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Las sombras de la maternidad según Laura Gutman
En la última semana se habla mucho en la blogosfera maternal de las sombras de la maternidad. Este término fue popularizado por la controvertida terapeuta argentina Laura Gutman, autora con la que no suelo estar de acuerdo en casi nada. Sin embargo, este pasaje de su libro “La maternidad y el encuentro con la propia sombra” me resulta muy inspirador:
“Robert Bly decía que nos pasamos los primeros veinte años de nuestra vida llenando una mochila con todo tipo de vivencias y experiencias… y luego nos pasamos el resto de nuestra vida tratando de vaciarla. Ese es el trabajo de reconocimiento de la propia sombra.
En la medida en que rechazamos vaciar la mochila… se hará cada vez más pesada, y más peligroso cada intento de abrirla. Dicho de otro modo: no hay alternativa en el encuentro con uno mismo. O nos sinceramos para indagar nuestros aspectos más ocultos, sufrientes o dolorosos, o bien estos aspectos buscarán colarse en los momentos menos oportunos de nuestra existencia.
Utilizar las manifestaciones del bebé como reflejo de la propia sombra es una posibilidad entre otras para el crecimiento espiritual de cada madre. En este sentido, el bebé es una oportunidad más. Es la posibilidad de reconocernos, de centrarnos en nuestro eje, de hacernos preguntas fundamentales. De no mentirnos más e iniciar un camino de superación.
El bebé se constituye en maestro, en guía, gracias a su magnífica sensibilidad y también gracias a su estado fusional con la madre o persona maternante. Siendo tan puro e inocente, no tiene aún la decisión consciente de relegar a la sombra los aspectos que todo adulto decente despreciaría. Por eso manifiesta sin tapujos todo sentimiento que no es presentable en sociedad. Lo que desearíamos olvidar. Lo que pertenece al pasado. El bebé se convierte en espejo cristalino de nuestros aspectos más ocultos. Por eso el contacto profundo con un bebé debería ser un período para aprovechar al máximo.”
Las sombras de mi maternidad
En mi caso no siento que mis sombras se manifiesten a través del comportamiento mis hijos como insinúa Gutman, sino a través de mi propia actitud y comportamiento. [pullquote position=»right»]Las sombras de la maternidad no están en mis hijos sino en mis propios pensamientos.[/pullquote]
No es que hasta ahora desconociese la existencia de mis “sombras”, sino que durante el embarazo y el puerperio estas sombras se han transformado por completo. Algunas se han desvanecido hasta casi desaparecer totalmente, y otras se han instalado con fuerza y parecen decididas a quedarse por mucho que me esfuerce en echarlas. Y no es sino esta lucha constante conmigo misma lo que me agota psicológicamente.
En mi caso, estas sombras se manifiestan de diferente forma en ámbitos muy distintos de mi vida pero muy especialmente en dos; en la percepción que tengo de mi propio cuerpo y en la relación con mis hijos.
Las sombras de mi cuerpo
[pullquote]No me gusta mi cuerpo postparto, lo acepto como el mártir que asume una condena a sabiendas de que es injusta[/pullquote], pero lo odio y hasta me avergüenzo de él. Y este sentimiento no es el resultado de ninguna presión exterior sino de mi propia percepción.
Cada vez que me preguntan si vuelvo a estar embarazada es como una puñalada que se hunde con fuerza directamente en el corazón de mi autoestima. Otras veces no respondo nada porque prefiero que piensen que estoy embarazada a tener que reconocer que “me he quedado así”.
Cada vez que me ducho evito mirar mi cuerpo para no tener que enfrentarme con la huella que ha dejado mi maternidad. Bastante tengo con saber que está ahí como para obligarme a mí misma a contemplar la imagen que escupe ante mí el espejo.
Nunca he sido especialmente presumida. Antes de ser madre, yo era de aquellas personas que se vestía con lo primero que encontraba (mi hermana siempre me decía ”tú no te vistes, te echas ropa encima”). Ahora cada vez que me arreglo me pruebo la mitad de la ropa de mi armario y voy desechando una prenda tras otra rabiosamente. Nunca antes había comprado tanta ropa holgada con el único fin de disimular las formas de mi cuerpo.
Antes de ser madre siempre utilizaba bikinis y ahora uso bañadores “de señora”. Me descubro a mí misma en la playa analizando los cuerpos de otras mujeres y preguntándome si ellas también han sido madres, y por qué la naturaleza es tan benévola en algunos casos y tan poco piadosa en otros.
