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Mis mellizos y la no primavera: Ande yo achicharrado, ríase la gente

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By Somos Múltiples

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Cualquiera que hubiera visto como iban vestidos mis mellizos en esos días casi veraniegos de hace un par de semanas hubiera pensado que soy la típica madre histérica, obsesionada con llevarles bien abrigados para que no se constipen.

Y nada más lejos de la verdad porque precisamente yo sí que tengo una madre de esas que me sigue ofreciendo una chaqueta cada vez que salgo al jardín aunque estemos en pleno agosto.

Empiezo a sospechar que mis mellizos le están cogiendo el gustillo a llevarme la contraria y hacerme pasar un poco de vergüenza (otro día os hablaré de la afición que tiene mi hijo últimamente a tirarse enrabietado al suelo en medio de la calle y rebozarse en la acera, charcos incluidos).

Pongámonos en situación. La puerta de una guardería a la hora de salida. Hace 27 grados y un sol más que generoso para tratarse del mes de abril. Empiezan a salir niños sin abrigo, con sus jerseys en la cintura y las mangas del baby remangadas. Y entre esa muchedumbre de personitas de menos de un metro de altura aparece una parejita con su abrigo puesto, la cremallera subida hasta la barbilla… ¡Y la capucha puesta!

Sí, habéis leído bien. La capucha también. Es más, es su prenda de vestir favorita desde hace unos meses y pobre de mí como un día se me ocurra ponerle capucha a uno y al otro no.

¿Tú crees que nos obligarán a quitarnos la capucha en verano?
¿Tú crees que nos obligarán a quitarnos la capucha en verano?

El caso es que el día de autos salieron de la guardería con su jersey atado a la cintura y el abrigo puesto pero abierto. Y en cuanto pusimos un pie fuera del recinto se pusieron a protestar enérgicamente porque su abrigo no estaba abrochado y yo, ante el temor a una rabieta gemelar pública y notoria, me puse de rodillas y procedí. Seguramente muchas de las mamás que pasaron a mi lado pensaron que yo era bastante rarita pero yo en ese momento desconocía totalmente la trascendencia del asunto y sólo quería llegar a casa cuanto antes. Ay, ese cortoplacismo maternal…

Cuando llegamos al coche les hice quitarse el abrigo como siempre antes de montarles en la silla. Y entonces mi hija miró hacia abajo y reparó en el pequeño detalle de que no llevaba el jersey puesto. Así que le expliqué que hacía calor y que no hacía falta llevar jersey. E incluso le mostré como mamá iba en manga corta, y la gente que pasaba por la calle también.

Ninguna de mis explicaciones surtió efecto. Mi hija comenzó a gritar con voz desgarradora¡Mamáaaaa! ¡Mi jerseeeeey!” y entonces mi hijo se dio cuenta de que él tampoco llevaba jersey y el problema se duplicó. Después de tratar de razonar con los dos durante 20 minutos me los llevé cabreadísimos a casa, gritando y pataleando que querían su jersey. Fijaos si se puso fea la cosa que tardé otros 20 minutos en sacarles del coche.

Esa misma tarde mis mellizos y yo estuvimos hablando sobre la primavera, el frío y el calor, el sudor y esas cosas. Y me consta que en la guardería también han trabajado el tema del cambio de estación. En cualquier caso, para evitar problemas, al día siguiente les llevé a clase directamente sin jersey.  Y todo fue muy bien hasta que llegamos al coche y el motín volvió a empezar.

Esa noche yo estaba fatal con mi famosa conjuntivitis virico-diabólica y decidí acostarme super pronto así que aproveché y nos dormimos los tres en mi cama. Cual no fue mi sorpresa al ver como cogían el edredón nórdico que habíamos doblado a los pies de la cama y se tapaban los dos hasta la nariz como si estuvieran durmiendo en un iglú en la Antártida. Mientras tanto yo estaba a su lado completamente destapada, durmiendo con solo una camiseta y sudando la gota gorda…

Durante las vacaciones de Semana Santa la cosa ha ido a peor. Mis mellizos están empeñados en llevarle la contraria al clima y no tienen ninguna intención de adaptarse a la realidad que les rodea.

Recuerdo un día que mi marido volvió del parque cabreadísimo porque mis hijos se habían negado a quitarse el jersey y estaban tan sumamente cocidos que no eran capaces ni de jugar. El pobre multipapá se había ido al quinto cuerno para llevarles a un parque super chulo y lo único que sacó del viaje fue gastar gasolina. Ese día, cuando les bajé la capucha, tenían el pelo completamente tieso y pegado al cuero cabelludo de tanto que habían sudado. Pero aún así se negaban a quitarse el jersey.

Otro día me encontré a mi hijo escondido en su habitación tratando de coger furtivamente un jersey. ¡Y ya llevaba un jersey puesto! Pero claro, el jersey que llevaba era de primavera, y él quería ponerse uno de invierno.

También se han negado a sustituir sus Mickey calcetines, que son unos calcetines super gruesos de invierno con planta antideslizante y que usan para ir por casa. Y lo que es peor, ahora quieren usarlos también con zapatos aunque las deportivas casi no les entren debido a lo gordos que son los calcetines. ¡No os quiero ni contar como tienen de sudados los pies!

