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El otro día una de nuestras foreras pedía consejo sobre como organizarse para ir a la playa con dos bebés de un año. Y casualmente la semana pasada estuve en la playa con mis mellizos, intentando desfogar a mis criaturitas en el aire libre.
La verdad es que yo no soy un ejemplo para nadie, aunque si hacéis justo lo contrario que yo probablemente os vaya muy bien. Y es que por mucho que me intente organizar, al final siempre acabamos instalados en el caos. ¡La teoría me la se pero la práctica la llevo fatal!
La semana pasada, por ejemplo, nos levantamos a las siete de la mañana para hacer cuatro cosas y salir pronto y, ¿Sabéis a qué hora salimos de casa al final? ¡A las dos de la tarde! Los niños tienen una capacidad infinita para destruir cualquier planificación posible, y al final uno acaba preguntándose en qué demonios ha empleado tantas horas. Y, lo reconozco, yo tampoco he sido nunca demasiado buena cumpliendo ningún tipo de planificación (excepto en el trabajo).
Mirándolo por el lado positivo, estas cosas vienen muy bien para trabajar virtudes como la paciencia, la capacidad de improvisación o la propia tolerancia a la frustración.
Otra cosa que ha cambiado para mí es la identificación del concepto de vacaciones como descanso. Recuerdo con nostalgia esa época en la que me pasaba ocho horas al día tirada en la arena, y en tres días me había leído un libro entero. Cuando tienes niños al final, por lo menos en mi caso, acabas currando más en vacaciones que en casa ya que tu casa está perfectamente preparada para tus hijos y ya tienes una rutina preestablecida. Sin embargo, en vacaciones tienes que andar improvisando continuamente a expensas de los medios que dispongas en esa momento, y encima tus hijos están nerviosos y desubicados por lo que la cosa se complica.
Primera escapada a la playa con mellizos de 8 meses
La primera vez que fuimos a la playa con los mellizos tenían unos 8 meses y era el mes de mayo, por lo que no hacía demasiado calor. Era un viaje corto de 5 días y nos alojamos en un apartahotel por lo que pensamos que tampoco sería necesario llevar demasiadas cosas. Ese era el planteamiento a priori porque claro, luego uno se pone a hacer las maletas y descubre que cualquier pequeña escapada con niños acaba pareciendo una mudanza por más que uno trate de llevarse sólo lo imprescindible. Porque el concepto de «imprescindible» con dos bebés da para mucho.
Recuerdo como antes de que nacieran mis mellizos convencí a mi marido para comprar un monovolumen, algo que a él le parecía exagerado teniendo en cuenta que sólo esperábamos dos niños. Y sin embargo, cada vez que vamos de viaje el coche acaba yendo repleto de cosas hasta el punto que ayer bromeábamos que si tenemos otro hijo tendríamos que llevarle en la baca.
Lo que más nos preocupaba en ese momento era como aguantarían los niños en el coche durante tantas horas, y la verdad es que nos sorprendió positivamente comprobar que iban plácidamente dormidos o entretenidos mirando por la ventana, por lo que no tuvimos que parar demasiadas veces.
La primera vez que uno viaja con niños no sabe realmente lo que se va a encontrar. En general fue todo más fácil de lo que esperábamos, excepto por el detalle de que descubrimos que mi hija odiaba el viento y la arena. Además la pobrecita, aún no sabemos como, acababa siempre con la cara metida en la arena. Mi hijo en cambio estaba encantado. Eso nos supuso una fuente de conflicto constante porque, mientras que mi hija lloraba cuando estaba en la playa, mi hijo lloraba cuando nos íbamos de la playa. Pero la verdad es al final nos pasamos la mayoría del tiempo paseando.
Otro problema fue el tema de los potitos porque mis hijos odian la comida preparada y, a pesar de tener potitos de todo tipo de sabores, acabaron alimentándose casi únicamente de potitos de fruta y yogures (y algún potito de pollo con verduras). Menos mal que en esa época aún tomaban mucho pecho y no parecían quedarse con hambre. Sin embargo, y aunque suene exagerado, decidimos que la próxima vez viajaríamos con la Thermomix (es un robot de cocina) para poder hacerles comida casera sin tener que pasarnos la mañana haciendo papillas.
