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Crónica de mis vacaciones en la playa con mellizos de dos años (I)

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Por Somos Múltiples

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El síndrome de la madre matona del parque

Imagínate que estás pasando tranquilamente unos días de vacaciones en la playa, y de pronto tu hijo agarra del pelo a otra niña mientras juegan. Cosas de niños, piensas. Entonces entra en escena una madre desquiciada con cara de perro de presa gritando “¡Suelta ahora mismo a mi hija!” Puede que sea una loca, una madre histérica con serios problemas de autocontrol, o puede que simplemente sea una madre de mellizos hipertensa y desbordada por los terribles dos años.

Sí, aunque me avergüence reconocerlo, esa madre histérica era yo y aún no entiendo por qué tuve esa reacción de repente cuando yo soy de lo más tranquila para estas cosas. Vamos, que soy de las que se sienta en un banco del parque tranquilamente a ver a sus hijos jugar sin intervenir demasiado.

Y, hombre, un tirón de pelo tampoco es para tanto. En mi favor debo admitir que el pelo es un bien escaso en la cabeza de mis hijos, casi una especie protegida, aunque mi pediatra jure que es normal que mis niños estén aún tan calvos. Pero es que en ese momento yo estaba como una olla exprés buscando el momento perfecto para estallar, y al ver a ese niño hacer sufrir así a mi hija…. ¡Estallé!

Ni que decir que la otra madre se quedó estupefacta con mi reacción, y algo asustada, pero aún así me estuvo dando conversación después. El grado de verguenza que pasé os lo podéis imaginar. La conversación fue banal y un poco incómoda. Ella no se atrevió a nombrar el incidente y yo tampoco. Probablemente no querría enemistarse con la madre matona del parque playero por si acaso, y yo estaba demasiado avergonzada para sacar el tema.

Sirva esta pequeña anécdota para ilustrar del nivel de tensión familiar en estas vacaciones, sobre todo por parte de los padres de las criaturas. Aunque también ha habido momentos muy buenos y divertidos. Os lo iré contaré todo. Empecemos por el principio.

 

El momento viaje

Como siempre, salimos unas horas tarde y muy cargados...
Como siempre, salimos unas horas tarde y muy cargados…

Otra vez salimos con retraso, a pesar de decidir salir un día después de lo que estaba programado para hacer con calma las maletas, cargar con tranquilidad el coche y salir pronto por la mañana. Como siempre no sirvió de nada, y aunque queríamos salir sobre las 7 de la mañana, acabamos saliendo pasadas las 11. Y es que aún teniendo en cuenta que cada vez nos llevamos menos cosas para los niños, el coche sigue yendo cargado hasta arriba.

Durante el trayecto mis mellizos estrenaron sus nuevas sillas en el sentido de la marcha. Como temíamos, su nuevo campo visual les animó a pedirnos todo tipo de cosas sin parar hasta que se quedaron dormidos enterrados en una montaña de juguetes y patatas fritas que el perro se iba cepillando discretamente.

En el viaje de vuelta nos fue peor todavía. La idea era ir un rato a la piscina por la mañana, comer y coger el coche sobre las 3 de la tarde, para que los niños fuesen echando la siesta. Con lo que no contábamos es que tardaríamos casi cuatro horas en dejar la casa recogida gracias al boicot a la «ayuda» de mis hijos, que se dedicaban a vaciar las bolsas de basura que íbamos llenando, abrir y vaciar las maletas que ya estaban cerradas y a dejar nuevas manchas de dedos por toda la casa.

Dios me libre de saber qué clase de suciedad llevan mis hijos en los dedos que sólo en limpiar la pantalla de la televisión tardé diez minutos y tuve que usar un quitagrasas concentrado.

Creo que en ese viaje batimos nuestro propio record de retrasos, y eso que el listón ya estaba muy alto. Al final logramos salir casi a las 8 de la tarde, y llegamos a casa a las 3 de la mañana. Lo bueno es que los niños fueron casi todo el camino dormidos. Lo malo, el cabreo de mi marido que al día siguiente trabajaba y tenía que madrugar.

 

La llegada triunfal

Llegamos al apartamento. Subimos a los dos mellizos histéricos de sueño, un perro deseando escaparse a la calle para hacer sus necesidades, un carrito gemelar, 5 maletas, un par de mochilas, dos tronas portátiles y otras tantas bolsas. Y entonces empieza la mudanza.

