» Soy madre de mellizos, un niño y una niña de dos añitos y medio. También tengo un hijo de 6 años y a él me quiero dirigir con estas palabras:

Quiero agradecerte lo fácil que me has hecho esta etapa en nuestras vidas; Tan sólo tenías tres años cuando papá y yo decidimos que era el momento de aumentar la familia y darte un hermanit@. La gran sorpresa fue cuando nos dieron la noticia de que no sería uno sino dos. Tu aún no podías imaginar el cambio que supondría en tu vida.

A las pocas semanas de embarazo, debido a una amenaza de aborto, empecé a estar en cama ya para un largo tiempo dejando de hacer lo que normalmente hacía contigo, y tú ya te comportaste como un “super niño” dejando que papá y el resto de familia suplieran mi papel. Recuerdo como me acompañabas en la cama y jugábamos y compartíamos lo que podíamos. NUNCA pusiste una pega.

Cuando por primera vez me separé de tí durante tres días porque estuve hospitalizada, se me encogió el alma, se me hizo eterno… Mi alegría fue que papá te colase el 14 de febrero para darme ese peluche. Tus besos y palabras me llenaron de fuerza.

Cuando nacieron tus hermanos, al ser prematuros de 31 semanas, tenía asumido que ellos quedarían hospitalizados. Estaban perfectos, sólo tenían que crecer para poder llevarlos a casa así que lo que más deseaba era mi alta para poder volver a casa, sentirte cerca e intentar explicarte que tus humanitos ya habían venido al mundo pero pasarían unos días hasta poder traerlos con nosotros porque eran bebés muy chiquititos y delicados y necesitaban estar en el hospital.

Fueron 20 días difíciles, de querer estar en dos sitios a la vez y no poder…

Una vez más, a pesar de no tener ni cuatro añitos, demostraste tu madurez comprendiendo que tus hermanos necesitaban también de mí y me tenía que marchar para poder atenderlos y darles de comer la leche que me ayudabas a sacar con esa máquina que tanta gracia te hacia.

Gracias a una estupenda enfermera que entendió el momento difícil que tú estabas pasando, al no entender que tus hermanos no estuvieran en casa como los hermanos de los niños de tu cole, pudimos llevarte a Neonatos cuando ya estaban en cuna y no había incubadoras, vías y demás cosas que te pudiesen impresionar. Ese momento quedará grabado para siempre en mis retinas; Mis tres hijos juntos por primera vez. ¡Cuanta felicidad!

En el momento que llegaron a casa, desde el minuto uno fuiste un gran hermano mayor, colmando a los pequeños de mimos y cariños. Te expliqué que durante un tiempo verías mucha gente trayendo regalos y dando mucha importancia a los pequeños, como en su día hicieron contigo, pero tú nunca has tenido una envidia o un mal gesto hacia ellos.

Has crecido y madurado a marchas forzadas, viendo tus tiempos de baño mas reducidos, cuentos más cortos, muchos «espera un momento», date prisa…. Tantas cosas que ya no podían ser igual… Lo que sí es igual, y JAMÁS quiero que se te olvide, es mi amor hacia tí, como tantas veces te digo te amo igual que a ellos.

Tuve miedo al pensar que la unión que suelen tener los mellizos te hiciera sentir desplazado como hermano, pero debido a tu actitud hacia ellos te adoran y te quieren como si fueseis trillizos y eso me hace muy feliz.

Tengo un trozo de cielo en mi casa, un autentico campeón, junto con tus hermanos sois lo mas grande que me ha dado la vida.

Espero estar a la altura y ser para vosotros una gran MAMÁ.»

Vero, mamá de los mellizos Daniela y Darío de 2 años, y Yoel de 6 años.

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