Descubre nuestra tienda online para gemelos y mellizos con los mejores DESCUENTOS por LIQUIDACIÓN

Ser madre… ¿Cara o cruz?

Foto del autor

Por Somos Múltiples

Actualizado a

Portada » Archivo » Crianza múltiple » Ser multipadre » Ser madre… ¿Cara o cruz?

Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo”.

Armando Palacio Valdés, escritor asturiano (1853-1938)

Cuadro de Carolina Estelrich
Cuadro de Carolina Estelrich

Soy madre, con sus alegrías y sus tristezas, con sus privilegios y sus sinsabores, con sus recompensas y sus limitaciones, con sus luces y sus sombras, con sus festejos y sus desvelos, con sus satisfacciones y sus frustraciones.

Soy madre cuando se despiertan sonrientes y acurrucados en la cama junto a mí por la mañana, y también soy madre cuando se despiertan llorando y pataleando porque no quieren salir de debajo de las sábanas.

Soy madre cuando aprenden algo nuevo que me llena de orgullo, y también soy madre cuando arrojan contra mí toda esa rabia que aún no saben gestionar.

Soy madre cuando me despierto descansada y de buen humor, y también soy madre cuando estoy enferma y me duele la cabeza.

Soy madre sin pausa, sin festivos, sin horarios y sin vacaciones.

Soy madre para recibir miles de besos y abrazos gratuitos, pero también soy madre cuando me convierto en material de desecho a la hora de tratar de conseguir un trabajo.

Ser madre me enorgullece tanto como me asusta, me satisface tanto como me enerva, me completa tanto como me desborda, me alimenta tanto como me destruye.

Ser madre es posiblemente el trabajo más satisfactorio del mundo, pero también el más exigente, y casi siempre te obliga a elegir, lo que implica que inevitablemente alguno de tus sueños se quedará por el camino, o al menos aparcado por el momento.

Ser madre a veces remueve tus cimientos y te obliga a reconstruirte de nuevo.  Ser madre no sólo cambia tu vida, también cambia la percepción que los demás tienen de ti. Por ello, con frecuencia conlleva soledad y ostracismo social.

Ser madre en ocasiones se convierte en una lucha constante; contra tu entorno, contra la sociedad y, lo que es peor, contra tí misma. Una lucha sin tregua entre la forma en que queremos criarles y la vida que queremos llevar. Entre el tiempo que les queremos dedicar y nuestras aspiraciones personales. Entre la madre que nos gustaría ser y la madre que realmente somos. Una colisión frontal entre nuestras expectativas y la cruda realidad.

Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco nadie nos advirtió de que sería tan difícil. La maternidad no es tan bonita como la pintan algunos, ni tan terrible como la pintan otros.

Yo tampoco soy la mejor madre del mundo ni creo que llegase a serlo nunca. Grito cuando el peso de la responsabilidad me abruma y me dan ganas de salir corriendo de mi casa sin mirar atrás. Algunas noches finjo no oír su llanto cuando se despiertan con la vana esperanza de que se calmen solos. Confieso que a veces les miro y me pregunto cuantas oportunidades profesionales me habré perdido por ser madre. Hay días en los que me enfurezco injustificadamente cuando rompen algo sin querer. A veces no tengo paciencia para aguantar sus trastadas, y lo que es peor, ni siquiera me esfuerzo en intentarlo. Hay momentos en los que pierdo el control y, en vez de sentirme avergonzada, me siento aliviada al poder expresar libremente lo que siento en vez de fingir una falsa y casi ofensiva tranquilidad. A veces no me importa tanto lo que les pase en ese momento como que dejen de chillarme.

A veces me miro y ya no me reconozco, o lo que es peor, me reconozco pero no me gusto. Ya no se donde empieza la madre y donde termina la persona, ni en qué proporción existe cada una, ni si lograrán coexistir pacíficamente algún día.

Soy madre, y a veces ni siquiera estoy segura de saber ser ya otra cosa. Y me aterroriza pensar en qué me voy a convertir cuando ellos crezcan y ya no me necesiten.

Sólo soy una madre más, tanto y tan poco a la vez. La profesión menos valorada del mundo y a la vez la más difícil. Una enorme responsabilidad que a veces recibe una recompensa muy pequeña. Ser madre es como un trastorno bipolar, con sus días buenos, sus días malos, sus días geniales, sus días regulares y sus días horribles.

Querida Pilar, querida Leticia, sólo sois madres imperfectas, agotadas… ¡Humanas! Ser madre también es frustración, desesperación, agobio, rabia, desconcierto, angustia, descontrol, miedo, tedio y desconsuelo.

Renunciar a un poco de tí misma a cambio de un mucho de una pequeña personita no siempre es tan fácil como podría parecer. Cuanto más amas, más vulnerable te vuelves. A veces te llena de energía y otras resulta agotador, te desgasta, te erosiona, te machaca, te rompe en mil pedazos. A veces exige tal nivel de entrega que te quedas literalmente vacía.

Todas las madres nos sentimos así alguna vez. Encerradas en casa, atrapadas en nuestro papel de madre y sintiéndonos tan poca cosa… Lo que pasa es que nunca nadie nos dijo que la maternidad también es esto. Pero con el tiempo volveremos a encontrarnos con nosotras mismas por el camino y algún día hasta nos reiremos de todo esto, os lo prometo.

[Este post está dedicado especialmente a mis amigas Pilar de Aprendiendo a Ser Madre y Leticia de 1 Mamá Para 2]

 

También te puede interesar

[srp widget_title_hide=»yes» post_limit=»8″ post_content_length=»30″ post_content_length_mode=»words» post_date=»no» post_author_url=»no» post_category_link=»no» post_include=»3298,4983,2431,2025,4263,4433,3003″ post_include_sub=»yes» title_string_break=»» string_break=»…Seguir leyendo →» nofollow_links=»yes»]

Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Prometo hacer todo lo posible para que paséis un rato entretenido en mi intento de acercaros al maravilloso mundo de la crianza múltiple; un mundo rodeado de mitos en donde tanto los retos como la satisfacción se elevan al cuadrado.

Suscríbete a nuestra newsletter

Únete a nuestra comunidad y no te pierdas ninguna de nuestras publicaciones

19 comentarios en «Ser madre… ¿Cara o cruz?»

  1. que bueno…yo tambien me senti muy identificada con este articulo y me siento tambien aliviada que no soy la unica que se siente asi…estamos todas en el ismo barco chicas!

    Responder
  2. Me siento tranquila porque pensé que era mala madre por tener ese pensar. Ya veo que no soy la única me siento total mente identificada!. 🙂

    Responder

¿Y tú qué opinas?

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Share via