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¿Es posible tratar igual a los gemelos, mellizos o trillizos? Y, sobre todo, ¿Es conveniente?
Todos los padres de gemelos, mellizos y trillizos han sufrido comentarios por parte de sus hijos del tipo ‘No es justo, le das a él más que a mí’. Es entonces cuando surge la pregunta.
La respuesta es simplemente ‘no’. Es imposible darles un trato igual y además, no es ni siquiera deseable. Cada hijo es una persona única, con sus propias peculiaridades que requieren otro tipo de educación y hasta otro tipo de pautas educativas.
Nos lo cuenta Maribel, madre de gemelas monozigóticas:
‘Paula es la más responsable de las dos. Parece la mayor, es una niña muy adaptable, reflexiva que cede casi siempre a las exigencias de su hermana. Ella, Elena, es más insegura, celosa y exigente. Nos pide mucha más atención.
Si ponemos una pauta, como por ejemplo hacerse la cama antes de ir al colegio, Paula lo hace, pero a Elena se lo olvida. El otro día les dije que si lo hacían bien durante una semana, les daría un premio. Al final de la semana Paula se mereció este premio, pero Elena no. Le puse debajo de la almohada a Paula un huevo Kinder y a Elena nada. No sabéis el lío que se montó. Estaba furiosa e indignada a más no poder. Pensé que la casa se nos derrumbaría de tanto alboroto. Y claro, me reprochó que a su hermana le tratara mejor’.
¿Actuó bien esta madre? Pues, sí. Pero Elena, a sus seis años todavía no es capaz de reflexionar sobre su propia conducta. Solo ve un acto que vive como injusticia. Fijaos lo que ocurriría si la madre en este caso no cumpliera su palabra y para no herir los sentimientos de la otra, también le regalara el mismo premio, no merecido.
Esto le pasó a Karina. Esta madre decidió darle a sus gemelas de ocho años un premio si lograban comportarse mejor entre ellas. Las gemelas, Ivette y Chus, se peleaban a diario muchísimo, remarcando sus enfados con gritos y exclamaciones fuertes que a sus padres les exacerbaban. También observan que Ivette es la que más cede y la que más sufre con estas peleas, siendo siempre la que antes cede.
Así que Karina les explicó que tendrían un refuerzo positivo para las buenas conductas, como prestarse sus pertenencias, no gritar, buscar compromisos y dialogar. Recibirían puntos por cada buena conducta y con un cierto número de puntos tendrían una camiseta de las ‘Tres Mellizas’ que ambas querían fervientemente. Los puntos los apuntaba la madre en una hoja, para asignar a cada una su propia puntuación.
Ivette no tuvo problemas, en pocos días tenía la hoja llena. Pero Chus acumulaba los puntos con más lentitud. Ahora la madre tiene un problema: Ya puede comprar la camiseta para Ivette, pero no para su otra hija. Se siente incómoda ante esta situación porque lo vive como una injusticia. Así que añade algunos puntos a la lista de Chus para que parezca que ella también tiene sus puntos conseguidos. Las niñas y hasta la propia madre saben que esto no es cierto. Lógicamente Ivette se enfada con su madre. Se siente defraudada porque piensa que al fin y al cabo su hermana puede seguir comportándose mal.
Por tanto, ¿Qué aprende cada una de esta situación? Chus aprende que, se comporte como se comporte, su madre siempre saldrá en su defensa. También aprende que no hace falta que se autocontrole, porque la recompensa la tendrá de todas formas. En otras palabras, la niña no aprende a controlar su enfado. También aprende que siempre tendrá lo mismo que su hermana.
Yvette aprende que su madre no la protege contra las malas conductas de su hermana. Como la madre no la protege, esto implica que ella tendrá que aguantar, haga lo que haga su hermana. También aprende que comportarse bien no sirve de nada y que las dos siempre serán tratadas del mismo modo, hagan lo que hagan como si fueran dos del mismo lote. Esto, sin duda, creará mucho resentimiento en la niña.
