de nada, y ahora no se callan ni cuando están durmiendo. Lo siguiente que nos toca es determinar en qué idioma hablan exactamente porque generalmente no entendemos demasiado lo que dicen. Recuerdo perfectamente la primera palabra que pronunciaron; estábamos los tres metidos en la bañera y de pronto escuché «agua«. Miré a mi hijo con incredulidad y lo repitió un par de veces. Y al oirle mi hija empezó a decirlo también. Fue un poco decepcionante que su primera palabra no fuera «mamá» o «papá» pero al menos puedo presumir de tener unos hijos muy limpios 🙂

• Los primeros conflictos: Reconozco que este año ha sido mucho más exigente a nivel emocional, lo que me ha hecho perder la paciencia un par de veces al día. Y también, por primera vez, mis mellizos han logrado herir mis sentimientos y arrancarme alguna lagrimilla cuando se enfadan conmigo y me gritan «¡Vete! ¡Vete!».

• Sus primeras brechas: Ya sabía yo que este momento tenía que llegar tarde o temprano, aunque creo que ninguna madre está preparada para salir corriendo a urgencias con su hijito de dos años con la cara llena de sangre. Este año 2013 se han estrenado los dos con sendas brechas en la cabeza. ¿Qué será lo siguiente? Creo que no quiero saberlo…

• La primeras travesuras: Este año mis mellizos se han especializado en el robo por asalto; cajas de tampones desperdigadas por el suelo, robo sistemático de latas de maíz (les encanta), sustracción no autorizada de cremas varias que acaban impregnando cualquier lugar por donde pasan… ¡Y es que ya no es tan fácil evitar que cojan las cosas porque trepan prácticamente a cualquier lado! Últimamente mi hija se está especializando también en el robo por descuido y con esos deditos tan finos es capaz de robarme cualquier cosa del bolsillo sin que me entere (sobre todo el teléfono móvil). Y mención aparte merece también su etapa nudista, en la que se produjeron un par de incidentes que dejaron las paredes finas de caca… ¡Qué creativos son mis niños!

• ¡Las primeras coletas de mi hija! Se que es una frivolidad, pero me hacía ilusión. Hubo un momento en el que pensé que mis mellizos se me quedaban calvos para siempre, y no dejaba de mirar embobada a los típicos recién nacidos peludos muerta de envidia, pero queridas, os prometo que todo llega. Este año, más que coletas nos salen kikis de estos que la gente le hace a los perros pequeños, pero seguro que el próximo año a estas alturas habré conseguido hacerle a mi princesa un par de trenzas. ¡Por fin me siento madre de una niña!

Después de todo esto sólo me queda agradecer a C. y G. este tercer año maravilloso a su lado, y desear que el año 2014 venga también cargado de primeras veces tan especiales como estas. Algo me dice que me lo voy a pasar bomba. ¡Nunca perdáis esa capacidad continua de sorprenderme chiquitines!

Os deseo a todos una muy feliz entrada en el año 2014 junto a vuestra familia. ¿Me contáis los hitos que han alcanzado vuestros hijos este año?

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