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Confía en tus hijos, ellos saben bien cuanta comida necesitan
Confía en tus hijos, ellos saben bien cuanta comida necesitan

Muchos niños pasan por periodos en los que comen peor de lo normal. En el caso de gemelos, mellizos y trillizos el problema a veces se acentúa más ya que los niños se imitan unos a otros. Si uno aparta su plato, el otro tampoco quiere comer. Os daré algunas pautas para estas situaciones.

Ya a partir de los 6 ó 7 meses podemos observar estas conductas, coincidiendo con la etapa de las papillas. Ante la gran desesperación de los padres, si uno mueve la cabeza en señal de ‘no’, el otro hace lo mismo. Esta conducta  suele aumentar a partir del primer año cuando los múltiples son más conscientes de lo que hace el otro (u otros).

En el transcurso del segundo año están en plena etapa de la imitación. Imitan todas las conductas que ven hacer sus papás y al hermanito o hermanitos.

 

El apetito cambia a partir de los 12 meses

Justo al año se da una disminución del apetito. El crecimiento durante el primer año es el más grande de toda su vida, salvo la de su vida intrauterina, que aún es mayor. A los 12 meses el niño triplica su peso que tenía al nacer y aumenta unos 20 a 25 cm.

Pero a partir de este momento el crecimiento se ralentiza; desde ahora hasta la pubertad sólo aumentará unos 2 a 2,5 kg y crecerá unos 6 a 8 cm por año. Por tanto, es lógico que el niño empiece a comer menos, pues ya no necesita tanto alimento. Es posible que un niño de 18 meses tome lo mismo que otro de 9 meses.

Y hay otro motivo por el que el niño a veces empieza a comer menos: Ahora está en la fase del descubrimiento del ‘yo’. Le encanta imponer su voluntad, ya que así afianza su personalidad. La comida es una excelente ocasión para ello.

Y para más inri, los múltiples se imitan.

 

¿Cuál es la actitud más adecuada para estas situaciones?

  • La comida debe ser un momento del día agradable y exento de tensiones. Todo niño come lo que necesita. Tienen este instinto de supervivencia. Por tanto, tu tarea consiste en prepararles comida sana y equilibrada; la suya es comérsela o no. En esto no puedes influir. Mantén la tranquilidad y procura que el momento de la comida sea armonioso, poniendo por ejemplo música.
  • Si se imitan negativamente, dales de comer por separado, uno después del otro o, si tienes la posibilidad, el papá le da la comida a uno y tú al otro sin que se vean (en rincones distintos). Pero no siempre se imitan en lo negativo: Puede ocurrir que uno coma bien y el otro imitándolo también se termine su plato. Si esto es tu caso, aprovéchalo. Un plato con dos compartimentos es muy práctico para este caso.
  • No compares las cantidades que comen tus gemelos. Cada uno tiene su constitución y sus necesidades particulares. En general los idénticos suelen comer cantidades similares; los mellizos pueden ser muy diferentes, siendo uno un auténtico tragón y el otro muy melindroso y quisquilloso. No se trata de elogiarle a uno, mientras al otro se le critica. Todo niño come lo que su cuerpo le pide y no para agradar a su mamá o su papá.
  • Si realmente te preocupa lo que comen (o lo que come uno de ellos), anota durante unos días todo lo que toman, incluyendo los tentempiés. Seguramente es más de lo que te imaginabas.
  • Procura no darles más leche de lo que les conviene (a partir de los 12 meses, medio litro a diario, incluidos el yogur, petit suisse, queso, etc.). Si toman más leche que esta cantidad, se sacian con ella y no toman otros productos.
  • Ten en cuenta los gustos y las preferencias de cada uno de los gemelos o mellizos. Un día le haces por ejemplo macarrones (el plato favorito de uno) y al otro arroz (el favorito del otro).

 

¡Me preocupa que coman tan poco!

Si esto es tu caso, el siguiente estudio te puede tranquilizar. La doctora M. Davis, de EEUU, reunió a un grupo de niños con edades comprendidas entre 8 meses y 4 años. Les dejaba libres en su elección a la hora de comer. Se les ofrecía varios platos y los niños escogían lo que les apetecía (los más pequeños lo señalaban con sus dedos).

Se anotó meticulosamente lo que cada niño comía. Y resultó que cada niño, valorado por el total de varias semanas, había escogido una dieta equilibrada. Si algunos días se decantaba por los postres, en otros días los dejaba de lado y comían por ejemplo verduras. O si algunas veces comían muy poco, en otras comidas tomaban más. En otras palabras: El niño es capaz de elegir una dieta equilibrada.

Incluso los poco comedores comían lo suficiente para seguir creciendo y seguir en su percentil de la curva de crecimiento. Todo niño tiene un instinto de supervivencia y se puede confiar en él.

Podéis encontrar más información sobre este tema en este artículo de mi página web.

 

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Coks Feenstra, psicologa infantil, lleva desde el año 1995 investigando el mundo de los múltiples.En 1999 publicó el Gran Libro de los Gemelos. También colabora otras publicaciones como Psychologies o Crecer Feliz.

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3 comentarios en «Cuando los gemelos, mellizos y trillizos no quieren comer»

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