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Una madre de gemelas idénticas de 5 años me contó en una ocasión de que una de sus hijas a veces se quejaba de ser gemela. Le hubiera gustado más ser hija única, sola y sin su sombra. ¿Esto es normal? me preguntó la madre en tono preocupado.
Sí, en realidad no es nada raro. Este tipo de emociones pueden surgir entre gemelos, mellizos y trillizos, al igual que entre hermanos. ‘Eres el peor hermano que me ha podido tocar’ recuerdo haber pensado más de una vez sobre cada uno de mis cinco hermanos varones. ¿Quién no se acuerda de tales sentimientos?
De alguna manera tendemos a pensar, los adultos y la sociedad en general, que los gemelos, mellizos y trillizos son siempre un dúo o trío armonioso. Hay mucha verdad en este tópico, ya que los múltiples suelen ayudarse mucho entre ellos, pero su relación no está en absoluto exenta de emociones negativas y comentarios crueles. ‘No te aguanto, sal de mi vista, déjame solo una vez, no quiero ser tu gemelo’, son solo algunos de ellos. Tenemos que aprender a valorarlo en su justa medida, ya que así no nos escandalizaremos ante sus peleas y animosidad.
Para empezar debemos ser realistas: los gemelos, mellizos y trillizos son, aparte de ser múltiples, sobre todo hermanos y como tal pelean por la atención paterna, igual como otros hijos. También existen una serie de mitos y unas circunstancias en torno a ellos que influyen negativamente en su relación. Cristina Baglivi Tinglof, autora de ‘Doble Duty (una obra no traducida al español) y madre de mellizos menciona los siguientes:
- El mito de los gemelos. Gemelos siempre llaman la atención y todo el mundo asocia el ser gemelo con un vínculo fuerte y una única alma. Como la media naranja que todo el mundo busca en su vida. Hasta a veces lo otorgamos con un poder místico. Esto puede crear expectativas altas e irrealistas.
- El efecto de la pareja. Esto ocurre a dos niveles: externo (para el entorno) e interno (para ellos mismos). En cuanto al primero: los gemelos suelen ir juntos, por ejemplo, de camino al colegio. Si van separados, el entorno les pregunta por el otro. No les ven como dos, sino como una unidad. Puede llegar a molestarles, como me contó Geraldina, 38 años: ‘De niña quería ir sola al colegio, no siempre acompañada por mi hermana, porque siempre llamábamos la atención y esto no lo quería. Durante un tiempo anduve detrás de ella, pero esto me causó una sensación igual de desagradable. Odiaba este aspecto del ser gemela’. También hay una vivencia de pareja en ellos: muchas veces se reparten los roles y las tareas. Uno es el mañoso, el otro es el inventor. O uno es el que hace nuevos contactos; el otro los mantiene. De este modo se complementan y se diferencian el uno del otro, pero sus conductas no dejan de ser una reacción a las del otro. Y esto termina molestándoles. Cada uno quiere ser una persona en su totalidad.
- Menos vivencias en solitario. Los gemelos tienen menos oportunidades de vivir experiencias individuales. Mientras un niño no gemelo, según los estudios, a los 9 años ya habrá dormido algunas veces solo, por ejemplo en un campamento o en casa de los abuelos, a los gemelos este hito les llega a los 14 años. Vivir siempre acompañado puede agobiarles.
- Sentirse siempre responsable del otro. Los gemelos pueden sufrir un acusado sentimiento de responsabilidad para el otro. A veces los padres lo fomentan con mensajes como ‘cuida de tu hermano’. Pero también puede ser algo inherente a su condición; el hecho de crecer juntos crea en ellos una sensación de responsabilidad mutua que en realidad les pesa. Como explica Pedro, 11 años: ‘Tengo más amigos que mi hermano y si paso mucho tiempo en casa de ellos, me preocupa que mi hermano se sienta solo. No puedo disfrutar del todo, siempre lo tengo a él en algún rincón de mi mente’.
- Los gemelos reciben menos atención paterna. Es algo inevitable, ya que la atención se tiene que repartir. Y todo niño requiere una porción paterna abundante y exclusiva. Los padres juegan más con un hijo no gemelo que con los gemelos, que por sí ya se entretienen bien juntos. Pero aún así les beneficia jugar también con el papá o la mamá.
Todas estas situaciones explican por qué pueden darse emociones negativas hacia el hecho de ser gemelo. Afortunadamente también hay soluciones que ayudan a suavizar esta situación:
- Procura verlos como dos individuos, cada uno con su personalidad. Dales lo que cada uno necesite, lo cual siempre será distinto, ya que no son dos hijos iguales. A veces algo sencillo demuestra que aciertas en este aspecto, por ejemplo al hacerles dos tartas en su día del cumpleaños y no una sola. Y si el entorno los trata como una unidad, haz hincapié en sus diferentes personalidades.