Lo admito, no se qué pensar de todo esto. ¿Están experimentando? ¿Les gusta sudar? ¿Es su forma de decirme que odian el calor y que quieren irse a vivir a Islandia? ¿Es un modo de rebelarse contra mí? Que conste que yo ya hace días que he tirado la toalla y no insisto más, pensando que al final se hartarán de pasar calor y abandonarán por sí mismos, pero de momento no parece que funcione.

Así que, la pregunta de hoy es, ¿Qué pensáis de todo esto? ¿Qué puedo hacer? ¿A alguien le ha pasado? ¿Me podéis sugerir formas creativas de explicarle a mis hijos el cambio de estación? ¡Cualquier teoría o consejo será bienvenido!

Lo único positivo que se me ocurre de todo esto es que voy a ser muy fácil de reconocer en el Encuentro de Familias Múltiples. Si veis a unos mellizos en la playa tomando el sol con jersey, abrigo y capucha no dudéis en saludarme 🙂

 

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Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Adicta a las redes sociales. Más info en la sección Autores. Puedes ver todas las publicaciones de Somos Múltiples en el Archivo de publicaciones.

22 comentarios en «Mis mellizos y la no primavera: Ande yo achicharrado, ríase la gente»

  1. Jajajajajaja… Lo siento, no tengo ningún consejo que darte, sólo quería decirte que me he reído mucho y que tengas paciencia. A lo mejor cuando empiece a hacer fresquito otra vez (por lo menos en Madrid hoy lo hacía) les da por ir en manga corta.

    Un saludo y gracias por el blog. No soy madre de múltiples, pero me encanta. 🙂

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    • Muchas gracias por tu comentario. ¡Me encanta tenerte por aquí! Efectivamente hoy ha llovido y ha hecho fresquito, así que no he tenido que pasar mucho apuro. Pero miedo me da cuando llegue el verano. Estoy pensando en pasar los próximos meses en Argentina, al menos ahora está llegando el invierno allí y pasaremos desapercibidos…

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  2. Mis pequeñas con apenas 18
    meses son del mismo grupo ….jijiji pq para salir de casa siempre cogen sus abrigos y no hay quien capaz de quitarselos…..

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  3. Adriana una vez mas se trata De paciencia y tiempo …..
    A mi hija le pasa pero al reves, vivimos en una ciudad fria y no sabe lo q es un gorro, bufanda y mucho menos manoplas. Poner El abrigo a la salida de la guarde es una odisea siempre anda con los pantalones recogidos Por la rodilla y en cuanto puede se queda en «pelotas» asi dice ella!!

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    • Ja ja Esa mítica fase nudista también la pasamos el año pasado. Y de hecho mi hijo, hace un par de meses, también ha pasado una fase de bajarse continuamente los pantalones y enseñar el culo. Si es que las madres no sabemos lo que es el aburrimiento!!

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    • El gorro fue un éxito el año pasado pero este año parece que lo que se llevan son las capuchas y sobre todo el jerseeeeey. Y encima si uno de mis mellis se quita la capucha viene el otro todo cabreado y se la pone, parecen la «secta de los capuchas»!

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  4. Yo tampoco se qué decirte…lo único que se me ocurre es que son muuy maniáticos. A mis canijos ya se les ha ido la manía de las capuchas…han pasado casi al lado contrario y hoy, por ejemplo, no querían ponerse la sudadera para no salir de la guarde en manga corta. Pero es que hay que ver las manías que les dan…que si no me gusta ese pantalón que está duro (un vaquero recién lavado…), que si quiero la camiseta de la moto, que si me eches gomina…Doy gracias porque sean niños y, aunque se empeñen en emperifollarse, con los chicos es sota-caballo-rey, que si fueran chicas no se a qué hora tendría que levantarles para vestirles a su gusto…

    Paciencia y a esperar que se les pase…y que sea antes de julio…por su bien!

    Por cierto, me estoy planteando aprender a hacer yoga o meditación trascendental para no acabar en un sanatorio por tanta rabieta múltiple…nos apuntamos juntas? jajaja!

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    • Oye sí, yo me apunto al yoga!! Podemos montar el Club de las Multimadres con Hijos Maniáticos o algo así. ¿Gomina? Mis hijos con tanto sudor aún no la necesitan je je

      Gracias por tu testimonio, me siento menos sola entre tanta manía 🙂

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  5. Tengo una propuesta para ti! Te cambio nuestro otoño argentino por tu primavera española, que tal? Mis trillizos de 4 años (!) se niegan rotundamente a dejar las ojotas (chanclas, en España?) y los pantalones cortos!!!

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  6. Ja ja ja… paciencia nos toca!!!
    Los mios tambien son tercos como mulas…… los niños de la secta de la capucha menudo rebote si solo le pongo capucha a uno!!! Y la niña de la secta del pantalon bajado y el pijama desabrochado jijiji tengo de tó.

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¿Y tú qué opinas?