¿Qué te dirías a tí misma antes de ser madre?

Hace tiempo que os comencé a hablar acerca del experimento que nos propuso La New. Os recuerdo en qué consistía:

«Desde hace unas semanas, está rondando por internet un video que me parece espectacular. Se llama Reflections of Motherhood y reúne a muchas mamás reales, a las que se les preguntó:  Si pudieran volver al tiempo atrás, al momento antes de tener a su primer bebé, ¿qué se dirían a sí mismas? (…) La idea es aparecer en la foto con un cartel escrito con la frase que ustedes se dirían a si mismas, si pudieran volver al momento antes de tener a su primer bebé.»

Me ha costado un poco pero al fin he cumplido con mi parte. Y digo que me ha costado porque hay dos cosas que odio en el mundo; fotografiarme y hacer manualidades, y el experimento ha tenido un poco de ambas. Pero reconozco que también ha sido divertido 🙂 Estas son las frases que he elegido yo:

1. Todas somos la mejor madre para nuestros hijos, ¡Y todas cometemos errores!

Creo que el miedo a no ser una buena madre y a no hacer las cosas bien es un miedo universal entre todas las embarazadas del mundo. Y yo, que soy extremadamente perfeccionista, tenía un miedo terrible a equivocarme, así en abstracto. Vamos que mi miedo no iba enfocado a nada en particular, era un miedo escénico puro y duro.

Veintidos meses más tarde tengo asumido que no sólo no podemos evitar cometer errores, sino que encima cometeremos muchos más errores de los que esperábamos. Vamos que, por lo menos yo, me equivoco un par de veces todos los días (por eso salgo en la foto con las orejas de burro, o al menos lo más parecido que he encontrado), ¡Y no pasa nada! Cada error que cometemos no es sino una oportunidad para aprender y hacerlo mejor la próxima vez.

La madre perfecta no existe; todas somos buenas madres algunas veces, malas madres otras, y madres regulares, según el día que tengan nuestros peques y las fuerzas que tengamos en ese momento. Además, ¿Quién determina qué es una buena o mala madre? ¿Acaso hay un estándar de buenas prácticas?

Nunca dudéis que, pase lo que pase, vosotras sois las mejores madres del mundo para vuestros hijos. Por mucho que os equivoquéis. En la imperfección reside nuestro encanto, y estoy segura de que algún día nuestros hijos apreciarán todos nuestros esfuerzos para criarles lo mejor que podemos y sabemos (bueno, de esto último no estoy del todo segura pero afortunadamente aún queda mucho tiempo para comprobarlo).

2. Si sigues tu instinto no te equivocarás nunca. Cierra los ojos y escucha a tu corazón.

Vivimos en un mundo saturado de información, y lleno de gurús de la maternidad de todos los colores. Las futuras madres se ven bombardeadas por todo tipo de información contradictoria desde el mismo momento que dan a conocer su embarazo. ¿Pero cual es la respuesta correcta? Pues tengo una mala noticia: la respuesta correcta no existe. Al menos, no hay una respuesta unívoca para todos esos grandes dilemas de la maternidad que experimentamos (y hasta diría que afortunadamente, porque si no sería una experiencia muy aburrida).

Cada una de nosotras debemos buscar en nuestro interior la respuesta correcta para nosotras y para nuestros hijos, puesto que no hay dos mamás ni dos niños iguales en el mundo. Tenemos que aprender a escuchar menos a los demás y más a nosotras mismas, a nuestro instinto, a esa vocecita interior que muchas veces acallamos por miedo a equivocarnos.

La maternidad es un acto animal, primitivo, instintivo y salvaje. Y la respuesta está siempre en ese amor infinito que tenemos por nuestros hijos desde que son un puñadito de células.

3. La maternidad es una segunda oportunidad para volver a ser un niño, ¡Aprovéchala y disfruta!

Aquí donde me véis, soy una tía bastante seria la verdad, o al menos lo era en mi otra vida. Y mi niña anterior estaba muy perdida en el limbo de los tiempos. Pero desde que soy madre, de alguna forma he vuelto a ser niña otra vez, y he redescubierto placeres olvidados como hacer una guerra de agua, montarme en un columpio o tirarme a una piscina de bolas. Y sabéis qué, ¡Es divertido!

La maternidad es un aprendizaje constante y a veces es difícil lograr mirar el mundo a través de los ojos de nuestros hijos. Donde ellos ven miles de descubrimientos fascinantes, nosotros sólo vemos una cocina desordenada con todos los cacharros tirados por ahí. Entonces nos enfadamos y nos frustramos. Pero hay otra opción: Si no puedes con ellos, ¡Únete a ellos! O como dice la camiseta de mi hijo, «Join us!».

Ya habrá tiempo para limpiar el desastre, pero nuestros hijos sólo serán niños una vez en el vida. Así que quítate el traje de adulto responsable por un rato y ponte el disfraz de niño travieso. Verás qué no sólo relaja un montón sino que además tenemos miles de cosas que aprender de nuestros hijos.

Si algo nos caracteriza a las madres es que nuestro sentido del ridículo se ve notablemente mermado. ¡Y es tan liberador!

Por último os dejo con el video original que se hizo en inglés para que echéis un par de lagrimitas, ¡A ver si a nosotras nos queda tan bonito!

¿Y vosotras que os habríais dicho a vosotras mismas antes de ser madre? ¿Sois el tipo de madre que esperábais ser?

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