La naturaleza es tremendamente cruel con las mujeres. Por un lado, nos otorga la capacidad de dar vida a otras personas, pero por otro lado nos deja marcadas para siempre después de esta experiencia. ¿Será este el precio que tenemos que pagar por ser las protagonistas de semejante milagro?
Las sombras en mi relación con mis hijos
“Violaine Guéritault dice: «Estaba llenando la lavadora mientras oía el ruido de fondo que armaban mis dos hijos al pelearse por enésima vez durante la mañana. De repente, se oyó un tremendo golpe seguido por los aullidos de mi hija. Y me quedé quieta, inmóvil, creo que pensé en algo así como “del suelo no pasa”, o “si grita, es porque aún está viva”. Entonces acaba de llenar la lavadora como una autómata. No sentía nada. Había dejado de pensar como una madre».”
Fuente: El agotamiento de las madres. Asociación Ítaca.
Desde hace unas semanas, ahora que mis mellizos están a punto de cumplir dos años, tengo algunos sentimientos ambivalentes hacia ellos. Por un lado siento que necesito espacio, y por otro, la sola idea me provoca una terrible angustia de separación.
Tengo miedo de romper ese estado fusional del que habla Laura Gutman, salir abruptamente de mi zona de confort y verme obligada a reencontrarme conmigo misma, con la persona que soy ahora.
El primer año en la vida de los mellizos me resultó agotador desde el punto de vista físico, pero este segundo año me está resultando mucho más exigente desde el punto de vista psicológico.
El primer año hay mucho que hacer y poco que pensar, pero ahora que los bebés ya son mucho más autónomos tienen otro tipo de necesidades más complejas. Ya no basta con darles el pecho o cambiarles el pañal para que se sientan satisfechos.
Si bien antes bastaba con una buena dosis de determinación y fuerza de voluntad, ahora entran en juego otras cualidades como la paciencia y el ingenio. Y empiezo a sospechar que estoy falta de ambas.
Últimamente me miro a mí misma y veo una madre que no quiero ser. Estoy de muy mal humor y pierdo la paciencia con facilidad. A veces los días se me hacen eternos y, entre rabieta y rabieta, me pregunto si conseguiré educar a mis mellizos algún día.
Me aburre oírme a mí misma repetir las mismas frases una y otra vez sin resultado alguno. No te subas a la mesa de cristal que se va a romper. No rompas los libros. No golpees la televisión. No tires la comida al suelo. No pegues a tu hermana.
Sus constantes demandas me desbordan y hay momentos en los que hasta parece que disfrutan con mi desesperación. A veces me siento invadida incluso físicamente. [pullquote position=»right»]Me debato continuamente entre la necesidad de agradar a mis hijos y la obligación de educarles[/pullquote]. Sus cambios de humor me desconciertan y me irritan. Sus peleas ponen a prueba de forma constante mi objetividad.
Me resisto a aceptar que, simplemente, hay ocasiones en las que es imposible complacerles por mucho que me esfuerce porque ni ellos mismos saben lo que quieren.
Otras veces me enfado por tonterías como que rompan sus juguetes o que se nieguen a comer lo que he preparado. Esto me hace pensar no es el acto en si mismo lo que me enfada, sino la repetición de los mismos actos hasta la extenuación.
Hay ratos en los que sus gritos me impiden oír mis propios pensamientos y siento la impotencia de verme arrastrada en una espiral de caos sin fin.
Luego les miro y recuerdo que sólo son dos niños indefensos. Pero les veo tan mayores de repente que quizá eso me hace esperar demasiado de ellos. ¿Cómo voy a enseñarles a controlar su propia frustración si yo no consigo controlar la mía? Después, la ira da paso a una feroz autocrítica y me siento la peor madre del mundo.
Y al día siguiente todo vuelve a empezar, y entonces me pregunto por qué demonios no aprendí nada el día anterior.
Maternidad, luces y sombras
La maternidad está llena de luces, sombras y claroscuros. [pullquote]La maternidad es un permanente tira y afloja entre tus ideas preconcebidas y la cruda realidad [/pullquote]. Un reto constante que te obliga a enfrentarte continuamente a tus propias limitaciones y a reinventarte a tí misma cada mañana.