Revisamos exhaustivamente la habitación de los niños en busca de cualquier objeto pequeño que pudieran tragarse. Vaciamos los armarios. Sacamos todas las sillas de la habitación para que no las usen para trepar, un enorme cesto ropa, los cuadros de las paredes, las lámparas y hasta una televisión. Quitamos los tapones de todas las bañeras para evitar que inunden la casa en un descuido. Cerramos todas las ventanas que no tienen rejas.

Ya son las doce de la noche y aún no hemos acostado a los niños. Y de pronto descubrimos que este año mi hijo ya llega a manipular los pomos de las puertas, algo que nos deja completamente descolocados. ¿Y ahora qué hacemos? Tendríamos que luchar por controlar a dos criaturitas hiperactivas corriendo libremente por una casa no preparada para niños.  No íbamos a poder perderles de vista ni un segundo.  ¿Qué harían mientras dormíamos? ¿Intentarían abrir las ventanas y saltar cuando se despertasen? ¿O quizá irían corriendo al salón y se les caería la televisión encima? ¿Tendrían fuerza para levantar solos la persiana del balcón?

De pronto ese apacible apartamentito en la playa se nos antojaba un lugar lleno de peligros y esa noche nos fuimos a la cama echando de menos nuestra casa de pomos redondos -que mis mellizos aún no saben abrir-, y rezando para que nuestro cansancio nos permitiera permanecer alerta ante el más mínimo ruido.

Continuará…

 

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Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Prometo hacer todo lo posible para que paséis un rato entretenido en mi intento de acercaros al maravilloso mundo de la crianza múltiple; un mundo rodeado de mitos en donde tanto los retos como la satisfacción se elevan al cuadrado.

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11 comentarios en «Crónica de mis vacaciones en la playa con mellizos de dos años (I)»

  1. Ay madre! Cuanto peligro hay fuera de nuestra zona de confort y control. Ya me ire preparando psicologicamente para cuando me toque viajar con los nuestros de 11 meses. Espero la 2da parte con expectación.

    Responder
  2. Que buen resumen del acondicionamiento de la casa … por el incidente del tirón, una de las mías es la matona que no deja a niño, niña, perro o gato sin tirón de pelo, empujones, mordiscos, puñetazos o lo que le venga en gana y encima la otra que era una buenaza está aprendiendo de su hermana … estoy siempre al loro pero es muy rapida!! Ahora tienen 23 meses y no se que va a ser de mi, me van a echar de todos los parques :p y encima hijas de maestra … que vergüenza!

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  3. 100% nuestro caso , jaj!!! Ahh y para que te sientas acompañada ademas no sos la unica matona madre de gemelos.El otro dia viví un episodio muy similar con un niñito quee estaba tratando de quitarle un juguete a uno de mis gemelos, lo peor es que el juguete era del pobre niño!!! Que vergüenza !!! Espero mas anecdotas de tus vacas! Besos

    Responder
  4. En USA las mamás viajan con ´Duck Tape´ esa tipica cinta adhesiva plateada que en las peliculas usan para amordazar a la gente para que no grite… No digo que la usen para que los niños no griten jaja, pero aunque no he llegado a usarla aun, juran que estando de viaje sirve para todo tipo de ´child proofing´ desde tapar los enchufes hasta asegurar pañales para que los nenes no se los saquen cuando estan solitos y pinten las paredes ya saben con que… Quiza te sirva con las puertas 😉

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  5. Mis mellis tienen ya casi 6 años y aun recuerdo las vacaciones de cuando tenian casi 2 por ser la primera vez que sufri un ataque de ansiedad,poco tiempo después su padre superado por las responsabilidades,las noches sin dormir y la no aceptacion de nuestra nueva situación,digamos q se quito de en medio,divorcio y a vivir tranquilo…me quedé sola con mis dos tesoros. ..gracias a la ayuda de mis padres compagino trabajo y maternidad multiple.Este año q ya tienen casi 6 años hemos pasado Unas maravillosas vacaciones los 3 juntos,no te preocupes el proximo año se notara muchisimo el cambio.Un Saludo para todos los papis de múltiples.

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  6. Yo tengo solo uno, de 13 meses ( tiene cuatro pelos contando por lo alto),empieza a caminar y tiene una obsesión importante con las sillas, ir a tomar algo por ahí es un show.

    Mucho ánimo! Cuando no te des cuenta ya no tendrás que cuidar tanto esoss detalles y estarás disfrutando más si cabe de tus peques.

    Un abrazo

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