La historia de los gemelos Demian y Leonardo

Antes que nada me presento, soy Karina, de Mexicali, Baja California (México). Tengo 28 años, un niño de 7 años y mis gemelos de 3 meses y medio.

Empezaré por decir que planeábamos un embarazo para que mi hijo mayor tuviera un hermanito y eso nos costó dos años de búsqueda, con negativo tras negativo, hasta que un mes de abril del año pasado, faltando una semana para que viniera mi perido, me hice una prueba de embarazo y salió positiva. Esa misma semana empecé con manchados que según yo eran de implatación.

En fin, fui con cuatro doctores diferentes y no veían nada. No se veía saco ni latido ni nada. Yo ya tenía 8 semanas de embarazo y seguía con manchados por lo que me dijieron que el saco gestacional había colapsado y que habría que hacer un legrado. Ese fue un golpe muy duro para mi después de tanta búsqueda.

Mi esposo me dijo que no, que habría que buscar otra opinión ya que el ultimo doctor, aparte de no no ver nada, me quería someter a una biopsia porque tenia un papanicolao que había salido mal. Para esto mi suegra me dijo que ella me llevaría con su doctor y veríamos qué pasaba.

Ese doctor me mandá hacer antes que nada la famosa prueba de GCH cuantaitiva y pues me salía que si estaba embarazada y entonces me dijo que había que corroborar con un ultrasonido. Debo confesar que yo tenía toda la idea de que mi embarazo no se habia logrado cuando me dice la doctora ¨¿Ya sabes la noticia verdad?¨y yo, con mi cara de susto, le respondí que no y me dice «Pues felicidades, que vas a tener dos bebés».

No puedo explicar aún como me sentí cuando escuché el latido del corazón de mis bebes, de verdad que esa primera vez es casi casi mágico. De ahí en adelante fue tratamiento con progesterona y reposo hasta las 22 semanas por que tenía un hematoma.

Mi embarazo fue bastante bueno, sólo lo típico; la incomodidad para dormir, la falta de aire… etc. A las 29 semanas me detectaron diabetes gestacional y me inyecté insulina todos los días hasta que me alivié.

El día que me puse de parto y nacieron mis bebes (día 5 de diciembre, con 36+5 semanas) me pasé toda la mañana en el hospital haciendo trámites para programar mi cesárea, que sería el 12 de diciembre, pero ellos tenía otro plan. Ya tenía dolorcitos como desde hacía 4 días pero por tanta vuelta ese día en la tarde le dije a mi esposo que me llevara a urgencias.

Al llegar tenía 4cm  de dilatación y estaban los dos en cefálica. Me preguntaron si lo quería intentar por la vía natural pero la verdad es que me dolía mucho y, como sería sin medicamentos,  preferí la cesárea que luego se convertiría en una de las mejores decisiones de mi vida.

Entre que me llevaban a quirófano y me preparaban ya llevaba 7cm de dilatacion, y al cabo de unos minutos me dice la anestesista que venía el primero y nació Demian, con 51 cm y 2,570 de peso a las 11.31 pm. De repente sentí horrible, como que me faltaba el aire y me movían horrible la panza (sentía como la doctora me presionaba arriba del estomago), y me dijo la anestesista que mi bebé estaba atorado y estaban batallando para sacarlo. A a las 11.33 de la noche oi el segundo llanto y nació mi Leonardo.

Me los mostraron, les di un beso y se los llevaron a cuneros a revisarlos. Terminaron y en piso me los llevé conmigo. Estaban perfectos de salud y de peso y la doctora me dijo que la mejor decisión fue hacer cesárea porque nunca hubiera bajado solo y podría haber tenido más complicaciones.

Tuve problemas durante el posparto ya que me dejaron restos de placenta y tuve una infección muy fuerte acompañada de atonía uterina y 11 meses después de haber nacido mis bebés me practicaron un legrado. A partir de ahí todo ha sido muy bueno.

Mis bebés están enormes y muy sanos. Duermen toda la noche desde los 3 meses. Se duermen a las 11.30 de la noche y se levantan a las 8 o 9 de la mañana, son unos reyes, y aunque sí son un poco llorones por nada del mundo cambiaría esta experiencia de ser mamá múltiple. Es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Amo a mis 3 hijos y estoy muy agradecida con Dios por habermelos mandado.

Karina, madre de gemelos de tres meses y medio.

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