Hola!! Me llamo Paola, soy de México, DF y madre de gemelas.

Después de tres años de casada con mi mejor amigo y algunos intentos fallidos por tener bebes, confirmamos que estaba embarazada el 4 de febrero de 2012, el mismo día del 60 cumpleaños de mi papá.

El 17 de febrero, en el primer ultrasonido, el doctor vio la pantallita y solo dijo: «Son dos». Nos quedamos sin palabras y desde ese día vivimos llenos de emociones dobles.

Mi embarazo fue hermoso… No puedo decir que no tuve achaques; la naúsea de los primeros meses no me dejaba comer, me dió una ciática horrible y las últimas semanas me costaba caminar y dormir porque ya no sabía dónde acomodar la super panza. Aun así, me encantó estar embarazada, me daba muchísima emoción que me preguntaran «¿Ya sabes qué va a ser?» para responder «¡Son DOS niñas!» y dejar a todos boquiabiertos.

Tardé un poco en sentir cómo se movían las bebés, pero una vez que empezaron no hubo como pararlas (hasta ahorita…). Tengo videos de cómo se veía la panza moviéndose y yo les hablaba, les ponía música y las acariciaba 24 horas al día. Una semana después de confirmar que serían dos niñas ya teníamos los nombres: Andrea y María José.

Todo iba increíble y entonces una noche me empezó a doler una muela y el dolor incrementaba por segundo, así que el dentista, con todos los nervios del mundo, me citó para sacármela… ¡A las 36 semanas de embarazo! La ginecóloga comentó que yo debía ser la peor pesadilla del pobre endondoncista. Finalmente no pudieron sacarla y solo hicieron un tratamiento paleativo para el dolor y me dejaron ir a mi casa.

Al día siguiente, domingo 16 de septiembre (Día de la Independencia de México), se me rompió la fuente a las 8 de la mañana. A la una de la tarde estábamos en el hospital con la doctora que me dijo «¡Te quedas!». Diosito nos bendijo tanto que a pesar de ser domingo y día festivo encontramos a todos los doctores: ginecóloga, pediatra y anestesiólogo estaban listos para recibir a mis bebés. Yo les bromeaba diciendo que me perdonaran porque los había sacado a todos de la fiesta y los tequilas.

Yo siempre digo que mi parto fue por cesárea humanizada. Todos estuvieron pendientes de mí, de cómo me sentía, de decirme cada paso de lo que estaba sucediendo. Recuerdo el momento con muchísima ilusión, todos alegres e incluso haciendo chistes y en un ambiente muy festivo.

Mi esposo estuvo conmigo todo el tiempo y lloramos juntos cuando escuchamos el primer llanto… A las 15:20 nació Andrea con 2,270 kgs y 47 cms. y después lloramos de nuevo cuando escuchamos otro llanto más: a las 15:22 nació María José con 2,150 kgs y 44 cms.

Nacieron sanas, hermosas y listas para comer pozole y chiles en nogada en sus cumpleaños por venir. Obviamente, cada vez que digo cuándo nacieron mis hijas, el comentario obligado es: «¡Ah, qué patriotas!»

Las llevamos a casa 4 días después y empezamos una aventura espectacular… Ha habido de todo; risas, lágrimas, momentos difíciles, días en los que me sentí abrumada y después la recompensa con momentos hermosísismos con cada una y con las dos juntas.

Hoy tienen 7 meses y son dos princesas que me llenan el corazón todos los días. Me preguntan cómo le hago con dos y yo sinceramente no lo sé; si sé que no podría hacerlo sin la ayuda de mi esposo, de mi mamá y de la familia… Solo voy actuando conforme se presenta cada día y cada situación, amándolas mucho, aprendiendo de ellas y descubriendo una parte de mi que me encanta y de la que me siento muy orgullosa: Ser mamá.

Todo lo que voy viviendo en esta nueva etapa de mi vida lo voy reflexionando y dejando en mi blog. Es una terapia y una catársis el poder expresar todo lo que uno siente y piensa… Además, me ha permitido conocer a muchas mamás de distintos lugares del mundo y compartir estos sentimientos con ellas que están viviendo lo mismo que yo. Mis hijas me regalaron incluso eso; nuevas amigas y nuevos puntos de vista con los que me enriquezco todos los días.

Mis princesas fueron muy deseadas, muy anheladas por mi, por su papá y por toda su familia. Estoy segura que Dios vio todo el amor que teníamos para dar y supo que alcanzaba para dos bebés y por eso nos las mandó en par.

Mi experiencia como mamá múltiple ha sido espectacular; gracias por dejarme compartirla 🙂

Besos desde México

Paola, madre de gemelas de 7 meses

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