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¡Mis mellizos empiezan la guardería!

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Por Somos Múltiples

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La adaptación no ha sido tan difícil como yo pensaba, pero tampoco tan fácil como parecía
La adaptación no ha sido tan difícil como yo pensaba, pero tampoco tan fácil como parecía al principio

Un mes y medio después de que mis mellizos hayan empezado a ir a la guardería, aprovecho para hacer balance de estas últimas semanas tan intensas, y a la vez un poquito caóticas también.

 

Llevar o no llevar a mis mellizos a la guardería

El primer paso para llevar a tus hijos a la guardería es precisamente eso, tomar la decisión de llevarles. Esta ha sido la parte más difícil porque… ¡Me he sentido muy culpable! Ay las madres, que manía tenemos de sentirnos culpables continuamente, pase lo que pase. ¡Y eso que mis mellizos ya tienen más de dos años y sólo van cuatro horas! Pero creo que aunque tuvieran quince años sería inevitable sentir que, de alguna manera, estoy abandonando a mis bebés.

Y así es como me tiré un par de meses dándole vueltas a la idea, con la guardería ya escogida pero sin tener narices para dar el paso. Cada día cambiaba de opinión varias veces, y dependiendo de cómo se me hubiera dado la tarde, esta viraba en sentido positivo o negativo.

Pero cuando volvimos de vacaciones algo cambió. Mis mellizos estaban completamente descontrolados. Pasaron de dejarme trabajar malamente un poco, a no dejarme respirar durante horas. Parecía que les había contratado una empresa de demoliciones para tirar mi casa abajo. Y yo acababa todos los días agotada, frustrada y con un mal humor terrible.

En cuanto ví que me estaba convirtiendo en la típica madre amargada e histérica que nunca he querido ser me di cuenta de que había llegado el momento. Mis mellizos iban a empezar a ir a la guardería un par de horas, y yo iba a recuperar mi salud mental y un poco de espacio para desarrollar otras facetas de mi persona que habían sido fagocitadas por mi maternidad.

 

Los primeros días de guardería de mis mellizos      

Después de haber pasado más de dos años enteros en casa junto a ellos, y de no haber dejado a mis mellizos con nadie que no fuésemos nosotros más que dos veces contadas, preveía que la entrada en la guardería iba a constituir un drama familiar en toda regla. Me podía imaginar perfectamente la escena: Mis hijos agarrados a mis piernas llorando a todo pulmón, dos profesoras tirando cada una de un niño con todas sus fuerzas, y yo luchando por mantener el equilibrio, la dignidad y contener mis lágrimas.

Pues no ocurrió nada de eso. En realidad, todo salió justo al contrario de lo que esperábamos. Bueno vale, reconozco que yo si que lloré el primer día (pero en la intimidad), y además me dio tal ataque del nido vacío que estuve a punto de adoptar a un gatito callejero en el camino de vuelta a casa, pero por lo demás cualquier parecido con la realidad fue pura coincidencia.

Antes del proceso de adaptación, tocaba la fase de preparación. Una vez tomada la gran decisión, tan sólo me quedaba “venderle” la idea a mis mellizos. Durante dos semanas estuve asociando el concepto guardería con todo lo que le gusta hacer a mis hijos. “¿Os gusta jugar con plastilina? ¡Pues en la guardería vais a poder hacer un montón de actividades plásticas”. “¿Os gustan los bloques? ¡Pues en la guardería tienen un montón!”.

Al final conseguí, a base de darles la tabarra con mucha constancia, que mi hija acabase intrigadísima y que mi hijo sonriera contentísimo cada vez que oía la palabra guardería, a pesar de ser un concepto completamente abstracto y desconocido para él.

Por supuesto, en la primera visita a la guardería, lo primero que recalqué fue la cantidad de motos que había en el patio, ¡Mis mellizos estaban fascinados!

El golpe de efecto final llegó la primera mañana de clase cuando se encontraron con que iríamos a la guardería utilizando un remolque de bicicleta (que hasta entonces había permanecido escondido) como el que habíamos usado en la playa y que les encantaba, ¡Teníais que haber visto sus caras de emoción al abrir la puerta y encontrarse con esa sorpresa!

Una vez iniciadas las clases, la primera gran sorpresa fue la actitud de mis hijos. Durante la reunión previa con la directora de la guardería expresé unas quinientas mil veces mi preocupación con respecto a la adaptación de mi hijo, ya que es el más dependiente de los dos y me preocupaba mucho que le costara integrarse.

