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La historia de mi lactancia es un poco larga y complicada, dado que después del nacimiento de mis mellizos pasamos mucho tiempo separados y además las circunstancias de cada uno de mis hijos al nacer fueron muy distintas. Por ello la dividiré en varias entradas distintas. Así que en esta entrada os contaré como fueron esas primeras 48 horas después del parto separada de mis hijos. Después relataré como logré establecer la lactancia con mi hijo, quien apenas estuvo ingresado 2 días en observación, y también os contaré como logré establecer la lactancia con mi hija, a pesar de que estuvo ingresada en Neonatos durante siete largas semanas. Finalmente, os hablaré también sobre cómo es la lactancia materna exclusiva con mellizos una vez instaurada y os contaré mis truquillos para hacerlo más llevadero.
Hasta que conseguí ser madre pasaron tres largos años, y para amenizar la espera me dediqué todo ese tiempo a leer e informarme acerca de la crianza, el parto respetado, el cuidado del bebé… y por supuesto sobre lactancia. Desde que supe que estaba esperando mellizos me informé a conciencia acerca de las particularidades de la lactancia con múltiples, los mitos que existen sobre el tema, las distintas posturas para darles de mamar a la vez y las dificultades en el establecimiento de la lactancia con bebés prematuros.
En fin, podríamos decir que llevaba la lección bien aprendida. Incluso me llevé al hospital una copia digital en el móvil del libro “Un regalo para toda la vida” por si me surgía alguna duda puntual, varias guías de lactancia que me había descargado y los datos de cotacto de algunas asesoras de lactancia por si necesitaba ayuda. Nada podía salir mal.
Y al fin llegó el día de mi cesárea programada. Ingresé a primera hora de la mañana y a las 11:45 ya habían nacido mis dos hijos. Los neonatólogos se los llevaron rápidamente para revisarlos y yo me quedé ingresada en la unidad de recuperación ya que me había dado una subida de tensión postparto. Apenas había podido verles unos segundos, lo suficiente como para comprobar con mis propios ojos que había tenido dos hijos sanos y preciosos. Mi hijo, que evolucionó favorablemente durante todo el embarazo, nació pesando 2200 gr. Y mi hija, quien arrastraba un Crecimiento Intrauterino Retardado (CIR) severo, nació pesando apenas un kilo pero en muy buen estado, respiró por si misma desde el principio y en un par de horas pasó de la Unidad de Cuidados Intensivos a la Unidad de Cuidados Intermedios. Me alegré muchísimo cuando me enteré, después de estar temiendo por su vida desde la semana 20 del embarazo había nacido viva y sin secuelas aparentes. ¿Qué más podía pedir?
Esa misma noche logré que me subieran a planta. Mientras tanto, mis hijos permanecían ingresados aunque estables, y yo no dejaba de preguntar una y otra vez cuando podría verlos. Al final no fue posible y esa noche me dormí triste y agotada, pero a la vez ilusionada con poder verlos al día siguiente. Las enfermeras me trajeron calmantes y recuerdo haberles repetido una y otra vez que quería darle el pecho a mis niños para asegurarme de que las pastillas que me daban eran compatibles con la lactancia, y sobre todo para que no me trajeran la pastilla para cortar la leche. Recuerdo que unos días antes del parto había leído en un foro el testimonio de una chica que afirmaba que le habían traído la pastilla sin haberlo solicitado y que casi se la toma sin querer. ¡No quería que eso me pasase a mí!
Al día siguiente me levanté bastante dolorida y un poco confusa, y volví a pedir ver a mis hijos. Cuando vino el ginecólogo de guardia y me dijo que aún no podía ver a mis hijos porque era necesario continuar con la medicación intravenosa se me vino el mundo encima. ¿Acaso no existían los goteros portátiles? ¿Pasaría algo tan grave si se interrumpía la medicación durante tan sólo cinco minutos? Supliqué, lloré, me enfadé, pero no sirvió de nada. No hacían más que decirme que los niños estaban bien y que me conformase con ver las fotos que había hecho mi marido con el móvil. Incluso el ginecólogo me dijo, con cierta sorna, que más me valía tranquilizarme puesto que cuanto más nerviosa me pusiera peor sería para mi tensión, y que a este paso iba a tardar bastantes días en conocer a mis hijos.
