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Navidades con mellizos, ¿En tu casa o en la mía?

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Por Somos Múltiples

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Navidades con mellizos, ¿Cómo sobrevivir?
Navidades con mellizos, ¿Cómo sobrevivir?

Debo confesar que la llegada de las Navidades, a pesar de que es una fecha muy especial para mis mellizos tal y como os conté el año pasado, me agobia un poco todos los años.

Siempre pensé que cuando fuera madre me haría muchísima ilusión la Navidad. Supongo que cuando mis hijos sean un poco mayores, y más conscientes de lo que significa la llegada de la Navidad, me acabaré ilusionando un poco más aunque sólo sea por contagio.

De momento, sigo retrasando al máximo el momento de sacar la decoración navideña de las cajas del trastero, como si el hecho de no hablar de ello y no mostrar ningún signo externo hiciera que la Navidad desapareciera de mi vida por arte de magia. Como consecuencia, una vez que rescato todos los adornos y hago el esfuerzo de ponerlos, acabo dejándolos puestos hasta febrero por pura vagancia.

Estoy convencida de que cada año mis vecinos se preguntan si es que soy incapaz de leer un calendario, o tal vez pertenezco a alguna secta rara que celebra la Navidad con un mes de retraso.

En cualquier caso, os estaréis preguntando qué es lo que me agobia tanto, y eso es lo que pasaré a relataros a continuación:

 

1. Colas y aglomeraciones varias

En Navidad es como si la población se multiplicase inexplicablemente hasta límites insospechados. ¿Dónde permanece escondida toda esa gente el resto del año? Se trata de un fenómeno fascinante que me tiene tan intrigada como atormentada.

Seguro que alguno está pensando que soy una quejica y una llorona así que adjunto como prueba irrefutable una foto del centro de mi ciudad tomada durante el pasado puente de Diciembre. No se ni como puede respirar toda esa gente, y desde luego no me quiero imaginar por cuanto se habrán multiplicado a fecha de hoy. ¿De verdad que se han metido ahí voluntariamente? Decidme que viendo esto no os dan ganas de hibernar hasta febrero.

Fuente: Aglomeraciones en el centro de Madrid. Periódico El Mundo.
Fuente: Aglomeraciones en el centro de Madrid. Periódico El Mundo.

Evidentemente, en estas condiciones, salir a hacer cualquier recado navideño o no navideño es una auténtica tortura. Afortunadamente, hoy en día contamos con la posibilidad de comprar online los regalos, cómodamente y sin movernos del sofá (por cierto, si buscáis gangas os invito a visitar a nuestros amigos de Dscuento, en donde encontraréis ofertas para todo tipo de regalos y por supuesto también juguetes pinchando en este enlace).

Pero lamentablemente aún no me veo comprando el marisco o el pavo por internet, y todavía nadie ha inventado la forma de teletransportarse a casa de los familiares…

 

2. Desde que soy madre de mellizos, ¡En Navidad siempre pasa algo!

Ya os conté en este post lo terriblemente accidentada que fue mi primera Navidad con mellizos. La segunda Navidad, en cambio fue mucho más tranquila en líneas generales, hasta que terminó la cena. Entonces mi hijo empezó a despertarse gritando desesperado una y otra vez, sin que nosotros encontrásemos ninguna explicación plausible a lo que estaba ocurriendo.

Hasta que descubrimos que algún alma caritativa, preocupada por si los pobres bebés pasaban frío en su cuna, había subido la temperatura de la calefacción hasta niveles más propios del desierto de Dubai en pleno mes de agosto. Con razón se despertaba tanto mi hijo, ¡Si el pobre duerme al lado del radiador! ¡Poco más y se nos derrite!

 

3. Los compromisos ineludibles

La Navidad es una época llena de compromisos de los que es muy difícil escaquearse (aunque reconozco que tener dos hijos pequeños ayuda bastante). Siempre tengo la sensación de que entre unos y otros me organizan la vida.

¿Sabéis lo que me apetecería realmente? Pues dejarme de cenas y comidas con gente que no te llama en todo el año y desaparecer dos semanas con mis hijos en una casita rural apartada del mundo. ¡Pero cualquiera se lo dice a la familia!

