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Gemelos que odian ser gemelos; cuando el vinculo se convierte en un lastre

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Por Somos Múltiples

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El vínculo entre nuestros hijos es un tema muy sensible que debe ser tratado con delicadeza
El vínculo entre nuestros hijos es un tema muy sensible que debe ser tratado con delicadeza

El otro día una de nuestras seguidoras nos hablaba acerca del vínculo tan especial que le une a su hermana gemela. Y una de las cosas que nos recomendaba encarecidamente a los padres es evitar el fomento de la competitividad o rivalidad entre los gemelos, mellizos o trillizos. Para ilustrar este consejo nos contaba la historia de dos amigas suyas, también gemelas quienes nunca lograron construir un vínculo sólido entre ellas debido a la influencia de sus padres.

Y es que el vínculo entre los gemelos, mellizos o trillizos es un asunto muy sensible, que debe ser gestionado con mucha delicadeza y mano izquierda, especialmente por parte de los padres pero también por parte del entorno. A pesar de que Coks comentaba hace poco que, según un estudio, el 86% de los múltiples declaran disfrutar del hecho de ser gemelo o mellizo, hay una minoría que no sólo se declara insatisfecha sino que directamente afirma odiarlo.

Así pues, parece que el vínculo no siempre es tan idílico como a los padres nos gustaría creer, y más aún cuando los múltiples son del mismo sexo, ya que los hermanos del mismo sexo en general tienen un nivel de competitividad mayor. Probablemente, en el caso de los gemelos monocigóticos (idénticos) esta competitividad se acentúe aún más, aunque además de los factores ya citados también jugará un papel importante el carácter de los hermanos.

Este impactante testimonio ilustra de forma clara este fenómeno:

“Soy gemela. No se por qué pero siempre he odiado ser gemela y tener una hermana gemela. Pero también odio tener la gemela que tengo. Hay algo acerca de mi hermana gemela que he odiado desde nuestro nacimiento. Odio genético. La gente de mi entorno siempre supo que yo me sentía más cómoda poniendo distancia entre mi hermana y yo. (…) Mi hermana no me ha hecho nada malo en la vida. No es eso. Siempre hablaba con mi gemela pero por dentro me sentía mal y esperaba el momento de disponer de mi propio tiempo. Cuando estoy sola me siento libre, me siento completamente yo misma, es como si me librase de un gran peso que llevo sobre los hombros. Pero cuando estoy con mi hermana tengo esta sensación interna de sentirme atrapada, obligada a sonreir y a querer a mi gemela.

Me he preguntado a mí misma una y otra vez desde que era pequeña de donde proviene este odio. Por qué odio tanto ser gemela. Por qué me cuesta tanto querer a mi hermana. Ahora tengo 20 años. A día de hoy no he encontrado respuesta a estas preguntas y me siento exactamente igual a como me sentía de pequeña. Es como un odio emocional, una especie de incomodidad mental. No puedo explicarle esto a nadie. Ni siquiera a mí misma. Sólo se que siento esta angustia en mi corazón cuando estoy demasiado cerca de mi gemela y me dan ganas de vomitar. Y cuando estoy lejos soy feliz de estar sola. No me siento triste para nada. (…) El odio me está devorando viva porque no puedo controlarlo.”

Fuente: Yahoo Answers

Más adelante, otra hermana gemela le responde en estos términos:

“Creo que sospecho de donde viene todo esto. Quieres vivir tu propia vida y no la vida de un clon, de un bicho raro. Para los demás eres visto como alguien fuera de la norma, pero tú lo que quieres es tener una vida normal. Te gustaría que te mirasen como si no fueses distinta, un espécimen único en este mundo. Se como te sientes, paso por ello cada día. Confunden tu cara con la de tu hermana y os tratan como si fuéseis la misma persona. Te recuerdan constantemente que tienes una sombra viviente. (…)

Quieres que te dejen tranquila. Creces haciendo las mismas cosas que tu gemela porque tienes que hacerlo. Vais al colegio o al instituto juntas porque tenéis que hacerlo. Te acaban gustando u odiando las mismas cosas sólo porque es la persona más cercana en tu vida. Tenéis el mismo cumpleaños por lo que ese día que se supone tan especial no resulta tan gratificante. Tu día especial no es sólo tuyo. Quieres experimentar cosas por ti misma y jugar sola pero los padres tienden a no entenderlo y piensan que es una gran idea que paséis más tiempo juntas.”

