Actualmente, todos vivimos a un ritmo veloz. Nos imponemos muchas tareas y llenamos nuestros días con obligaciones y compromisos. Esto nos afecta a nosotros mismos, creándonos estrés, pero también a nuestros hijos. Este estrés se puede combatir con mindfulness.

Educando a nuestros hijos con mindfulness

Mindfulness quiere decir ‘mente con atención plena’. Solemos dispersar nuestros pensamientos; mientras cocinamos o bañamos a los niños, pensamos en otra cosa. Mientras nos dirigimos al trabajo, apenas vemos apenas el entorno, porque estamos pensando en otras cosas. Actuamos con el piloto automático y hacemos continuamente varias cosas a la vez. Pero nuestro cerebro no es multitarea. Se estresa con esta carga de tareas.

Es algo que tú misma (mismo) fácilmente puedes comprobar. Detente un momento en esa lectura y recuerda la última vez que disfrutaste plenamente de algo…

Seguro que fue una situación en la que conseguiste dedicar tu atención a una sola actividad, como dar un paseo con tus hijos sin prisas, tener una conversación con tu pareja sin tele ni ninguna interrupción o incluso amasando la tarta que terminaste sin que nadie te molestara. Eran momentos en los que tu mente estaba en lo que hacías; momentos en los que hacías las cosas con plena atención, con relajación y sin prisa.

Hoy en día vivimos cada vez menos estos momentos, debido en gran parte por las nuevas tecnologías que nos permiten estar conectados en todo momento, mediante whatsapp, Internet…etc.

Hace unos años aún teníamos momentos que nos permitían reflexionar o soñar despiertos, como en la consulta del médico, en la cola del supermercado o esperando al autobús. Este tiempo hoy en día llenamos con leer nuestro correo, con mandar un mensaje etc. Parece práctico, pero su efecto es que nos pone en un estado de actividad continua y que dispersa nuestra atención. Mientras compramos, aún estamos pendientes de cómo se comportan los niños en casa con la abuela.

El neuropsiquiatra belga Theo Compernolle afirma que solo escuchar el sonido de un mail entrante en tu correo distrae tu concentración por un minuto y medio, aunque no lo leas. Si trabajas en un informe durante 60 minutos y en este tiempo te llegan 20 mails, pierdes tu concentración, ¡Durante 30 minutos!

Por tanto, hoy en día nuestra cabeza está saturada por la avalancha de estímulos que le piden dar una reacción, como los ruiditos del móvil, las miles de opciones en las tiendas (qué tipo de leche eliges), miles de oportunidades en Internet (viajes, compras, etc.). Cuánto más llena está nuestra cabeza, menos capacitados estamos para tomar buenas decisiones o actuar correctamente ante conductas difíciles de los hijos.

El origen de mindfulness

Fue el biólogo Jon kabat-Zin, de la Universidad de Massachusetts quien descubrió la importancia de la relajación, de vivir el momento y estar en lo que uno hace, trabajando con pacientes con dolores crónicos. Pero hoy en día la mindfulness también se aplica a personas estresadas, empresarios multifacéticos hasta incluso a padres para ser mejores educadores. De allí la importancia para la educación de gemelos, mellizos y trillizos.

Según un estudio holandés, un 40% de las personas se sienten atosigadas durante varios días de la semana. Los grupos que más sufren el estrés, son las mujeres, los altos cargos y los padres con hijos menores de cuatro años.

La semana próxima os contaré las pautas para aplicar en casa con vuestros hijos y con vosotros mismos.

 
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