 

4. Decoración navideña a prueba de mellizos, ¿Existe?

Recuerdo como me molestaba, antes de tener hijos, que mi perro tirase sin querer las bolas del árbol con el rabo al pasar por delante. ¡Ilusa de mí, que el año pasado tuve que hacer verdaderas maravillas para que sobreviviera algún adorno!

Así que llevo desde el mes de agosto pensando en donde demonios voy a poner los adornos navideños este año para que no los pulvericen mis mellizos, ahora que aparte de mucha más movilidad, tienen una determinación imbatible. Si alguien sabe de algún tipo de decoración navideña que vaya colgada del techo, este es el momento perfecto para dejarme un comentario.

 

5. La pregunta del millón, ¿En tu casa o en la mía?

Ya dije hace un año que las madres recientes deberían estar exentas de celebrar la Navidad. Pero resulta que mis hijos ya tienen dos años y medio y sigo con los mismos dilemas. Cada elección tiene sus pros y sus contras.

Celebrar las reuniones familiares en tu propia casa tiene la ventaja de alterar menos la rutina de los niños, pero tiene el inconveniente de que te tienes que tirar dos días cocinando y luego se te queda la casa hecha un verdadero desastre. Y a ver quien es el guapo que se pone a recoger al día siguiente con dos mellizos completamente enloquecidos corriendo descontrolados con sus regalos.

Otro aspecto negativo de invitar a los familiares a tu casa es que tendrás que pagar el grueso de la cena. Y reza para que no se te apalanque algún familiar en el sofá hasta las tres de la mañana, y tengas que servirle una copa tras otra mientras luchas por no quedarte dormida de pie. Al menos yo, desde que soy madre, soy incapaz de aguantar hasta las dos de la mañana despierta ni aunque me eche una siesta de tres horas. Quien me ha visto y quien me ve.

Luego está la otra opción, ir a casa de algún familiar. Esa es la opción que vamos a probar este año, más que nada porque mover a toda la familia a nuestra casa ya no cuela, y yo me siento como un kamikaze japonés de la Segunda Guerra Mundial a punto de estrellarse irremediablemente. El principal problema que le veo a esta opción es el hecho de estar por la noche en un entorno no controlado y ajeno a mis hijos, por lo que pueden reaccionar de la forma más insospechada. Vamos, que me espero cualquier cosa y nada bueno, ¡Ojalá me equivoque!

 

6. Nunca se come a gusto de todos

Igual que dicen que nunca llueve a gusto de todos, tampoco existe un menú a gusto de todos. Si bien cuando todos los familiares éramos adultos el tema era más manejable, tiemblo sólo de pensar en la que van a montar mis mellizos en casa ajena el día de la cena de nochebuena.

Sobre todo me preocupa mi hijo, que últimamente ha decidido alimentarse exclusivamente de maíz, galletas y leche. Así que creo que lo que vamos a hacer es intentar llevar a los niños ya cenados, y si luego quieren picar algo que lo hagan, y si no tienen ganas pues no pasa nada.

Sea como sea, sospecho que los sufridos progenitores no vamos a poder cenar mucho, ya que cada vez que vamos a algún sitio mis mellizos se pasan las dos primeras horas literalmente pegados a nosotros. Y más me vale que se echen una buena siesta antes de ir porque como encima les entre sueño no me lo quiero ni imaginar la que se puede montar.

¿Y os he dicho ya que mi cuñado vive a unos 50 minutos en coche de mi casa? Esto es lo que va a pasar cuando volvamos a casa: los niños se van a dormir en el coche durante el trayecto de vuelta y luego se van a despertar en casa y no va a haber manera de que se vuelvan a dormir.

Sí, lo admito, me siento como lo que coloquialmente se denomina “acojonada” frente a mi primera experiencia navideña fuera de casa.

 

7. Elegir los regalos, difícil elección

¡Qué difícil es escoger el regalo adecuado! Siempre me ha costado mucho elegir regalos para según qué familiares, así que hace algunos años opté por regalarles cheques regalo o cajas de experiencias. Y como parece que el sistema funciona, repito la jugada año tras año.