Cómo os podréis imaginar fue uno de los días más tristes de mi vida y nadie parecía entender lo mal que me sentía, aunque algunas enfermeras trataban de animarme. Oía bebés llorando en las otras habitaciones y yo que había tenido dos tenía los brazos vacíos. El que tenía que ser el mejor día de mi vida se convirtió en una pesadilla e incluso tuve que pedir que me sacasen la cuna de mi habitación porque no soportaba verla vacía.
Pasadas unas horas logré calmarme y volví a pensar en el tema de la lactancia. ¿No debería estar haciendo algo al respecto aunque no tuviera a los niños conmigo? Las enfermeras que venían periódicamente a revisarme me examinaban el pecho, todas me decían que tenía “buen calostro” pero nadie me decía lo que tenía que hacer y, ¿Cómo iba a subirme la leche sin ningún tipo de estímulo? ¿Cuántos días más iba a estar separada de mis hijos? ¿Y si se me cortaba la leche por estar tanto tiempo separados?
De pronto me veía perdida y bastante confundida y tanta teoría no me estaba sirviendo de nada. Así que decidí hacer algo para sentirme mejor y pedí que me trajeran un sacaleches eléctrico (aunque yo traía en la maleta un par de sacaleches manuales por si acaso). Después de preguntar a un par de enfermeras, conseguí que una de ellas me lo trajera aunque me dijo que personalmente me lo desaconsejaba ya que me iba a provocar una mastitis. Reconozco que me hizo dudar, pero finalmente decidí confiar en mi instinto y enchufé aquel extraño aparato. Prefería pecar por exceso antes que por defecto.
La primera vez que usé el sacaleches me sentí muy extraña, e incluso me asusté al ver cómo se iban agrandando los pezones como consecuencia de la succión. ¿Aquello era normal? ¿Por qué no salía nada de nada? Volví a llamar a otra enfermera y le pregunté. Ella me revisó el pecho una vez más, apretó el pezón y me enseñó las gotas de calostro que salían. Aparentemente todo estaba en orden. Sin embargo, cuando yo apretaba no lograba sacar ni una gota, lo único que conseguía era hacerme daño. Me dijo que continuase haciendo extracciones cada dos o tres horas, y que tuviese paciencia. Así lo hice y, finalmente, al tercer intento cayeron un par de gotas de color amarillento, casi transparente. Al fin estaba ahí ese oro líquido tan maravilloso, el calostro. Llamé a una enfermera y lo recogió con una jeringuilla para dárselo a mi hija, que era la que estaba más débil de los dos. En ese momento recobré la confianza en mi misma y supe que podía hacerlo. Me estaban robando las primeras horas de vida de mis hijos pero no iba a dejar que me robasen también mi lactancia, nuestra lactancia.
tu valentia es ejemplar … nadie puede separarte de tus hijos a mi me la quitaron segun nacio por estar 27 horas sin aguas y me rompieton el alma quitarme a mi hija los primeros minutos de vida …
Gracias por tu comentario Babychloe. Leí la historia de tu parto en el blog de Papá Digital y también es bastante terrorífica. ¿Hasta cuando seguirán pasando estas cosas? Un abrazo
Pepito y juan pablo
Hola, este es un mensaje para las madres que aun no han tomado una decision y que estan a tiempo de tomar vuestra propia decision, independientemente de la opinion de los medicos, y guiandos por vuestro instinto protector de madre y por la fé en Dios.
A mi me diagnosticaron un cir selectivo tipo iii y transfusion fetofetal en la semana 20 de embarazo gemelar. Acudimos al dr Gratacós y nos lo explico claramente, si haciamos la oclusion a un gemelo, el otro podría sobrevivir. El gemelo mas pequeño no tenia (segun todos los medicos) probabilidades de sobrevivir…. Pero yo JAMAS pensé en darle la espalda a ese pequeño que estaba agarrado a mi y a su hermano con tantisima fuerza…. a pesar del diagnostico tan sumamente desalentador tomamos la decision de darle una oportunidad de vivir, teniendo en cuenta el riesgo para nuestro otro hijo, pero yo confiaba plenamente en su fortaleza… sobretodo tenia FÉ en Dios y me encomendé a Juan Pablo II, de ahi que mi hijo se llame Juan Pablo.