De hecho, uno de los peores errores que cometí en ese viaje fue, en un vano intento de ahorrar espacio en el coche, llevar sólo una trona portátil y pensar que los niños podrían turnarse para comer. ¡Menuda estupidez más grande! En cuanto uno de ellos veía que su hermano estaba comiendo se ponía a gritar como un loco, y al final tenía que acabar dando de comer al otro sobre mis rodillas, peleando para que se estuviese quieto, lo que me ocasionó una tortícolis permanente. Y por supuesto me tuve que cambiar de ropa un mínimo de tres veces al día.
En cuanto a la integridad de los elementos que componían nuestro apartamento, de eso no tuvimos que preocuparnos demasiado ya que en esa época los mellizos apenas gateaban por lo que su capacidad de realizar destrozos era bastante limitada. Así que nos limitamos a echarles una mantita por el suelo del salón y les pusimos unos juguetes para que se entretuvieran.
Vacaciones de verano con mellizos de 11 meses
Esta vez nos quedamos en una casa ya que pasaríamos allí varias semanas, y nuestra llegada no tuvo mucho que envidiar al desembarco de Normandía. Entre la cantidad de ropa que llevamos por si acaso (un par de abrigos en Andalucía en pleno julio nunca vienen mal…), la compra ya hecha, la Thermomix, la cuna doble, las dos tronas, la bañera hinchable… Os podéis imaginar que sólo cargar y descargar el coche nos llevó unas cuantas horas.
La primera sorpresa vino a la hora de repostar en medio del viaje, cuando tratamos de parar el motor para echar gasolina y descubrimos que la llave se había quedado atascada en el contacto y no podíamos sacarla. Afortunadamente pudimos arreglarlo rápido pero creo que fueron los cinco minutos más largos de mi vida.
La segunda sorpresa vino a la hora de bajar a la playa, a escasos metros del apartamento. Nunca en mi vida me hubiera imaginado que se podía tardar varias horas en arreglarse por la mañana sólo para salir a la calle con chanclas y bañador. ¡Pero si antes de tener hijos no tardábamos más de media hora! Y es que para ir a la playa con niños hay que madrugar más que para ir al trabajo.
Esta vez como hacía mejor tiempo y mis mellizos ya tenían capacidad de movimiento, mi hija acabo cogiéndole el gusto a la playa y hasta rebozaba sus galletas en la arena antes de comérselas. Sin embargo, el mar parecía estar demasiado frío para ellos y pasamos mucho más tiempo en la piscina de bebés, experiencia que les encantó.
Para dormir pusimos su cuna junto a nuestra cama (como hacíamos en casa) y llenamos la habitación de juguetes para que se entretuvieran. Lo que más echamos de menos durante esas vacaciones fue tener un lugar seguro en el que poder dejarles un momento cuando estamos ocupados tal y como hacemos en casa. De hecho, aunque todavía no andaban, ya se ponían de pie por lo que tuvimos que desalojar medio salón para que no lo destrozaran. Quitamos todos los adornos, lámparas de pie y cualquier objeto a su alcance susceptible de ser destrozado o de causar algún tipo de peligro.
También conseguimos salir a cenar alguna noche escogiendo restaurantes poco concurridos, poco ruidosos y con espacio suficiente para que cupiera el carrito. Lo que hacíamos era vestirles dejando el pijama debajo (para no tener que desvestirles del todo antes de meterles en la cuna y evitar que se despertasen), y dar un buen paseo antes de cenar para asegurarnos de que estaban profundamente dormidos.
Escapada con mellizos de 21 meses
El coche super cargado, como siempre. Esta vez el viaje fue muy tranquilo también pero como ahora mis mellizos ya andan lo que hicimos fue, en vez de hacer paradas en gasolineras, buscar otros lugares más agradables (y limpios) para estirar las piernas como una zona de campo o en la plaza de algún pueblo.
Lo más conflictivo del viaje sin duda han sido los intentos de comer fuera con los niños de forma civilizada. Rabietas, comida saltando por los aires, mi ropa llena de salmorejo, los niños intentando trepar a las mesas… Afortunadamente el restaurante estaba completamente vacío por lo que no molestamos a nadie pero aún así creo que ya no vamos a volver a intentarlo al menos hasta que cumplan los 12 años.