Pero a mis mellizos, ¿Qué demonios les regalo si aún no hablan lo suficiente como para expresar sus preferencias? Ya os conté en este post que nunca soy capaz de acertar con los juguetes, así que lo he vuelto a hacer: Les he llevado a la tienda de juguetes y he comprobado in situ qué es lo que más les llamaba la atención. Y esta ha sido su elección:

mellizos cocina

Sí, no me he equivocado de foto: los dos han elegido una cocina de color rosa, el regalo más caro y aparatoso de toda la tienda, y que casualmente estaba convenientemente colocado en la entrada de la juguetería con todos sus accesorios. De hecho, todos los niños que pasaban, independientemente de su sexo, se quedaban fascinados. Estuvimos más de una hora allí metidos y no hubo manera de lograr que prestasen atención a ningún otro juguete, así que claudiqué.

Al final creo que he convertido un problema en una solución; al tratarse de un regalo relativamente costoso lo he financiado a través de un sistema de crowdfunding, o lo que es lo mismo, pidiendo limosna al resto de mis familiares. Así teóricamente sólo recibirán un regalo para los dos y evitaré llenar la casa con miles de juguetes que mis mellizos acabaran ignorando completamente pasados unos días.

Aunque, ¿Qué os apostáis a que en cuanto jueguen dos veces con la cocinita dejan de hacerla caso?  ¿Y si les gusta demasiado y haciendo el bruto la destrozan? O peor aún, ¿Y si no les gusta y la ignoran desde el principio? ¡Qué presión!

Por supuesto, me va a tocar a mí, que para eso soy la madre, montar la dichosa cocina. El dependiente de la juguetería me juró que él no había tardado más de una hora en montar el modelo que estaba expuesto, pero algo me dice que me estaba mintiendo descaradamente. Eso sí, como tarde más de 90 minutos en completar el montaje, pienso volver a la tienda cuando este hombre esté trabajando y soltar a mis hijos libremente durante una mañana entera, mientras yo observo estoicamente la escena tomando un café y leyendo el periódico. Quien ríe el último…

 

8. La maldita lotería que nunca me toca

 Ya que os he confesado todas mis miserias navideñas, de perdidos al río, aquí va la última: Nunca me ha caído bien el calvo de la lotería y detesto la voz de los niños de San Idelfonso, no lo puedo soportar, se me clava hasta las entrañas. ¿Pero quien les enseñó a cantar así los números de la lotería? ¿Y por qué lo siguen haciendo año tras año? ¿Acaso soy la única a la que le pasa esto? ¿Alguien se anima a abrir una petición en Change.org para acabar con esta tradición?

Pero esa no es la única razón que provoca mi animadversión a la lotería. Lo confieso, ¡No me gusta nada jugar a la lotería porque odio perder año tras año! Tengo 33 años de frustración acumulada a mis espaldas y ya empieza a pesarme (ambos, los años y la frustración).

Y seguro que estaréis pensando que ese problema tiene una solución muy sencilla; no volver a jugar y ahorrarme mi dosis anual de frustración. Eso es precisamente lo que hice un año -creo que fue el 2003- y resultó que a todos mis compañeros de trabajo les tocó un buen pellizquito menos a mí. Imaginaos la escena: Todos brindando enfervorecidos y yo con cara de póker delante del ordenador fingiendo que trabajaba. Supongo que ese es el precio de ir a contracorriente, pero desde que ocurrió no puedo evitar sentirme obligada a comprar un par de boletos por si acaso.

 

Y ahora, contadme qué planes tenéis vosotros. ¿Cómo gestionáis el tema de la Navidad y los niños? ¿Qué me recomendáis que haga? ¿Me compro un par de billetes a alguna isla caribeña y huyo despavorida sin mirar atrás? ¿Cómo sobrevivir dignamente a unas Navidades con mellizos de dos años? ¿Mejorará la cosa el próximo año?

 

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Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Prometo hacer todo lo posible para que paséis un rato entretenido en mi intento de acercaros al maravilloso mundo de la crianza múltiple; un mundo rodeado de mitos en donde tanto los retos como la satisfacción se elevan al cuadrado.

