¿Ser sociable es genético? Una respuesta afirmativa se ve respaldada por numerosos estudios científicos, especialmente aquellos realizados con gemelos, que han revelado el impacto significativo de la herencia en la forma en que interactuamos con los demás.
Aunque la sociabilidad puede parecer un rasgo aprendido a través de la educación y el entorno, la investigación ha demostrado que nuestros genes juegan un papel crucial en la predisposición a ser sociables, tal y como ocurrió en el post anterior en el que hablamos sobre la influencia de la genética en la felicidad.
¿Qué es exactamente ser sociable?
Alguien sociable es alguien que piensa en los demás, que se pone en la piel del otro, que está dispuesto a mirar el mundo a través de los ojos del otro. Tal actitud le permite entender al otro. También el altruismo se considera como una habilidad típica de la persona sociable: dar algo a alguien sin esperar nada.
Según los estudios, un 50 o 55% de las personas es sociable por naturaleza.
Las personas sociables suelen elegir profesiones en las que están al servicio de otros, como, enfermero, médico. En general se piensa que las mujeres lo son más que los hombres. Es así, aunque la diferencia no es grande.
No todas las personas son sociables. Otro tipo de personas son ‘los individualistas’. Un rasgo que les caracteriza es el egoísmo. Estas personas piensan principalmente en sí mismos y en su propio interés por encima del interés del otro. Un 30 a 35% de la población pertenece a este tipo de personas.
También están ‘los individuos competitivos’. Comparan lo que tienen con lo que poseen los demás y siempre quieren tener más. No es un rasgo negativo en sí, porque ser competitivo sirve para alcanzar altas metas y llegar lejos. También ayuda a defender lo tuyo cuando otros pisan tu terreno. Un 35% de las personas pertenece a este tipo.
Los 3 tipos puedes darse también en una sola persona. Lógicamente una persona sociable tiene a veces buenos motivos para ser egoísta.
Sociabilidad y genética: Estudios con gemelos
Los estudios con gemelos sobre este tema son justos, pero nos han enseñado que ser sociable no solo se aprende de los padres. También hay una parte heredada en ello. Se calcula que es en torno al 33%.
¿Cómo lo sabemos? Los estudios con gemelos separados al nacer y dados en adopción a diferentes familias, han arrojado luz sobre el tema.
Al reunir a estos gemelos, a la edad adulta, se observó que hay grandes semejanzas en ellos en cuanto a la sociabilidad.
Como sus experiencias habían sido diferentes (cada uno había recibido una educación diferente), esas similitudes deben ser fruto de sus genes.
Thomas Bouchard, en 1990, encontró entre los gemelos separados que él mismo reunió (para el famoso estudio de la Universidad de Minnesota) que se parecían hasta un 61% en la forma de ser sociables.
El desarrollo de la sociabilidad en el niño
El niño pequeño es por naturaleza sociable (necesita del contacto humano), pero también egoísta. Es lógico, para él el mundo gira en torno suyo.
En el segundo año empieza a verse separado de su mamá y entender su propio ‘yo’. Debe afianzar este ‘yo’ antes de poder ser sociable.
En sus primeros tres años de vida predomina el ‘yo’, pero poco a poco, gracias a una mayor madurez empieza a ser capaz de compartir.
Con los años nos hacemos más sociables, pero hay un límite. Pasados los 65 años nos volvemos algo menos sociables y nos encerramos más en nuestro propio mundo.
De los estudios con los gemelos también se concluyó que ser asocial también tiene un fuerte componente genético, igual como aspectos como la impulsividad, búsqueda de sensaciones fuertes, tomar riesgos, insensibilidad o frialdad. También las conductas que son consecuencia de tales rasgos, como jugar a las máquinas y tomar drogas, tienen un componente genético.
Resumiendo: los genes influyen en nuestra capacidad de ser sociable. Pero no lo son todo. La educación paterna influye en que la tendencia del niño vaya en una dirección u otra.
En otras palabras, la educación puede suavizar o acentuar los rasgos heredados. Por ejemplo, un trato irrespetuoso o ver videos violentos influye en los niños, sobre todo en aquellos con una tendencia a la agresividad y conductas asociales.
¿Cómo ayudar a nuestros hijos a ser más sociables?
Os dejo unas sugerencias que os ayuden a fomentar la sociabilidad en vuestros hijos:
- Sé contundente ante las malas conductas de tus gemelos, mellizos o más. Corrígeles y enséñales a resolver sus peleas mediante palabras, la negociación, hacer turnos etc. Pero al mismo tiempo sé realista: los niños pequeños (1 a 3 años) suelen pegar, empujar y morder a otros. Incluso su agresividad muestra un pico entre los 20 y 22 meses y luego va disminuyendo, gracias al mejor dominio del habla. Un niño que pega no es por ello un niño asocial. Solo debe aprender a expresarse de otro modo.
- Sé respetuoso con tus hijos. Háblales de modo correcto, pídeles las cosas en vez de dar órdenes, emplea los términos gracias y por favor. Los niños imitan los modales de sus padres.
- Sé solidario con otras personas y participa en proyectos sociales. Lo que los niños viven en casa, les influye de manera decisiva.
- Léeles cuentos sobre la amistad y el tener amigos.
Un dato alentador: ser gemelo crea una situación beneficiosa para el aprendizaje de la sociabilidad.
Los hijos, nacidos de un parto múltiple tienen muchas oportunidades para practicar habilidades sociales, como escucharse, ponerse en la piel del otro, negociar, etc.
Tanto es así que según estudios, como el de Pulkkinen et al, en 2003, los gemelos, de 11 y 12 años, mostraban más conductas positivas, como ser sociables y complacientes, que los niños no gemelos (estas conductas fueron evaluados por compañeros de clase).
Y los que mejores puntuaciones obtuvieron, fueron los gemelos niño y niña.
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