Días más tarde, investigando sobre otro tema distinto encontré por casualidad el escalofriante testimonio de un hermano gemelo, que contaba como sus padres lograron destruir de forma deliberada el vínculo entre ellos hasta el punto de que no supo que su hermano había muerto hasta 5 años después. Aunque es un caso muy extremo, y tiene algunas connotaciones religiosas que lo hacen muy particular, creo que es un testimonio interesante para ilustrar hasta qué punto la actitud de los padres puede influir en el vínculo entre nuestros hijos:

El hecho de ser gemelos determinó nuestra educación

“Mi hermano y yo vinimos al mundo en 1958, a petición de nuestra hermana mayor de 8 años, que afirmaba que quería otro hermano porque se aburría. Durante los primeros años de nuestra existencia, aproximadamente hasta los 8 años, tuvimos una gran complicidad y sólo jugábamos entre nosotros abstrayéndonos completamente de los demás, ya se tratase de nuestros padres, nuestra hermana o cualquier otro niño. Teníamos nuestro propio lenguaje, nuestros códigos, y sólo con mirarnos nos entendíamos perfectamente.

Nuestros padres jamás aceptaron esta situación e hicieron todo lo posible para destruir esta complicidad que había entre nosotros, considerando que se trataba una amenaza hacia su propia autoridad. En cuanto a mi hermana, estaba profundamente celosa de nuestro vínculo. Cualquier ocasión era buena para tratar de ponernos el uno contra el otro, castigando a uno y recompensando al otro de forma ostentosa y vejatoria.

Debo añadir también que mis padres son Testigos de Jehová. Todo aquello que no comprendían acerca de la relación entre mi hermano y yo lo achacaban a los dominios del Diablo. Muchas veces incluso recibimos comentarios acerca de una supuesta e imaginaria homosexualidad nuestra.

También decir que nuestra infancia, hasta los 17 años, estuvo llena de violencia física y psicológica. A fuerza de recibir acoso y hostigamiento en el seno de la familia comenzamos a odiarnos, entrando en una espiral de competencia directa y frontal. El odio genera odio.

La educación adquirida hizo estragos en nuestra relación, destruyendo todo nuestro amor y complicidad. De hecho, mirándolo ahora con la perspectiva de la distancia, mi hermano se convirtió para mí en el espejo de aquel al que no podía mirar a la cara, yo mismo. Y creo que a él le pasaba lo mismo. Nos daba vergüenza ser gemelos, ser anormales, no ser cómo los otros.

Todo eran burlas hacia nosotros, incluyendo a aquellos testigos de Jehová que se reían de nosotros sólo porque íbamos vestidos de forma parecida. Nos llamaban “el uno y el otro”. Mi hermano llevaba muy mal esta situación y me lo reprochaba. Por mi culpa, se reían de él. Si yo no hubiera sido su hermano gemelo él habría sido mucho más feliz.

Mi hermano falleció en el año 2000. Yo no lo supe hasta cinco años después ya que llevábamos 20 años sin vernos y él había roto los vínculos con mi familia de forma definitiva.

Al principio sufrí mucho por este desamor por parte de mi hermano, pero tuve que hacerme a ello para poder continuar viviendo sin él. Pero está claro es que me falta. Lo que ocurrió no fue culpa suya, sino de aquellos que no hicieron más que aportar odio e incomprensión, aquellos que forjaron nuestra experiencia vital, esa experiencia que estuvo tan condicionada por nuestra gemelaridad.”

Fuente:Etre jumeaux: deux internautes témoignent” (Ser gemelos; dos internautas aportan su testimonio). Periódico Le Figaro.

Como a mi me gusta aportar siempre un enfoque positivo, lo primero que pensé después de leer esto último fue que, si bien los padres podemos acabar destruyendo el vínculo entre nuestros hijos con nuestra actitud, por esa misma regla de tres también podemos ayudarles a construirlo o gestionarlo. Así que el próximo artículo estará enfocado precisamente a eso, a ver cómo podemos ayudar a nuestros hijos a evitar esos sentimientos de rivalidad, competencia o incluso odio.

Y para terminar os dejo un video (en inglés) en el que dos gemelas explican en primera persona su situación. Una de ellas está harta de que su gemela trate de ser su mejor amiga, la otra gemela desea tener una relación más cercana, y la presentadora del programa trata de mediar entre ellas.

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Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Prometo hacer todo lo posible para que paséis un rato entretenido en mi intento de acercaros al maravilloso mundo de la crianza múltiple; un mundo rodeado de mitos en donde tanto los retos como la satisfacción se elevan al cuadrado.