Pues no sólo no ha sido así, sino que de hecho ha sido mi hija, presuntamente mucho más despegada que él, la que ha tenido más dificultades para adaptarse, aunque afortunadamente poco a poco lo va consiguiendo gracias al apoyo y estímulo que le supone tener a su hermano en clase junto a ella.

Los primeros días de guardería mis mellizos lloraron un poquito por la mañana y a la hora de recogerles, pero al cuarto día me quedé pasmada al ver como los dos salían corriendo a su clase sin ni siquiera mirar atrás para despedirse de mí. ¡Mis niños se están haciendo mayores!

 

Las primeras semanas de guardería de mis mellizos 

Lamentablemente, esta situación tan idílica se rompió cuando se pasaron prácticamente una semana sin ir a clase después de coger un catarro descomunal. Aquí también aprendí algo nuevo: Una madre nunca debe cantar victoria.

Desde entonces todas las mañanas me piden que les acompañe hasta su clase de la mano, y mi hijo llora entre dos y tres minutos en brazos de su profesora cuando me voy, mientras que mi hija le mira con incredulidad sin entender muy bien por qué sigue empeñándose en mantener ese ritual a estas alturas.

Eso sí, si les preguntas a mis mellizos si les gusta ir a la guardería, los dos asienten y sonríen con entusiasmo, sobre todo mi hijo. De hecho, el otro día tuve que recogerle antes de tiempo porque se puso enfermo y me lo tuve que llevar hasta el coche literalmente a rastras, a pesar de que estaba ardiendo de fiebre. Definitivamente, esto de la psicología infantil es un misterio tan insondable como cambiante.

 

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Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Prometo hacer todo lo posible para que paséis un rato entretenido en mi intento de acercaros al maravilloso mundo de la crianza múltiple; un mundo rodeado de mitos en donde tanto los retos como la satisfacción se elevan al cuadrado.

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16 comentarios en «¡Mis mellizos empiezan la guardería!»

  1. A los míos le llevé cuando cumplieron el año, el primer día que los dejé me sentí la peor madre del mundo pensando en que los estaba abandonando y ellos por supuesto se quedaban llorando y hasta 15 días después ya se empezaron a quedar más tranquilos y de igual manera estuvieron como 15 días y hasta un mes sin ir porque se enfermaron, los primeros 3 meses así fueron, iban 15 días si y 15 días no, la pasamos muy mal con tanta enfermedad pero me decían que era normal y que poco a poco se acostumbrarían. Ahora ya tienen 7 meses en la guardería y van felices, ya no se enferman tanto y ya se quedan más horas, igual iban 4 hrs. pero con este inesperado embarazo me mandaron a descansar así que ahora se quedan 2 horas más y cuando voy por ellos no se quieren ir jajajaja

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    • ¡Es que lo de los virus es tremendo! Yo no recuerdo haberme puesto enferma tan seguido de pequeña, pero seguro que fue así también. No veo el momento en que llegue al fin la primavera, y anda que no queda…

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  2. Pues por aqui otra mami con un niño q parecia más independiente y una niña mas enmadrada… Llevan un mes de guarde y a sido todo al revés!! La niña super adaptada desde el primer dia y él aún monta el numerito en la despedida…es más la profe dice que el pobre persigue a su hermana cuando siempre a sido él el «cabecilla» de todo en casa. Curioso verdad?. Este mes cumplen 2 añitos.

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  3. A los mios aun les cuesta un poco despegarse (tienen 15 meses). Siguo con mil dudas sobre la guardería porque si puedo respirar un poco por la mañana, por la tarde me demandan muchisimo y es como tener lo mismo pero concentrado!!

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  4. Yo matricule a mis hijas en el jardin desde los 12 meses porque me tocaba para poder llevar a su hermano Matos a rehabilitación. La verdad ha sido súper porque allí ellas aprenden mucho y socializan . Pero las tardes son la locura total ellas se han convertido en unos pequeños tornados..

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  5. me ha servido mucho tu experiecia, yo tengo gemelos d 12 meses hombre-hombre y tengo que volver a trabajar, mas aun estoy indecisa con eso d la guuarderia y eso que El mas independiente sea El que necesite mas tiempo para adaptarse es muy interesante jaja espero y vaya bien todo, aunque en El fondo se que la mas sufrida sere yo

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