La maternidad es una experiencia devastadoramente intensa que nos lleva continuamente desde la felicidad más intensa hasta la desesperación más absoluta. Y, con tanta ida y venida, no puedo evitar temer perderme a mí misma por el camino.
Nota: Si queréis conocer las sombras de otras madres podéis visitar esta recopilación de posts en torno a esta misma temática. Os recomiendo especialmente este testimonio de una madre de mellizos.
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Totalmente. Tal es asi q hay dias q solo pienso en dimitir
Maria, eso de dimitir me ha encantado 🙂
Me has dejado completamente loca y con lagrimas en los ojos, porque tal cual lo describes es lo que me pasa a mi, mi físico no me gusta, y eso hace que el día sea una lucha conmigo misma. Pero es que yo también estoy agotada al final del día, porque es una lucha constante con Lola.
Me he sentido super identificada. Mucho ánimo, porque estas sombras son parte de nuestro trabajo como madres, con nosotras mismas. Hoy he tomado la decisión que voy a pedir ayuda externa, no puedo más. Necesito encontrarme y reconciliarme conmigo misma.
Un beso Adriana
Total y absolutamente cierto.
Me he sentido identificada x completo! !
Diossss nunca me senti tan identificada!!!! Mas que nada con la parte en que describias como veias tu cuerpo y como nos ven los demas. Tener mellizos es una experiencia hermosa…pero muy degastadora. y es poca la ayuda que se recibe a veces. Gracias por compartir esto con todas nosotras. Mama de Renata y Pedro de 10 meses y Thiago de 9 años. saludos a todas las mamas de somos multiples.
Andamos en las mismas, los mios a punto de cumplir 2 años y yo con miles de dudas y miedos y etc etc 🙁
donde esta el formulario de dimision?? xD
Tal cual…
Por primera vez creo q por unos segundos he sido capaz de no sentirme tan mal, tan culpable, viendo q no soy la única q tras un largo día, terminas sintiéndote la peor madre del mundo…
Pero mañana volveré a sentirme igual. Después de gritarles, castigarles, repetir lo mismo mil veces, me iré a la cama sintiendo el mismo dolor de todos los días y con la misma pregunta de siempre: «¿Qué estoy haciendo mal? «
:'(
No se cómo te las apañas pero cada vez que escribes algo como esto me da la impresión como si hubiéramos hablado y te hubiera contado sobre mi…!!
Marijose, creo que no estamos haciendo nada mal. Simplemente se trata de una carrera de fondo y hay que aguantar el tirón… ¡Y guardar fuerzas para su adolescencia!
Mi espejo sin duda alguna!!! Este post es clara evidencia que de la mayoria de los seres humanos poseemos la misma sensibilidad solo que no todos la demuestran igual
…somos de admirar
Totalmente identificada…es muy dificil..
mis mellizos tienen 2 años y me vuelven loca
Viendo este video http://youtu.be/9f4f1Ci1e-k
lo nuestro no es nada, con eso me consuelo yo!! Jajaja
no sólo me ha gustado leerlo,sino q ncesito leer este tipo d cosas,así me siento un poco mejor,al ver q hay mamis q se sienten igual 🙂
Me encantó el post, te comprendo perfectamente. Gracias por la valentía de escribir con tanta sinceridad respecto a un tema tan delicado.
:,) gracias x que me sentí muy identificada y ahora se que somos varias mamis en este proceso y que es hasta cierto punto normal todo lo que pasa en un dia con nuestros múltiples amados ! Si se me salieron una que otra lagrimita . Gracias !
siiiiiii
dios mio!!!! definitivamente tuuu eres estupenda cada vez q publicas algo en la pagina pareciera q leyeras mis pensamientos y esto q lei parece q esa fuera yop!!! identicaaaaa estoy impresionada ufffffff q duro es esto!!! gracias muchas gracias…
Enhorabuena por el post. Creo que es muy valiente escribir lo que todos piensan y casi nadie dice
Identificada totalmente y por los demás comentarios me doy cuenta que no soy, ni somos las únicas que nos sentimos así. Gracias por compartir esto, saludos!
pfff!!! totalmente identificada. Agrégale que sus gritos no te dejan escuchar tus propios pensamientos, sino que terminas con ZUMBIDO DE OIDOS Y DOLOR DE CABEZA (con todo y lo sanas que somos al grado de que nuestro dolor menstrual pasa a 5° o 7° lugar) y aún cuando ya las dormiste y recuestas tu cabeza en la almohada; para por lo menos dormir una hora antes de que despierten de nuevo, sueñas con su llanto!!! y después de un rato te das cuenta de que NO ES UN SUEÑO, aún no has dormido!!!, cuando sientes su manita tirando de tu cobija para subirse en tu cama!!!. Mis hijas gemelas recién cumplieron los dos años, no tienen más de una semana. Y según leí, los primeros dos años son los más difíciles!!! SEGURO??? según a partir de entonces es cuando comienzas a disfrutarlas, les cae????