El dr gratacos respeto en todo momento mi decision, le dije claramente que no me tocara NI UN PELO NI UNA VENITA que pudiera darle sangre y vida y realizo la cirugia fetal solo para separarles los cordones, y asi a mi parecer cada uno lucharia por separado y tendria su oportunidad para vivir. Yo como madre debia darles como minimo eso y no tirar por lo facil y quedarme con el que segun ellos podia ser un bebe sano, yo queria a mis DOS hijos y debia defenderlos. Temia por la vida de mi hijo sano, pero sabia que pepito, asi se llama, pero sabia que era fuerte para aguantar por su hermano, ya lo habia hecho desde el principio…
Contra todo pronostico Juan Pablo llegó a la semana 28 sin apenas placenta y llego el momento crítico de sacarles a los dos, ya que el pequeñito ya no aguantaba.
Nacieron con un peso de 550gr Juan pablo y 900gr pepito, en el hospital de la paz.
Estubieron ingresados muchos meses de sufrimiento, juan pablo tubo dos neumotorax, neumonia, derrame cerebral etc… nadie daba un duro por su vida… menos yo
Despues de 4 meses le dieron el alta! increible a mis ojos…
Hoy es un bebe de 7 meses (10 de edad cronologica) es un niño sano con el simple «pero» de que es mas pequeñito que su hermano y esta mas atrasado de movilidad, nada que no se arregle con el tiempo! non para de reirse y su hermano y el son inseparables, como lo eran desde un principio.
Con esto quiero deciros que no os dejeis llevar por los diagnosticos y probabilidades,mi hijo solo tenia un 2% de sobrevivir y lo consiguio….. DARLES UNA OPORTUNIDAD Y NO OS DEFAUDARAN, SOYS LAS UNICAS QUE PODEIS DEFENDERLOS Y CREER EN ELLOS, POR QUE LA FUERZA Y LAS GANAS DE VIVIR QUE TIENEN SORPRENDEN A LOS MAS INCREDULOS, y sino que se lo pregunten a mi hijo Juan Pablo….
Hola, hiciste que se me salieran un par de lagrimas con tu historia… yo estoy esperando 2 bebes, tengo 15 semanas y lo que mas quiero es verlos y tenerlos conmigo.. no puedo creer que no te hayan dejado verlos por tanto tiempo! ojala no me pase igual. 🙂 bueno, suerte con tus bebes.
Hola Angela. Yo también espero que no te pase lo mismo que a mí, seguro que no 🙂 El problema en mi caso fue que llevaba medicación intravenosa para bajarme la tensión y no me dejaron desconectarme o bajar a verlos con un gotero portátil. ¡Pero eso no tiene por qué pasarte a tí! Si que es verdad que en el caso de los embarazos múltiples es más común la separación porque el parto suele ser más complicado y muchas veces los bebés son prematuros y tienen que quedar ingresados por bajo peso. Pero creo que aún así en una situación normal habría podido conocerlos esa misma noche. Te deseo mucha suerte con tu embarazo.
Tengo pendiente una entrada sobre este mismo tema, mi situación fué bastante diferente a grandes rasgos puedo resumir que me hicieron la cesárea y no pude verlos hasta el día siguiente, nadie me enseñó fotos de los bebés porque todo el mundo quería que yo los viera en directo, a mi me pusieron en el área de ginecología donde estaban mujeres operadas de lo que fuera y mamis cuyos hijos estaban en neonatos. Al día siguiente pude verlos, las enfermeras de neonatos me llevaron a la zona de biberones donde las enfermeras me explicaron como debía hacer para extraerme la leche mientras estubiera en el hospital y como hacerlo cuando me dieran el alta. En el hospital junto a neonatos había una zona de extración con sacaleches muy potentes donde podías extraer leche, mientras estube ingresada bajaba siempre que el cansancio me lo permitía, las matronas me recomendaron uno eléctrico para cuando fuera a mi casa, aunque el tiempo que los niños estubieran hospitalizados podría usar el que hubiera alli, lo que hice fué en casa me extraía la leche que podía y la llevaba al hospital y una vez allí cuando iba a ver a los niños me extraía con el sacaleches de allí o les daba pecho una vez que me permitieron.
En la zona de biberones me recomendaron un buen grupo de lactancia… desgraciadamente el cansancio de cuidar dos bebés sola hizo que abandonara la lactancia al tercer mes, pero estoy orgullosa de haberlo intentado.
