¿Sabías que…? Quedar embarazada durante el embarazo: La superfetación

¿Qué es la superfetación?

Ya hemos hablado en este blog de algunos casos raros de gemelos como los gemelos semi idénticos o gemelos de cuerpos polares, que aún constituyen todo un misterio para la ciencia. Y también hemos hablado de embarazos múltiples muy poco usuales, como el embarazo monocorial monoamniótico. Hoy vamos a hablar de un tipo de embarazo múltiple más infrecuente todavía; la superfetación, o lo que es lo mismo, los hermanos mellizos de distinta edad gestacional.

La superfetación tiene lugar cuando, a pesar de que un óvulo ya ha sido fecundado, la mujer vuelve a liberar otro óvulo en un ciclo reproductivo posterior y este, a su vez, es fecundado también.

Así que, como podéis ver, en algunos casos sí es posible quedar embarazada estando ya embarazada por muy extraño que parezca. Aunque técnicamente es discutible que los bebés puedan ser considerados como mellizos ya que, al haber sido concebidos en distintos ciclos menstruales, serían más bien hermanos.

¿Cómo se produce la superfetación?

La superfetación, si bien es un fenómeno muy extraño en seres humanos, es relativamente común en algunos animales como los caballos, ovejas, marsupiales, panteras o determinados roedores. En este sentido, resulta especialmente interesante el caso de la liebre, quien permanece en celo casi todo el año (dependiendo de las condiciones climáticas) y tras ser fecundada sigue liberando óvulos. Por ello, son frecuentes los casos de superfetación que dan lugar a embarazos simultáneos que acaban en partos distintos. Este fenómeno aumenta de forma significativa su capacidad reproductiva y, por ejemplo, en algunos ejemplares cautivos de Liebre Europea se han logrado hasta 7 partos por año. [1]

En el caso de la mujer, lo habitual es liberar un solo óvulo por ciclo y no volver a ovular una vez que se produce el embarazo por lo que la superfetación se considera como la ocurrencia de un fallo en el sistema bloqueo reproductivo natural y está frecuentemente asociada a los tratamientos de reproducción asistida. Así, puede ocurrir que algunos medicamentos que se utilizan para este tipo de tratamientos alteren el ciclo natural de la ovulación y, por ejemplo, que una mujer se quede embarazada mediante reproducción asistida y libere con posterioridad un óvulo que acabe siendo fecundado también pero esta vez de forma natural.

Por tanto, para que el proceso de superfetación tenga éxito deben darse tres condiciones excepcionales:

• Que se produzca una ovulación durante el embarazo. En los primeros momentos del embarazo el óvulo está rodeado de una fina capa llamada cuerpo lúteo. Si el óvulo no es fecundado el cuerpo lúteo se degenera pero, si el óvulo es fecundado y se implanta correctamente, este empieza a segregar hormonas para evitar una ovulación posterior.

• Que el esperma logre abrirse camino hasta las trompas de Falopio a pesar del embarazo. Cuando una mujer está embarazada, el moco cervical impide el paso de los espermatozoides a través del cérvix. Este moco cervical tiene una función antibacteriana contra determinados microbios presentes en el semen.

• Que el segundo embrión logre implantarse de forma exitosa en un útero ya ocupado por otro embrión. En condiciones normales la implantación tiene lugar gracias a unas condiciones muy especificas del entorno controladas por las distintas hormonas. Así, las condiciones adecuadas para una correcta implantación tienen lugar cuando la mujer está ovulando, y no cuando ya está embarazada.

Manejo clínico de la superfetación

La superfetación se detecta mediante ecografía en la que se aprecian dos fetos y dos placentas con distintos grados de desarrollo, cuando esta diferencia gestacional es mayor de dos semanas.

Ello implica descartar que se trate de mellizos con una diferencia de tamaño significativa desde el principio, alteraciones en el desarrollo de los embriones o la presencia de patologías como el Crecimiento Intrauterino Retardado (CIR) o el Síndrome de Transfusión Feto Fetal (STTF) que justifiquen este tamaño discordante.

Según el especialista en Obstetricia y portavoz del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists Patrick O’Brien, al año sólo se diagnostica un caso de este tipo en todo el mundo por lo que se considera un fenómeno completamente excepcional.

Y al contrario que las liebres, en el caso de las mujeres ambos fetos nacen en el mismo parto, siempre intentando que el segundo bebé sea lo menos prematuro posible. Este parto puede tener lugar de forma natural o mediante cesárea.

Algunos casos de superfetación

Sorprendentemente, la primera referencia al fenómeno de la superfetación la podemos encontrar en la mitología griega con la leyenda de Ificles y Heracles, hijos de Acmena. Según la leyenda Alcmena ya estaba embarazada de Ificles cuando fue visitada por Zeus, con quien concibió a Heracles.

El primer caso documentado se publicó en 1932 por el doctor Föderle. En el año 1960 un matrimonio de Baltimore tuvo lo que parecían ser gemelos. Sorprendentemente, los médicos notaron que uno de los bebés parecía ser prematuro. Inmediatamente el doctor examinó los huesos de ambos bebés mediante rayos X determinando que el bebé más pequeño había sido concebido dos meses después que su hermano.

En el Journal of Pediatrics se publicó en el 2005 un caso muy particular. Una mujer de 32 años se quedó embarazada de mellizos después de un tratamiento de reproducción asistida, apreciándose un tercer feto de tamaño discordante. Inicialmente se pensó que, de los tres embriones que le habían sido transferidos durante el proceso de fecundación in vitro, sólo dos habían tenido éxito. ¡Pero cinco meses después se apreció un tercer feto con una edad gestacional de tres semanas menos que los otros dos! [2]

En la revista médica latinoamericana Patología (número de octubre -noviembre 2007) he encontrado un interesantísimo caso que se produjo en Argentina. La mujer, de 38 años de edad, presentaba un aborto y un proceso infeccioso agudo y no había tenido controles médicos previos. Cuando examinaron la placenta y el feto expulsado se dieron cuenta de que no sólo había un feto de 18 semanas como los médicos pensaban, sino también un saco gestacional con un embrión de unas seis semanas de gestación.

En 2007 se documentaron otros dos casos en Inglaterra, en los que los bebés tenían una diferencia gestacional de tres semanas.

El último caso tuvo lugar en 2010 cuando el matrimonio Grovenburg, oriundo de Arkansas recibió una gran atención mediática al dar a luz mediante cesárea a dos bebés con una diferencia gestacional de dos semanas y media. Podéis leer un reportaje sobre su caso aquí.

Bibliografía

[1] La Liebre. Varios autores. Ed. Mundi-Prensa (2007).

[2] Superfetation: Pregnant while already pregnant. Blog Scientific American.