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8 comentarios en «Gemelos que odian ser gemelos; cuando el vinculo se convierte en un lastre»

  1. Espero que mis niñas nunca sientan eso… les tratamos como hermanas, a cada una con sus gustos y particularidades. Aunque para ciertas cosas, como por ejemplo en el vestir, o para ir al cole, ahora sean un pack de tres. Poco a poco ellas irán adquiriendo su independencia, pero la relación que están forjando ahora espero que dure toda la vida, porque es algo maravilloso.. y espero ansiosa el artículo en positivo de qué podemos hacer para que sea así!

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  2. Yo he vivido la gemelaridad muy de cerca, me he criado muy próxima a mis primas carnales idénticas, toda la familia las confundía, siempre vestidas igual, compartían hasta los libros del cole, en la familia no tenían nombre propio, eran «las gemelas», o «la gemela», siempre odié eso. Toda mi vida dije que no me gustaria nada tener gemelos, y desde que estudié psicología, más aún, pero cosas de la vida, me tocó. Así que no me quedó otra que plantearme la mejor manera de afrontarlo, que ha sido tratando siempre de respetar ese derecho a ser dos personas y no dos mitades. Nombres que suenen distintos, peinados distintos y ropa distinta, jamás he permitido que los llamen «los gemelos, o el gemelo». A veces he temido pasarme, tampoco puedes anular su condición, que tiene cosas muy buenas, qué duda cabe.

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  3. Los relatos de los gemelos que se odian siempre me causan tristeza y estupor. Pero es cierto: existe. Lo difícil de ello es que, estando mal uno con el otro, ninguno de los dos está realmente bien. Si se odian, también odian una parte suya propia. No sé todavía explicar muy bien a qué se debe; a veces hay factores ambientales, como estos dos niños en una familia destructiva. Su vínculo fue bien en la primera parte de su vida, algo que no fue así para la gemela del primer testimonio. Me parece que ella ya nació con esa sensación de no querer ser gemela. Un consuelo: he conocido a muchísimos gemelos y solo me he encontrado con un caso negativo en el que sí los padres tenían alguna parte de ‘culpa’ (anteponían siempre a uno de los dos). Por tanto, no es en absoluto algo frecuente.

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    • Para que las gemelos o mellizos se odien o no sean tan apegados, y no existe ese vinculo tiene que ver el medio en donde se desarrollan, la casa, amistades y la escuela, profesores y compañeros de clase, En mi caso particular fueron mis padres, y profesores en la escuela, Soy Melliza, y mi hermana es de tez blanca y yo de tez morena, mi hermana le hiba bien en las matemáticas y yo en las artes y deporte, mi hermana sacaba diplomas en la escuela y yo en deporte, pero como era un deporte no valia no era nada eso no contaba, además siempre me hicieron saber que era la mayor y le tenia que obedecer en todo, así que le hacia sus tareas por que era una orden de mi hermanita, a ella le pagaron sus estudios, yo trabaje para seguir estudiando, la realidad que llevo meses sin saber de ella y no siento las ganas de buscarla a pesar que vivimos unas cuantas cuadras, ella nunca me ha buscado ni llamado por teléfono. Y mis familiares la preferían mas a mi hermana que ami, yo decía que cuando tuviera hijos no haría esas feas comparaciones, mi vida fue llena de comparaciones, ella es mejor en matemáticas tu me averguenzas, los deportes no sirven, toda mi niñez lo escuche…
      Mi reto y misión en la vida, es educar a mis gemelos varones, para que sientan amor como hermanos el saber que son diferentes personas, y si ellos quieren vestirse iguales lo hacen y sino , no pasa nada, ellos toman sus propias decisiones, ellos no deben pasar lo que yo viví por ser melliza. Mis niños son muy unidos mis gemelos cómplices de travesuras!
      Es lo mejor que me ha pasado.
      Y si he vivido un reto con mis familiares a la fecha no saben cual nació primero, si le he planteado los limites hacia mis niños.

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  4. queria consultarles respecto a esto.. TENGO MELLIZAS.. y soy muy feliz… pero hay algo que me tiene angustiada y preocupada. Mis bebas tienen 4 meses y no soportan estar las dos al mismo tiempo en brazos o en el mismo lugar… empiezan a gritar… cuando ellas se reconoceran como hermanas??????

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  5. bueno yo soy gemela yo quiero a mi hermana pero ella me odia en realidad cuando eramos niñas eramos muy unidas pero hoy todo ha cambiado mas yo creo que cuando mi hermana comenzo a conocer a otras personas ella fue cambiando,y yo creo que fue por sus amistades

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