No me extiendo más… ya lo cuento en una entrada y así me extiendo….
Hola Mismellis, ¡Qué bien verte por aquí! Está muy bien pensado que te pusieran en un área con otras mamás que tenían a sus hijos ingresados, a nosotras nos ponían todas juntas y no hacía más que oír cómo los médicos les decían a las otras mamás que en un par de horas estarían con sus bebés en los brazos, y yo oyendo todo y deprimiéndome pensando que mi habitación estaría vacía. Lo que no entiendo es que no te dejaran ver sus fotos, ¿Quienes son ellos para decidir algo así? Entiendo que abandonaras la lactancia por cansancio, yo también cuido a mis dos bebés sola desde el principio y hay momentos muy muy duros. Para mí lo más agotador fue compatibilizar la lactancia materna a demanda de mi hijo con las visitas diarias a la incubadora para ver a mi hiija. ¡En mi vida he corrido tanto de un lado a otro!
Realmente emocionante. Enhorabuena ante todo por tus dos preciosos hijos y por ser una mami tan fuerte y amorosa.
Me has hecho revivir sensaciones que yo también tuve, y aun que en tu caso fue más duro, en ese momento de desconcierto, dudas y miedos con los nervios a flor de piel cualquier pequeño contratiempo se nos hace un mundo, eso me ocurrió a mi. Que grande haberte empeñado a darle el calostro a tu hija, es lo mejor que pudiste hacer!!!
Yo también pase la primera noche separada de m hija, hasta el día siguiente no la tuve en mi habitación y en ese momento la lactancia se hizo muy difícil después de toda una tarde y noche de chupetes y biberones. Pero bueno, finalmente lo conseguimos. En esta entrada puedes ver un poquito de mi historia http://ecastroruiz.wordpress.com/2011/08/10/%c2%bfalguien-me-puede-decir-mirandome-a-los-ojos-que-la-lactancia-materna-no-es-mucho-mas-que-leche/
Hola guapa. He leído y comentado tu entrada. Me alegro de que cada vez más mamás consigamos una lactancia materna exitosa a pesar de separaciones y biberones varios, aunque me alegraré mucho más el día que dejen de pasar estas cosas. No hay derecho a que el Neonatos sigan alimentándoles con biberones si la madre quiere dar el pecho, especialmente en aquellos casos en que los bebés están únicamente en observación y van a ser dados de alta en unos días. A mi también me resultó difícil lograr que mi hijo cogiera el pecho a pesar de que sólo estuvo dos días ingresado, como contaré en la siguiente entrada.
Madre mía que pesadilla!!! Tanto tiemp sin tus hijos…voy a publicar la mía (estoy terminando los cursos y me faltan horas) empezó fatal pero también con este sacaleches enganchado continuamente para ver relucir ese oro líquido…
Hola Mamatriosca. Creo que el sacaleches es el mejor amigo de la multimadre reciente, aunque normalmente sea una relación de amor odio jeje Yo al final le cogí al gustillo y hoy en día lo sigo utilizando para hacerles papillas de cereales a mis peques, su padre les da un biberón antes de irse al trabajo y así yo duermo un poco más. Así que, aunque mis inicios con el sacaleches fueron confusos y un poco desagradables, al final hemos logrado mantener una relación cordial y estable durante ya 11 meses. Estoy deseando leer tu historia. Cuídate mucho y no trabajes tanto 🙂
No te imaginas como te entiendo! Qué impotencia, qué dolor y cuanta desinformación por parte de muchos sanitarios. Mi experiencia fue parecida, aunque con solo un bebé. Eres toda una heroína! Espero las siguientes entradas
Silvia, muchas gracias por comentar. Conozco tu historia, le leí en tu blog y de hecho creo recordar que puse un comentario. Qué tristeza que estas cosas sean tan comunes. Espero que con este próximo bebé que llevas ahora mismo en tu vientre no te separen ni un sólo minuto. Muchos besos y cuídate mucho, que tengas un feliz embarazo.
Uuuufff a mi la lactancia no me resultó fácil al principio, pero leyéndote se me parte el corazón. No entiendo que no te dejaran verlos. Casi siento la frustración. Yo estuve a punto de tirar la toalla pero tenía tanta ilusión que era incapaz de resignarme. Un beso fuerte.