Me han gustado mucho tus palabras. La maternidad es lo más bonito y lo más frustrante a la vez. Cuando son bebés tenemos demasiados miedos, a ver si les estamos cuidando bien. Y cuando crecen y se empiezan a convertir en personitas…les estaremos educando bien? Es muy difícil no sentirse así puesto que es una gran responsabilidad. E imagino que en el caso de múltiples las cosas se complican.
Respecto a lo físico, me he visto reflejada. Siempre he sido gordita pero ahora me han quedado cicatrices de guerra y un barriga permanente de 4 meses con la que me ceden el sitio en el metro!!! Habrá que buscarle el lado bueno 😉
Un saludo!
¡Gracias!
por lo pronto ya me cansé de darles nalgadas y opté por la sugerencia de mi esposo con nuestro primer hijo: «no les pegues: cambia las nalgadas por castigos». Estoy ya en la etapa de dejar el pañal; y debo confesar que ha sido doblemente difícil con las gemelas que con mi primer hijo. Así que dejé de pegarles cada vez que hacen pipí fuera de la nica y ahora les puse el castigo de quedarse tres minutos en el patio solitas (llorando como madalenas). Espero que esto dé resultado. Ha sido MUY DIFICIL y sumamente agotador, ser madre de gemelas, aún teniendo la experiencia de un hijo anterior (cuatro años mas grande) y sin contar con el apoyo al 100% de su papá, (como si fuésemos las únicas culpables de haber engendrado dos bebés al mismo tiempo). Y bueno… sin mencionar que además de cocinar (para cinco); calentar y servir comida (para cinco, a la hora que se les da la gana comer y vaciar la comida al piso o llegar de trabajar); poner lunch (para los únicos dos que salen de casa: mi marido y mi hijo) y picar fruta para las gemelas que se quedan y que a toda hora tienen hambre (pues se la pasan corriendo y haciendo travesuras en tooooooooooda la casa); recoger cada cinco ó diez minutos lo que sacaron de los cajones; lavar ropa, plancharla, doblarla y guardarla (para cinco); preparar el baño y la ropa que se pondrán después (repito, para cinco, incluyéndome, pues nadie me prepara el baño y mi ropa!!!); limpiar la casa (donde ensuciamos cinco)…. y después de todo… ¿¿¿tener la energía para complacer a uno??????
Llega el momento donde, si tu marido no te apoya en las labores diarias, (no digo que lo pongas a trapear o a lavar los trastes!!!, eso sería demasiado para su hombría) como cambiar un pañal o darles eñ
o darles el desayuno); nuestro marido se llega a convertir en UN HIJOTE MAS!!!!
en serio!!!! Además de las agotadoras labores diarias con los peques; y, olvidándote de ti misma, tienes que guardar energía para complacer a tu «hijo mayor» pues sus necesidades físicas van más allá de las propias; con la exigencia de que ya cumplió 9 ó 10 horas laborales al día y lo que desea es llegar a casa a descansar y relajarse de su jornada laboral!!!! (¿¿¿¿¿¿¿Cómo si nosotras tuviéramos una hora de descanso al día; o por lo menos, una hora para comer!!!!, sin presiones de ningún tipo; o por lo menos, cerrar los ojos cinco minutos y pensar en algo más que no sean pañales, berrinches, trastes. pisos o ropa sucios, o lo que cocinaremos mañana!!!????)))
Llegué a esta comunidad solicitando ayuda!!! y me doy cuenta de que no soy la única mamá multiple que me quedo a solas con mis hijos la mayor parte del día (hasta que llega mi marido de trabajar) sino, que termino el día sola y con otro hijo más a quien atender y cumplir sus necesidades!!!!. Espero consejos, muuuuuuuuuuchos consejos de quienes hayan pasado por la misma situación. Psicólogos y psiquiatras absténganse; si no han sido padres múltiples.
