Los trillizos Coble: El milagro después de la tragedia

Hoy quiero compartir con vosotros una historia que he conocido a través de Facebook y que me ha sobrecogido. Se trata de la desgarradora, y también controvertida, historia de la familia Coble, que pone de manifiesto como la más grande de las tragedias y el milagro de la vida elevado al cubo pueden confluir en la misma familia en menos de 365 días.

A veces no son los padres quienes salvan la vida de sus hijos, sino al contrario. Probablemente la historia más dura que haya conocido jamás. Y ni siquiera estoy segura de que tenga un final feliz. Pero me ha impactado tanto que tenía que contarla. Para mantener viva la memoria de los que se fueron. Y para que todos seamos conscientes de la importancia de respetar las normas de seguridad vial.

Una historia no apta para personas sensibles. Estáis avisados.

Chris y Lori Coble, un matrimonio formado por un ingeniero de software y una ama de casa, representaban a la clásica familia media americana y eran los orgullosos padres de tres hijos; Kyle de 5 años, Emma de cuatro y Katie de dos.

El 4 de mayo de 2007, Lori decidió acudir junto a su madre y los niños a un centro comercial para festejar el cumpleaños de Kyle, que había sido el día anterior. Conforme se acercaba la hora de la siesta de los niños, Lori decidió que era el momento perfecto para volver a casa, antes de que se pusieran demasiado nerviosos.

Lori conducía el monovolumen, mientras que la abuela iba de copiloto y los tres niños iban en la fila de asientos de atrás, correctamente sujetos en sus asientos infantiles. Al salir de la autopista se encontró con un atasco y detuvo el coche.

Lori se giró y miró a sus hijos. Kyle jugaba con el videojuego que le habían regalado por su cumpleaños mientras que Emma miraba una película. Su hija Katie empezaba a quedarse dormida y Lori le hizo cosquillas en los pies para despertarla. Ya quedaba poco para llegar a casa y no quería que se durmiera en el coche. Esta escena es el último recuerdo que tiene Lori de sus tres hijos con vida.

Justo entonces [pullquote]un camión cargado con más de 18.000 kilos de equipamiento eléctrico embistió al coche de la familia Coble a más de 100 kilómetros por hora[/pullquote], convirtiendo la parte trasera del coche en un amasijo de hierros, en el mismísimo infierno.

Las consecuencias del accidente fueron tan sumamente graves que los miembros de la familia tuvieron que ser repartidos en tres hospitales distintos.

Tal y como relataba el veterano capitán de bomberos Tim O Hare cuando se celebró el juicio contra el conductor del camión:

“Había al menos 50 de los nuestros allí. Y todos estamos de acuerdo en que es el accidente más trágico que jamás hemos atendido. Desde los bomberos con más alto rango hasta los más jóvenes, nadie lo olvidará jamás. Ciertamente creo en la Justicia pero no se si jamás podrá reparar todo este dolor”.

Chris Coble estaba en el trabajo cuando recibió la llamada que cambiaría su vida para siempre. En ese momento no le advirtieron de la gravedad del accidente, pero en cuanto llegó al hospital en el que estaba ingresada su mujer le llevaron a una sala aparte y le pusieron al tanto de la situación.

“Lo primero que me dijeron es que Katie había muerto. Pasados unos minutos me dijeron que había una llamada de otro hospital. Me puse al teléfono y lo primero que dije fue, por favor, dígame que Emma está viva. Y el doctor me contestó, lo siento, ha fallecido. Dejé caer el teléfono. No podía creer que algo así estuviera sucediendo.”

Chris salió corriendo al hospital en donde estaba ingresado su hijo Kyle. No quería que estuviese solo y sintiese miedo al despertar en un lugar desconocido. Al verle abrir los ojos Chris recobró algo de esperanza, pero los médicos le dijeron que su cerebro no estaba recibiendo oxígeno y que debían desconectarle de las máquinas que le mantenían con vida.

Lori fue trasladada a ese mismo hospital para que pudiera despedirse de su hijo. Se arrastró desde su silla de ruedas para abrazarle como pudo mientras que Chris apoyó la mano en el pecho de su hijo hasta que sintió que su corazón dejaba de latir. Tan sólo dos días después de su quinto cumpleaños, el matrimonio Coble asistía impotente a la muerte del último de sus tres hijos.

La tragedia se hizo más real cuando les tocó enterrar a sus hijos. La quietud de su casa les atormentaba. Pasaron de tener una casa llena de ruido y jolgorio al más lúgubre de los silencios. “Hay un montón de niños en nuestro barrio y todos juegan en la calle”, contaba Lori. “Cerrábamos las ventanas. Nos íbamos a la parte trasera de la casa para no tener que oír sus risas. [pullquote position=»right»]Nos fuimos en Halloween para no tener que ver a los niños venir a tocar a nuestra puerta[/pullquote].”

La comunidad de Ladera Ranch en donde vivían se volcó en la familia. El día después del accidente más de 100 vecinos se reunieron enfrente de la casa de los Coble con velas encendidas para mostrarles su apoyo. Todos los árboles del barrio fueron decorados con lazos rosas y azules. Se organizó una recogida de fondos y un memorial online en honor a los niños. Una semana después se soltaron miles de globos rosas y azules que simbolizaban la ascensión de los pequeños al cielo.

Lori y Chris, en su camino a través del dolor, hicieron un pacto. Ninguno de los dos se suicidaría bajo ninguna circunstancia. Quedaba terminantemente prohibido dejar solo al otro.