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19 comentarios en «Navidades con mellizos, ¿En tu casa o en la mía?»

  1. Yo estas son las segundas navidades con las gemelas, la primera tenían 20 días y recién salidas de la incubadora, así que ni nosotros fuimos a casa de nadie ni vino nadie a casa.
    Y este año con un añito, he dicho que no saco a las niñas de noche para ir a cenar a casa de nadie, y por supuesto follón en mi casa tampoco.
    Lo mejor que pude hacer es cambiar la decoración de mi salón, no tengo ni sillas ni mesas así que como no nos pongamos a comer en el suelo como los chinos jajajaa
    Así que como aún son muy pequeñas, pues en casita los 4 como cualquier día.
    Eso si un mini árbol de 60cm en un mueble alto y los calcetines para que papá Noel deje los regalitos jeje

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  2. Jajajaaja m ha encantado la descripcion aunque reconozco q yo si que la celebro mas desde q están ellos..aunque es así como cuentas un caos en la mayoria de las cosas. Yo el primer año en casa por lo de las rutinas..el segundo ..tambien porque seguían durmiendo fatal y eso de mover todo era una odisea..el año pasado yo embarazada otra vez como que no me apetecia así q a casa de mi hermano (eso si mi santa madre siempre cocina ella) y este año ya estábamos debatiendo sielpapa iba (no es amigo de estas cosas) pero al final vuelven los origenes y a casa de mis padres ..eso si cada hermano con 3niños casi.. uno de camino 🙂 lo de los regalos? Pufff ya están envueltos pero mi marido es de los q si pudiera le compraba de todo y ya tienen una habitacion O_o ..ahhh y la.cocinita también ha caído jiji será la edad
    P.d. felices fiestas…q de la loteria me cabreo si hablo jajjaaja

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  3. Primera Navidad con mis mellos a sus 5 meses, antes eran Navidades con mi familia y Noche Vieja con la de mi esposo pero este año para ambas fiestas harán cena en mi casa porque yo no muevo un dedo si no es para atender a mis hijos. Aún pusimos la decoración de siempre, ya se verá el año próximo. Igual no tenía muchos ánimos de fiesta pero cómo romperle la ilusión a la mayor?

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  4. Te deseo mucha suerte en tu aventura navideña. Nosotros al vivir tan lejos de nuestros familiares (8000 kms) pues ya no discutimos si en tu casa o en la mía, porque siempre nos toca en punto fijo 😉
    Yo con la decoracion he tenido suerte, el año pasado tenian 3 meses y no se enteraron muy bien de la festividad, pero este año con 15m las luces del arbol y del nacimiento les llaman la atencion y los adornos ni se diga, pero mamá siempre les dice: que si no se lo doy (el adorno) en las manos es porque no se puede jugar con el y si ya no hay remedio y lo tocan les digo: que lo pueden tocar en el arbol pero no lo pueden quitar y este año me ha colado, ya veremos el que viene que ya tendran 27 meses.

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  5. lo q me puedo reir leyendote jaja..éstas sn mis terceras navidades y seran las segunda q celebramos viniendo la familia a casa,porque creo q mis mellis están a sus anchas,y no ls alteramos muxo(cosa rara,ya d por sí sn 2 nervios),el año pasado djé a la gente en el salón y me fui a dormir cn mis mellis,y éste año,(SI AlGun familiar me lee )q lo tngais en cuenta,q hago lo mismo,en cuanto se pongan más pesado d lo normal,djo todo y a dormir…ah!y cocinar yo,para nada,cada uno se trae algo,tng suficiente cn tener a 2 pillos q apenas me djan ni limpiar…Flices fiestas adriana

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  6. La verdad es que para mi no fue ninguno de los primeros años tan traumáticos, la verdad es que leyendo tu post no me siento nada identificada, y eso que cuando aún no andaban mis mellis nació un tercero. Para mi fue todo lo contrario al nacer la Navidad volvió a cobrar sentido, igual he tenido mucha suerte, pero los adornos los han respetado siempre 🙂
    Suerte en las próximas a ver si poco a poco las disfrutas mucho más.