He querido llorar al ver el video de Lucia Abarca…pero cuando veo a mis trillis…creo q lo hacemos bien y aguantamos..pero necesito informacion sobre la verdadera sutuacion de los padres…no vamos bien…no lo hago bien…hay mas cosas…eso es lo q me quita el suenyo..mis pekes son muy buenos…14 meses largos…y por la noche antes de acostarse les hago reir y me cargan las pilas…pero la veo a ella y no lo hago bien……:)
Es que los dos años son «LOS TERRIBLES DOS AÑOS»… Es tan cierto lo que tú dices…. pero mira, todo tiene solución. Si no te gusta cómo se ha quedado tu cuerpo, tiene solución: un poco de dieta, ejercicio (recoger juguetes del suelo cuenta como flexiones), una faja reductora… intenta ser tan compasiva contigo misma como lo serías con una amiga que te dijera que no se gusta…No seas tu peor juez.
Y sobre la relación con los hijos.. pues cierto es que ahora empieza lo difícil, pero también creo que la relación, en el plano afectivo empieza a igualarse: ya no serás tú sola la que dé cariño, ellos también te cogerán por sorpresa y te darán besos… Claro que esto puede ser después de haber pintado la tele de plasma que te compraste antes de ayer… En fin, que lo importante es ser capaz de hacer este análisis de nuestras sombras… Y pensar siempre que el tiempo juega a nuestro favor, porque los MARAVILLOSOS TRES AÑOS están a la vuelta de la esquina…
y respecto a la vida social… qué es eso??? hace años que no lo practico, y sí sé que necesitaría ayuda de alguien más (para por lo menos, hacer el súper yo sola). No tengo amigos fuera del face, mi vida social se ha limitado a la familia de mi marido; pues con la mía no cuento. Algún consejo????
Me encontre al abuelo de cuatrillizos y me abrio los ojos un dia…me he ido a la cama con un vaso de leche…y ha habido noches q.no dormia…pero dw todo se sale…trabajamos los dos…160 horas al mes…mi record aunque.no estoy orgulloso de ello fue..trabajar 36 horas y estar 72 despierto cuidandoles en tres dias..no siempre hemos.tenido dos canguros…yo he pagado para dormir y para no dormir…mi mujer trabaja desde el primer dia toda la.jornada..yo solo 14 dias al mes..pero me voy 14 horas cada dia…llego y les devuelvo la sonrisa…se q sois muchas las q no podeis trabajar…pero sin trabajar…la casa no funciona…
Hola!!
El testimonio de la mamá es bastante desalentador, se encuentra en un círculo difícil de salir, desde mi percepción si empezase con dedicar 15 min. diarios a realizar algún ejercicio fisíco, (ponerse unas bambas y salir a la calle, al principio combinar 1 min.andando y al siguiente un pequeño salto y a cambiar la marcha) le ayudaria a sentirse mejor en el resto de los aspectos que tanto sufrimiento le aporta.
Cuanta verdad!!
Me siento totalmente identificada, en todos los aspectos. Mamá de Alberto y Maria 2 añitos recien cumplidos.
Sólo hay una solución, de verdad, y es ser positiva, lo que hay es lo que hay y hay que adaptarse y aunque parezca difícil, disfrutarlo, que aunque ahora parezca eterno, irá pasando, igual que los niños crecen rápido, todo se irá transformando, hasta que un día descubres asombrada que te van dejando más y más ratos libres, que ya duermes a menudo de un tirón, que ya no caes en la cama como un saco, que has tenido tiempo hasta de ir a la peluquería, que han pasado varias horas sin llorar, y todo va mejorando y llega un momento en que te vuelves a encontrar contigo misma, y lo negativo y el cansancio se vuelven serenidad y satisfacción de verles en lo que se han convertido y ya no les llevas a los sitios, ahora vas «con» ellos. Hasta el cuerpo más o menos vuelve a su ser, a veces tarda más, a veces tarda menos, el mío tardó casi tres años, en lo que me dejaban el asiento de autobús, que por cierto aprovechaba, pero al final volví a mi talla. Mi parejita ya tiene 9 años, pero cuando tenían dos o tres me sentía como dice el texto, exactamente igual, lo veía todo negro y me sentía hasta culpable de «no disfrutarles» como debía, pero de verdad que todo pasa, ahora hasta me cuesta acordarme. Ánimo.