Además, las dos niñas aprenden que Chus es la que controla la situación y, ¡No la madre! Como Karina cede a las peticiones de su hija, es la última la que decide lo que ocurre en esta casa. Paradójicamente, en su intento de ser justa, Karina no lo es en absoluto.
Este ejemplo pone sobre relieve lo importante que es tomar decisiones individuales para cada hijo, de acuerdo con su carácter y su modo de comportarse. Y esto nunca es igual para todos. En este caso Karina tendría que haber aguantado el chaparrón que le caería encima al comprarle a Yvette la camisa antes que a su hermana. Pero habría sido lo correcto. No había otra solución.
Como padres de gemelos, mellizos y trillizos no podéis darles lo mismo. Los hijos nacidos de un parto múltiple tendrán que aprender pronto que la vida no es justa.
Por ejemplo Pablo se esfuerza mucho en clase y trabaja duro, aún así su hermano Enrique, que apenas se esfuerza ni estudia para los controles, saca mejores notas que él. ¿Injusto? Sí, pero así es. Y habrá que explicárselo a los hijos tal como es. En este caso hay un consuelo que el hijo seguramente no entenderá hasta que sea más mayor: dile al hijo con menos notas excelentes pero más empeño, que la perseverancia y la disciplina son los factores que llevan al éxito y no la inteligencia si no va acompañada por estas características.
Contadme como solucionáis vosotros aquellos conflictos cotidianos en los que no le podéis dar lo mismo a vuestros múltiples.
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En mi caso no tengo problema a la hora de tratar a cada uno de mis mellizos como personas independientes al igual q mi tercer hijo cada uno se gana ( premios, mimos, castigos…) según sus propias actuaciones.
Yo creo que no se deben trate igual pues cada uno es independiente y tienen cualidades aptitudes y sentimientos diferentes por muy idénticos que ellos sean entre si creo que cada uno se gana sus premios sus felicitaciones y sus regaños aunque hay que explicarles porque se le premia a uno y a otro no o porque se le regaña y a su hermano no… Aunque es un poco difícil
Lala Aristizabal Importante! Leelo por favor.
Yo para ir kitandolas el pañal, las premiaba pegando pegatinas, una d las mellis no queria…asique no podia pober pegatinas… Bien o mal me parecio justo. Cada una tiene sus premios x sus logros, comportamientos…
Yo para ir kitandolas el pañal, las premiaba pegando pegatinas, una d las mellis no queria…asique no podia pober pegatinas… Bien o mal me parecio justo. Cada una tiene sus premios x sus logros, comportamientos…
Y creo que el metodo tambien ayudo a la segunda a animarse. Ella no se kejaba, pedia pegar pegatina al ver a su hermana,se lo explicaba y casi siempre lo entendia sin protestar
Y creo que el metodo tambien ayudo a la segunda a animarse. Ella no se kejaba, pedia pegar pegatina al ver a su hermana,se lo explicaba y casi siempre lo entendia sin protestar
SUPER INTERESANTEEEE!!!
SUPER INTERESANTEEEE!!!
Excelente artículo, ahora mismo estamos viviendo esta situación con nuestra hija mayor, hemos puesto algunos puntos en práctica y nos han funcionado, ahora a aplicar los que nos faltan.
Pues me imagino que habrá que premiar a la niña que destaque en cada momento, por sí misma… no por ser gemela… ¿no?
Tan sencillo y tan complicado a la vez… son personas completamente independientes y diferentes, y como tales les tratamos. Pero claro, en un día cruzado, si te quedas sin salvavidas, a veces haces cosas que según las estás haciendo sabes que no están bien hechas… hay que perseverar cada día para hacerlo mejor!
Yo tengo mellizos y la verdad son muy diferentes el uno con el otro. Uno siempre es más tranquilo y el otro siente la extrema necesidad de llamar la atención haciendo líos….jajaja