Los mellizos, gemelos y trillizos tienen algo entre ellos al que llamo el espíritu solidario entregemelar. La solidaridad entre ellos me ha parecido un bonito tema para tratar en esta semana navideña.

Os pongo un ejemplo:

Los mellizos Marc y Julia tienen 3 años. Una tarde, los dos en casa con mamá, Marc se está comportando mal y no da señales de escuchar las advertencias de su mamá. Ella, ya harta, recurre a un truco bien conocido: ‘Hijo, si no me escuchas, Papá Noel no te traerá los regalos que pediste’.

‘Bueno, le daré los míos’, dice su hermanita sin pensárselo dos veces.

‘Ah, pues, Juli, pídele lo que quiero. Ya sabes, el barco de piratas’, le dice, muy astuto, su hermano.

‘Ah, no’, se apresura a explicar la madre, ‘Así no funcionan las cosas. Si tú pides lo de tu hermano, él no te traerá lo tuyo, Julia’. ‘Bueno, jugaremos con lo que me traigan’, acaba la hermana la discusión.

Salir en defensa del hermano gemelo, dentro y fuera del seno familiar, es un fenómeno que todos vosotros seguramente conocéis por experiencias propias.

‘¿Cómo reaccionaste?’, le pregunté a la madre. ‘Bueno, en el fondo me hizo mucha gracia, así que lo dejé estar. Esta solidaridad no la quiero estropear, me parece de lo más bonito que hay. Es más, cuando uno de los dos chiva alguna trastada del otro, me siento mucho más incómoda. En esa situación si que no se cómo reaccionar’.

La entendí. Este aspecto también a mí me cautivó desde que empecé a investigar sobre la relación entre los hijos nacidos de un parto múltiple. Para entender bien lo que significa ser gemelo y educar gemelos –antes de editar mi libro- pasé varios fines de semana en casa de una familia barcelonesa con mellizos que aún no tenían dos años de edad. Y justo uno de los recuerdos más vivos que guardo a esta experiencia es que cuando a uno de los dos dieron un caramelo, él antes de aceptarlo pidió otro para su hermano que en aquel momento no nos acompañaba. ¡Qué gesto más hermoso! Me dio la impresión de que él no pudiera disfrutarlo si su hermano no tenía el mismo privilegio.

¿De dónde viene este deseo de querer darle lo mismo al hermano gemelo? Quizás tenga que ver con que los gemelos en sus primeros años de vida se sienten como una entidad. El padre de Julia  corroboró este pensamiento con estas palabras:

«El otro día tuve que ponerle un límite a Marc. No quiso salir de la bañera en la que antes no quería entrar. Me enfadé y le saqué un poco brusco. Aquella noche Julia, cuando le iba a dar un beso, me dijo en tono indignado: ‘papá, hiciste daño a mi hermano’. Llego a pensar que si uno sufre, el otro siente esta pena en propia piel».

Puede que esto sea el comienzo del espíritu solidario entregemelar. Sea como fuere, lo cierto es que cuando crezcan y ya entiendan plenamente el significado del ‘yo’, esa solidaridad no suele desaparecer. Puede haber periodos de menos compenetración y complicidad, pero en general los gemelos, mellizos y trillizos suelen ser solidarios entre sí en todas las etapas de su vida. Y muchos, ya adultos, lo comentan como uno de los aspectos de los que más disfrutan.

En un siguiente post trataré el tema de cómo poner límites a pesar de este frente gemelar, y cómo actuar en caso de que se chiven las trastadas el uno del otro.

¡Feliz Navidad!

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