    Mamide3

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  7. El año pasado, que tenían mis enanos dos meses, no me quedó otra que claudicar e ir a casa de mi aghhhhhsuegra, porque mi marido se puso pesado, pesado, pesado…eso sí, con la promesa de ir al día siguiente a Huesca a casa de mi hermana…pero como no, su mamaíta, a las 8 de la mañana, cuando ya íbamos a salir de Barcelona, le llamó y, una vez más, le comió el coco, por lo que me quedé sin ir….eso sí, en venganza, no dejé que ellos se acercaran a los babies, con la excusa de que por culpa de la noche anterior, ni habían dormido y tenían que descansar…pero éste año, ME VOY A HUESCA SI O SI!!!!…que mi hermana tiene la casa y el menú preparados para mellis, ya que ella también tiene, por lo que sé que se lo van a pasar genial y no vamos a sufrir por la decoración…y como somos del mismo parecer y pensar, no criticará si duermen o no, si comen o no, no les intentará cebar, ni subir la calefacción, etc etc etc etc etc…

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  8. Yo estoy también un poco aterrada pq también es la primera navidad de mis mellizos de siete meses! Yo no sabia que decisión tomar si quedar en casa q menudo lío, entre haz cena, pon mesa, recoge…pufff no me lo quería ni imaginar y la otra opción era ir a casa d mi suegra, q no me resulta mala a pesar de que los peques no duermen en su cuna como en ningún sitio, así que veremos a ver que pasa pq x mucho que los eche en la silleta no se yo si dormiram y como no puedan dormir nos darán la noche y no podremos cenar…así que veremos a ver que pasa!

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  9. Estas serán nuestras terceras Navidades en mi casa. Tanto mis padres como mis suegros son muy buenos con nosotros y creo que podremos alargar unos años más 😉 las primeras mis mellizos tenían mes y medio y ni se enteraron, el año pasado ya les costó un poco más dormir, tuvimos que ir haciendo pausas en la cena… Y este año, con dos añitos no quiero ni pensarlo. Del tema regalos, cogí un catálogo de juguetes y fueron señalando. Lo puse en una lista y la familia va eligiendo como en las bodas jejeje. La decoración, hemos comprado adornos de cartón, tela, etc. así si los cogen no hay riesgo, pero están respetando mucho el árbol, me tienen sorprendida.

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  10. Muy identificada con tu post navideño!! La primer navidad con ellos fue tan terrible x que la pasamos en.la costa con la familia, mas cosas no pudieron, tormento fiebre y corte de luz fueron algunos de los condimentos de la noche, n s paso de todo, asi que esta vez decidimos hacerla en.casa para no cambiarles mucho la rutina, eso si nada de cocinar, encargo un catering y compre todo descartable para ni tener que limpiar nada dedpues! vamos a ver como nos va!!! Beso grandee

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  11. Nosotros disfrutamos mucho las Navidades. Las tres niñas están en el momento de la magia y la ilusión y lo vivimos así con ellas. Hay muchas cosas que hacer en estas fechas y eso, para esta madre hiperactiva, es el paraíso. Y la cena de Navidad, en casa. Somos un núcleo familiar reducido, por lo que nos juntamos sólo 12 personas (nosotros 5, los 4 abuelos y mi hermano con su pareja y su hijo). Cada uno trae una parte de la comida, ya hecha, para no ensuciar y el follón que se lía es muy similar al de cualquier otro día en casa… Así que yo lo prefiero. ¡Feliz Navidad!

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  12. jajaja como anillo al dedo la anécdota. Soy mexicana con mellizos de 2 años tres meses. Navidad solo fué comida en casa de mi suegra proque, aunque no me lo dicen directamente, no soportan los lloriqueos de niños cansados por la desvelada, ni yo soporto caras de disgusto cuando mis hijos cogen adornos en casas extrañas. Año nuevo con mis papás y salimos despavoridos después de las doce ya que como dices , mi Ana Cecilia y Jorge no podían dormir en un ambiente extraño. Se pusieron como locos!
    Saludos

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