Tan sólo tres meses después del accidente el matrimonio decidió tratar de tener más hijos. “Siempre nos describíamos a nosotros mismos como padres sin hijos”, afirmaba Chris, “me refiero a que cuando tienes varios hijos de esa edad tu vida entera está dedicada a ellos y además es algo que te encanta”.

Pero había un problema, y es que Chris se había realizado una vasectomía después del nacimiento de Katie, así que, después de tratar de revertir en vano la operación, tuvieron que acudir a la fecundación in vitro. De los 10 óvulos que le extrajeron a Lori, sólo hubo tres embriones viables.

El doctor les aconsejó implantarse sólo dos embriones pero, media hora antes de la transferencia, les comunicaron que se trataba de dos embriones de sexo femenino y uno de sexo masculino. Justo como sus hijos fallecidos. [pullquote]Lo interpretaron como una señal y decidieron transferir los tres embriones[/pullquote].

Durante el embarazo de los trillizos los Coble definían su situación como una moneda de dos caras. Por un lado, la felicidad que estaba por venir, y por otro lado, el dolor por el duelo que estaba atravesando. La vida y la muerte. La desesperación y la esperanza.

El matrimonio Coble, de profundas convicciones religiosas, no podía evitar pensar que los tres hijos que había perdido tuvieron algún tipo de intervención sobre el embarazo de los trillizos, y creen firmemente que sus hijos están en un lugar mejor velando por ellos. “No puedes verlo de otra manera. Sientes que están mirándote desde algún lugar, protegiéndote, y cuando pasa algo como esto no puedes evitar pensar que han tenido algún papel en ello”.

Los trillizos Coble nacieron casi exactamente un año después del trágico accidente, el 30 de abril de 2008. Ashley, Ellie y Jake vinieron al mundo pesando entre 1.500 y 1.800 grs. A la seis semanas de edad, Ashley adquirió una grave infección (sepsis neonatal) y estuvo a punto de fallecer, aunque afortunadamente dos semanas después estaba recuperada.

Hoy en día los trillizos Coble tienen 5 años y está perfectamente sanos. En honor a sus hermanos mayores, cada uno de ellos ha recibido como segundo nombre el nombre de uno de sus hermanos. Los niños conocen la historia de la tragedia familiar y van con frecuencia al cementerio a visitar a sus hermanos.

En cuanto al conductor del camión, también padre de tres hijos y con antecedentes por exceso de velocidad, fue condenado a un año de prisión y cinco de libertad condicional por tres homicidios involuntarios después de quedar probado que conducía con exceso de velocidad y utilizando el teléfono móvil. Los Coble declaran haberle perdonado.

Después de la tragedia, los Coble se embarcaron en una campaña de seguridad vial y fueron ellos mismos quienes dieron a conocer los detalles de su historia a los medios de comunicación, concediendo varias entrevistas para programas de televisión como el de la famosa presentadora Oprah Winfrey. El matrimonio denunciaba las condiciones laborales a las que estaban sometidos muchos camioneros, conduciendo durante muchas horas seguidas, y reivindicando la instalación obligatoria de tacógrafos (cajas negras) en los camiones.

La familia denunció al Departamento de Transportes de California, dado que el lugar en donde se produjo el accidente era un punto negro en el que se habían producido más accidentes con anterioridad. Lamentablemente perdieron el juicio y se vieron a afrontar el pago de unas costas judiciales que ascendían a 281.000$, aunque posteriormente recurrieron.

Además crearon la Fundación Coble Kids en honor a sus hijos fallecidos.

La historia de los Coble ha vuelto a la actualidad después de que una página de Facebook sobre maternidad publicara su historia. La publicación, en apenas 3 días, ha recibido más de 646.939 me gusta y ha sido compartida 43.982 veces, dando la vuelta al mundo.

Los Coble, considerados como héroes por algunas personas, también han sido blanco de algunas críticas. Chris Coble, consciente de ello, se pronunciaba antes de ayer al respecto en los siguientes términos:

“Soy el padre que aparece en esa fotografía. He leído una gran cantidad de comentarios en este hilo, y estoy sorprendido de que ya haya más de 12.000. Veo algunos temas que se repiten así que me gustaría aclararlos. No, los trillizos no han sustituido a nuestros hijos perdidos. Creo que somos gente normal. Sí, es cierto que acudimos a la reproducción asistida muy rápido tras el accidente, probablemente demasiado rápido visto en retrospectiva.

Personalmente, me ha llevado cuatro años sobreponerme al dolor. Nuestros hijos eran nuestras vidas, y cuando murieron nos quedamos en una casa silenciosa con una enorme pena, siendo dos padres sin hijos. Fue un año en el que tuvimos que reconstruirnos.

De todas formas, intentad no juzgar antes de caminar una milla en nuestros zapatos, y yo no le deseo estos zapatos a nadie. Gracias por pensar en nosotros y por vuestros buenos deseos. Os dejo una foto reciente de nuestros trillizos que ahora tienen 5 años.”

Reconozco que, sea como sea, la entereza del matrimonio Coble es admirable y personalmente me siento absolutamente incapaz de juzgarles. Creo que en una situación tan absolutamente desgarradora cualquier estrategia que te permita encontrar fuerzas para seguir viviendo es perfectamente válida. ¿Y vosotros?

Fuentes:

•  The Coble Family’s Tragedy and Miracle. Oprah.com.

• Coble News Diary. Ladera Times.

• I-5 trucker who killed 3 children convicted. Orange County Register.

• Couple who lost three children expecting triplets. Today News.

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