- Anima a cada hijo a hacer las actividades que a él le gustan. No tienen por qué ir a las mismas actividades extra-escolares, aunque para vosotros sea más fácil. Tomarte la molestia a llevar cada uno a su club u hobby, es cansado, pero tendrá su recompensa, ya que les ayudará a sentirse individuos.
- Si tus gemelos, mellizos o trillizos, se pelean y se dicen muchas cosas feas, no te alarmes ni les digas comentarios como: ‘Es tu gemelo, no debes hablarle así’. Es mejor que expresen sus sentimientos y sus celos. Las emociones negativas tienen que salir, si no, se guardarán en el interior y aún es peor. Ayúdales a ser honestos el uno con el otro, aunque sea doloroso. Mejora el vínculo y la convivencia.
- Procura no compararles y evita comentarios como ‘¿por qué no lo haces tan bien como tu hermano?’. Esto aumenta su rivalidad y los celos. Acepta que cada uno tiene sus cualidades y aspectos positivos, igual como otros más difíciles.
- Si uno de los dos o tres se queja de ser gemelo o trillizo, indaga en qué se basa esta emoción. Seguro que habrá algo que le moleste sobremanera. Al saber qué es, puedes poner un remedio. Por ejemplo, la madre de Geraldina al ver que su hija lo pasaba mal, animó a sus hijas a salir en momentos distintos. Geraldina ya no iba con su hermana, sino con una amiga vecina. Y su gemela cogía la bici en vez de ir andando. Son a veces las soluciones sencillas que para los gemelos tienen mucho significado.
- Si observas que los dos se sienten muy responsables el uno con el otro, intenta aliviarles esta carga. ‘Yo me ocupo de tu hermano, vete tú a jugar con tu amigo’. Y evita responsabilizar a uno del otro, por ejemplo dándole a uno dinero para el almuerzo. Es mejor dárselo a cada uno, aún con el riesgo de que uno lo pierda. También hay que evitar mensajes como ‘cuida de tu hermano’ o ‘mira a ver qué hace’ convirtiendo a uno en el espía del otro. Esto no conviene en absoluto y es totalmente contraproducente. La lealtad entre los gemelos suele ser muy grande. Y lo tenemos que respetar.
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Qué buen post, me ha encantado, me lo apunto! Y mañana lo comparto! Recuerdo una amiga que tenía hermanas gemelas idénticas y nos contaba como una le insultaba a la otra diciéndole que era muy fea! Siempre me pareció súper curioso… si eran igualitas!!! Hay que tener mucho cuidado en la educación de los múltiples por lo que veo, aunque supongo que como en la de hermanos, pero eso no tengo que hacerlo en mi caso… mi hermana de pequeña (la mediana) lloraba a veces y les decía a mis padres que ella «quería ser sola…». Me ha encantado, muchas gracias por tanta información.
Me ha parecido buenísimo el post, muy acertado, los míos tienen 9 años y hemos pasado por casi todas de las situaciones de las que habla.
Hola, soy madre de gemelos, todavia no he yegado a esta situación, mis gemelos tienen 15 meses, no se si les va a gustar ser gemelos o no, lo que si sé es que a mi me hubiera gustado más ser nadre de un hijo único. Y aunque ya mw siento mal por el único hecho de pensarlo necesito exptesarlo de alguna manera, por eso lo escribo aquí aunque no sea el siyio mas apropiado. Mi gran ilusion era ser madre pero el dia que supe la noticia de que eran dos. ..solo tenia ganas de Llorar y Despues de todo este Tiempo Todavía no yengo asimilada la noticia y es una pena porque me estoy perdiendo el disfrutar mas de mis ninos. Pero en mi cabeza siempre está » si hubiera sido uno». Lo disfrutaria mas, le dedicaria mas tiempo, toda mi atención seria para el, aeria mucho mas facil para salir. …en fin para todo. Siempre quise ser madre y ahora q lo soy no me siento feliz porque siempre estoy pensando. ..si hubiera sido uno. y esto agota mucho porque es una lucha interna y eso que mis niños son lo q mas quiero en esta vida y estan miy sanos, pero cada vez q veo q veo madres con un solo niño siento envidia porque a mi también me hubiera gustado. Me imagino relajada y feliz con un niño pero en mi caso son dos. Dos a la vez es complicado, estas mas cansada Y no les dedicas tiempo por separado, cosa q me preocupa bastante y no digamos cuando sales con esa silla enorme Y lo que pesa. Yo paso todo el dia con ellos pero soempre los dos a la vez. Mi problema es estar siempre pensando que si hubiera sido uno…..es agotador