¿Cuándo empiezan a interactuar los gemelos y mellizos en el útero?

Según un estudio realizado por la Universidad de Padua (Italia), los fetos de hermanos gemelos y mellizos comienzan a manifestar una interacción consciente en el útero ya desde la semana 14 de embarazo, siendo este contacto completamente excepcional antes de la semana 10 de gestación.

En punto de partida de esta investigación, tal y como explicaba en su momento el psicólogo Umberto Castiello, impulsor de la misma, era la hipótesis de que los seres humanos estamos preparados para socializar ya desde el mismo nacimiento.

En este sentido, estudios previos habían puesto de manifiesto como los recién nacidos son capaces de llevar a cabo algunas interacciones sociales básicas, llegando incluso a imitar los gestos de las personas que les rodean, tan solo unas horas después de nacer.

Por tanto, el objetivo de este estudio era demostrar la propensión del ser humano a la socialización incluso antes del mismo nacimiento:

“A diferencia de los hermanos, los gemelos y mellizos comparten el entorno más importante, el útero. Si existe una predisposición a la interacción social después del nacimiento, uno podría esperar que los fetos de hermanos gemelos manifiesten algún tipo de interacción durante el embarazo.

Aunque el contacto entre gemelos, según se ha demostrado en otros estudios, comienza desde la semana 11 del embarazo, ninguna investigación ha llegado tan lejos como para demostrar la cuestión crítica de determinar si los fetos de gemelos planifican y ejecutan esos movimientos de forma consciente.

Desde la semana 11 de gestación en adelante se observan distintos patrones de contacto entre los gemelos incluyendo el contacto cabeza contra cabeza o cabeza sobre el hombro. Sin embargo, es entre la semana 15 y 22 cuando este contacto se convierte en una constante y en una característica incremental del embarazo gemelar. ”

Fuente: Wired to Be Social: The Ontogeny of Human Interaction

Para la realización de este estudio, que publicado el 7 de octubre de 2010 en el Public Library of Science One, se contó con la participación de cinco futuras madres de gemelos y mellizos, cuyos movimientos entre la semana 14 y 18 fueron minuciosamente analizados mediante una técnica de ultrasonido cuatridimensional.

A efectos de la investigación, se distinguieron tres tipos de movimiento: El movimiento hacia uno mismo, el movimiento hacia el hermano gemelo y el movimiento hacia las paredes uterinas. Primero se grabó el comportamiento de los fetos, ajustando parámetros como el ángulo y el campo visual, y después se analizaron los perfiles cinemáticos del movimiento (la cinemática es la descripción del movimiento a través de ecuaciones matemáticas).

Una de las revelaciones más asombrosas que trajo consigo esta investigación fue el hecho de constatar que, a partir de la semana 18 del embarazo, los fetos de gemelos parecían pasar más tiempo interactuando con el otro que tocándose a sí mismos o a las paredes uterinas, calculándose que esta interacción suponía el objetivo de aproximadamente un 29% de los movimientos.

En cuanto al sexo de los fetos, si bien estudios anteriores habían sugerido que el sexo femenino tenía una mayor propensión al movimiento entre la semana 16 y la 20, no se encontraron diferencias significativas (aunque también es verdad que la muestra era muy reducida).

¿Cómo podemos saber que se trata de movimientos conscientes y no movimientos reflejos? Una de las pistas las aporta el propio perfil cinemático de los movimientos, que demostraba que los movimientos dirigidos al hermano gemelo se revelaban más prolongados y más cuidadosos -la desaceleración era más lenta-, que cuando tocaban la pared uterina o a sí mismos. Por tanto, se trataba de movimientos mucho más precisos, lo que se interpretó como que existía una cierta planificación motora a la hora de ejecutarlos.

Lo anterior llevó a los investigadores a sugerir que, visto que los fetos de gemelos tratan a su hermano como un objetivo especial y distinto del resto de lo que les rodea, sería muy posible que en el caso de los embarazos gemelares la conducta motriz de los fetos incorpore algún tipo de información extra derivada de la estimulación causada por la presencia del hermano.

Otro hecho curioso fue que los investigadores constataron que el tratamiento de las diferentes partes del cuerpo por parte de los fetos era distinto, siendo estos mucho más cuidadosos cuando tocaban un ojo que una boca, por ejemplo. Y, por supuesto, cuando tocaban los ojos de su hermano gemelo o mellizo resultaban tan cuidadosos como cuando tocaban los suyos propios. Porque visto lo anterior queda más que claro que el vínculo entre ellos nace mucho antes de su llegada a este mundo.

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