Los primeros días se les notaba que estaban desubicados por el cambio de rutina y un poco nerviosos, y era difícilisimo conseguir que durmieran la siesta, y encima en cuanto se dormía uno el otro iba directo a despertarle. Así que nos hemos olvidado de rutinas y nos hemos limitado a improvisar y a sobrevivir (lo que no es poco).
Este año parecía que la playa no les hacía tanta gracia (a nosotros tampoco la verdad, porque hacía mucho viento), así que pasamos más tiempo en parques jugando con otros niños y paseando por ahí con ellos. Todavía no le han cogido el gusto a recoger arena con el cubo y usan las palas para agredirse mutuamente.
También hemos lidiado con unas cuantas rabietas en público, de esas en las que todo el mundo se te queda mirando con cara de desaprobación mientras tú rezas para que te trague la tierra (o mejor aún, que se los trague a ellos) y luchas contra la tentación de seguir andando y fingir que esos niños tan maleducados no tienen nada que ver contigo.
A diferencia de viajes anteriores, en este prescindimos de la bañera hinchable y les bañamos directamente en la bañera grande.
Para dormir esta vez les pusimos en una cama juntos rodeada de barreras para que no se cayeran. Lo malo fue que pronto descubrieron que, a diferencia de sus cunas, aquí si se podían bajar solitos por lo que la primera noche tuvieron un cachondeo considerable. El resto de las noches durmieron fenomenal, probablemente debido a tanta actividad física.
Y por supuesto, antes de preparar su cama, vaciamos la habitación a conciencia. Hicimos una revisión exhaustiva en busca de cualquier cosa que pudieran tragar o intentar meterse en la oreja y sacamos todas las lámparas, las sillas (para que no treparan a los muebles), desenchufamos la tele (para que no tirasen del cable) y quitamos hasta los cuadros por si acaso. Vamos que sólo dejamos la cama y una alfombra por si se les ocurría tirarse de cabeza contra el mármol (tal y como hicieron después).
La verdad es que cuanto más mayores son mis mellizos más parecen disfrutar de las vacaciones, y aunque la logística se simplifica, seguirle el ritmo a los niños cada vez requiere más energías (y en cambio nosotros vamos envejeciendo a marchas forzadas).
¿Qué me depararán las vacaciones de verano de este año? No lo se pero sólo de pensarlo me agoto. De momento me voy a dedicar a descansar para coger fuerzas 🙂
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Heleniyacar Herrera miiiiiiiira
holaaaaaaa chicos y chicas me siento muy feliz de estar con ustedes cada vez que veo sus programas me da mucha emocion por que me rio me divierto. Cada vez esos programas estan muuuuy buenos con muuuuuuuuuuuuucha divercion y alegria de verdad son unos grandes trabajadores los quieros besosssssssssssss los voy a ver cada vez me da meda mucha alegria los amo a todos se que trabajan mucho y se esfuerzan muuuuucho y de verdad vale la pena que lo hagan lossssssss quiero muuuuuucho hasta pronto
Ya lo tenía claro pero después de leerte más jajaja mis gemelas tendrán 8 meses para verano y hemos decidido que este año nos conformamos con la piscina de la urbanización 😉
Hombre Rocío que tampoco es eso je je
aca siempre salimos aunque sea un fin de semana!!! las primeras vacaciones laaargas fueron en diciembre cuando los cuatrillizos tenian 23 meses. la verdad es que fue genial!!!!! los enanos se portaron de 10! llevamos practicunas para que esten mas comodos y contenidos, tratamos de respetar la rutina lo mas posible y todo funciono de 10!! y siempre que podemos un finde largo nos escapamos, no me puedo quejar, tratamos de disfrutar todos lo maximo posible… tal vez la clave sea salir lo q uno mas pueda para que los chicos esten acostumbrados!!
Nosotros hasta ahora casa rural, noe atrevía playa… Este año sí! Por lo demás ya sabes q se portan bien…
Si si, además mira así ahorramos y ya nos iremos el año que viene q las nenas lo disfrutarán mas.
No me asusten!!! Q nosotros a penas vamos a la playa con los gemelos d 7 meses, vamos a Cancún y estoy segura q lo vamos a disfrutar, ya les contaré!!! Y saludos desde México!!!