Qué post más duro! Creo que todas tenemos nuestras sombras. Comparto la tuya del cuerpo, que se me quedó bastante mal incluso después de operarme por la hernia umbilical y la diástasis de recto. Me asumo como soy y me digo a mí misma que esas marcas de la maternidad son algo de lo que podría sentirme orgullosa si no nos bombardearan las imágenes de mujeres perfectas. Pero bueno, va por momentos… El verano es más duro porque todo es más visible, pero es lo que hay. Mucho ánimo. Estas sensaciones van y vienen…
Ayer quise comentarte este artículo pero no tuve ocasión . Sólo decirte q me gustaría q esto hubiese sido menos duro para disfrutarlo más, pero lo cierto es q muchas madres se sentirán identificadas. Pero quiero recordarte q hace más o menos un año antes de la entrada de la guardería os hice llegar un poco de mi desesperación en ese caso era por la guarde , ayer terminaron el curso y exceptuando los resfriados interminables, y demás dolencias todo ha ido genial, y te mando mi esperanza porque es cierto que ya ellas cumplieron tres años y se empieza a ver todo de otra mañana mucho mejor! A veces como ya hablan tanto son ellas las que me dicen “mami , no te agobies” y yo me las como enteras y me siento mucho mejor! Ahora piden hermanos! Vieron los sextillizos con las gemelas y quieren muchos! Jajaja pero aún no ha llegado ese momento, ahora que todo va mejor, sólo quiero disfrutar de ellas y con ellas! Un beso a tod@s!
Guapa, éste me lo había perdido… y no sé por dónde empezar. El primer punto lo comparto. No llego a odiarme, hay días que me veo bien por la mañana, recién levantada, y de frente. Si me pongo de perfil «sujetando» disimula, y como no tiene estrías ni marcas, pues la tolero. Aunque si la comparo con mis fotos de embarazo viene a ser como cuando estaba de unas 11 o 12 semanas. El resto estoy mucho más delgada, así que poco a poco, eso pienso todos los días, poco a poco… mi aita siempre dice que es a partir del segundo año cuando el común de las mortales que somos madres empezamos a recuperar verdaderamente el cuerpo, y en mi caso es cierto que he notado mejoría según ha pasado el tiempo. Aunque creo que en este punto la exigencia externa la tenemos grabada a fuego, y no nos deja disfrutar…
En cuanto a la maternidad en sí, estoy completamente de acuerdo contigo. Para mí el primer año sí, tenía trabajo de pañales y hacer bibes y recoger ropitas… pero de ahí en adelante el trabajo es más psicológico, y hay que conseguir estar bien para que las niñas estén bien. Sabes que mis niñas son tranquilas, y no he tenido demasiados problemas, pero como todas las madres, hay días agotadores, y semanas, y necesitas respirar. Sin ir más lejos, el viernes pasado lo necesitaba… Dejé a las niñas en casa bien cuidadas y me fui con mi marido a dar un largo paseo y cenar algo. Hacía mucho tiempo que no nos tomábamos un rato tan largo sin ellas, y realmente recarga pilas. No dejan de hablar y de requerirme, y a veces me siento mentalmente agotada. Cuando estoy de mal humor no soy capaz de seguirles el ritmo, estoy cansada, gritas que no se hace tal o cual cosa, y luego te sientes fatal… pero lo hacemos bien, lo sé. No se puede estar siempre al 100%, y creo que el intentar estarlo, el querer estarlo, sería lo que nos llevaría a la verdadera frustración, es imposible.
En cuanto a lo peor que me ha traído la maternidad, sentirme sola e incomprendida en mi círculo de amigas, prácticamente no materno, que seguían exigiendo el mismo tiempo de mí, y sin llevar a niñas… también he dejado de exigirme, la que me quiera de verdad, me entenderá.
Lo haces genial, lo sé, y eso que tus mellis son de gran demanda, pero poco a poco, poco a poco, primero un día, y luego otro, y luego otro… te darás cuenta que van a prendiendo… Es un post precioso a pecho descubierto, gracias.
Jo…te leo y leo los comentarios y veo que todas (porque la mayoría somos mamas) nos sentimos igual. A todas nos pasa lo mismo…
Yo no podría haber descrito tan bien cómo me siento…no soy tan valiente.
Muchas gracias…