Olgys lo tuyo ya con cuatrillizos es para ponerte una medalla 🙂 ¿Qué son las practicunas? ¿Cunas plegables o de viaje?
Nosotros nuestro primer viaje fue con 5 meses y con nuestra caravana!!
Nos lo pasamos genial, ellos no se enteraron mucho, pero ahora tienen 2 años y medio y se lo pasan muy buen en nuestra casa pequeña, jeje!
A la playa fueron con 8 meses la primera vez,y mucho mejor que al año siguiente que ya andaban y nos tocó recorrernos la playa detrás de ellos…
También hemos ido de casa rural y hoteles
Gracias por los consejos. Tenemos trillizas de 22 meses con las que sólo hemos estado por la orilla. Este verano haremos una prueba, pasando unos días fuera…veremos…olvidaremos cualquier plan fuera de los horarios típicos de comidas y sueños…
nuestros mellizos tiene 13 meses y este año sera el primero que pisen la playa. Ya hemos ido a juagr con la arena, cosa que les encanta a los dos, sobretodo comersela. Ya veremos como nos organizamos para ir a bañarnos!!!! esta claro que tenemos que ser dos….de momento uno solo no lo veo claro!!!!
como me reido con las rabietas y que la gente te mira y quieres q te trague la tierra porque a mi me pasa casi todos los dias q voy a buscarlos y llevarlos a la escuela en autobus . yo a la playa si q puedo ir porque les da miedo el mar porque lo ven muy grande pero ir a comer fuera buff ,buff otra vez GRACIAS por hacerme reir
quien sabe cuando ire yo jejejjejejje creo q no descanzo nada si voy con ellos y sinceramente quiero descanzarrrrrrrrrrrrrr pero…. no se si podre dejarlos con la abuelita asi q pienso y pienso……. es q debe ser super compliecado casi toda una mudanza
yo desde los 5 meses me los he llevado a todo conmigo, acampadas, campeonatos de motos, escalada en roca, eso si, en las vacaciones te cansas mucho mas que en tu casa porque ir de acampada al pirineo ( 6 horas de coche) conyeva mucho lio, biberones, esterilizadores, sacos de dormir, robot de cocina para hacer papillas caseras, mucha ropa porque en el campo se ensucian mas,etc…. pero a veces compensa disfrutar con ellos. Eso si agotan mucho.
Entre esta entrada y el foro, ya he sacado ideas!! Creo que lo que lo que haremos sera irnos un finde para probar y ya en verano por lo menos no ir de cero! Muchas gracias 😉
Tantear antes el terreno es una idea excelente 🙂
Bueno después de leerte me alegro que al padre no le guste la playa como a mi y por eso aún no hemos ido,no hemos conformado con piscinas familiares 🙂 y aunque ahora que tienen 23 meses podríamos probar, eso si, lo de intentar parar en un restaurante o dormir de noche…no lo conseguíamos aún en casa así que difícil lo veo en otro sitio y a eso le smo que a llegado la hermanita hace 22 días, así que…creo que este verano toca ¡piscinas familiares¡ Jaja…por cierto, nosotros si hemos tenido que cambiar el «querido Audi» de mi marido y mi «corsa» claro por una mono volumen Que remedio!
Siiiii son cunas plegables!!! Casi el mejor invento despues del lavarropas automático jajaja
Los pequeños tienen 8 meses y medio y el primer fin de semana que hemos dejado la casa ha sido este pasado fin de semana de las Letras Gallegas y la verdad que entre el coche de los niños, la compra solo para ellos para 2 días, las maletas con ropa por si acaso, y nuestras cachorra de 2 años… parecía que nos estábamos mudando. La ventaja que nada más subirse al coche se duermen y despiertan para comer o por algún gas que les molesta así que de camino ida y vuelta muy bien. La logística es lo que más agota pero al final es divertido. Nos la pasamos muy bien a pesar de la lluvia visitando a la familia.
Nada, que no hay que desesperar, cuando cumplen cinco años ya todo es maravilloso en la playa, o eso me acaba de decir una amiga que me ha llamado solo para contarme que viene de la playa con sus peques (5 años) y ha sido genial! Animo!!!
Ja ja Muchísimas gracias por tus ánimos!!!