Gracias por vuestras reacciones al post anterior en el que traté el tema de la solidaridad entre gemelos, mellizos y trillizos. Cada uno de los comentarios es un testimonio precioso de este fenómeno, al que una madre bautizó como ‘una conspiración tierna contra los padres’. Este término me gusta y me parece muy adecuado, sobre todo cuando se trata de múltiples de tan corta edad.

En la mayoría de los casos, lo más aconsejable –algo que algunas de vosotras ya decíais – es reíros, dejaros enternecer y aceptar estas muestras de amor y solidaridad. En absoluto es una conducta despreciable. El hecho de que se defiendan el uno al otro, que se enfaden con sus papás por castigar a uno, son conductas positivas y dignas de celebración. El compañerismo y la lealtad no es algo que haya que enseñarles; de modo espontáneo surge entre los hijos nacidos de un parto múltiple.

Por tanto, hasta cierto punto, no veo un problema en esa conspiración doble o triple.  Hasta cierto punto, ya que es cierto que pronto aprenden que la unión hace la fuerza. No podemos negar que extraen fuerza el uno del otro. Y ellos deben entender que esta fuerza no significa que siempre se hará lo que ellos pidan. Un ‘no’ vuestro sigue siendo una negativa por mucho que uno se compadezca del otro. Sois vosotros lo que tienen las riendas y no ellos. Y el peligro de que ocurra esto último es algo más elevado en los gemelos, mellizos o trillizos.

Tener dos o tres hijos de la misma edad, cada uno con su vocecita convincente, os exige tener claros vuestros principios y saber cuáles son vuestras normas; qué es lo que toleráis y lo que no. A veces para descubrir las propias convicciones es bueno hablarlo entre los dos en un momento tranquilo. Vuestra situación, educando a gemelos o trillizos, os exige ser decididos y estrictos y no demasiado permisivos ni condescendientes.

Volviendo al ejemplo del post anterior, ante el comentario de Julia sobre que compartirá sus regalos de Papá Noel con su hermano (ante la amenaza de su madre diciendo que él no recibirá nada si sigue comportándose mal), la respuesta podría ser algo como:

‘Sí, cariño, está muy bien que quieras compartir tus regalos con tu hermano, pero él debe ahora escucharme a mí, tal y como a veces te pido a ti. Esto es algo entre mamá y tu hermano’.

Su unión es bonita y especial, pero sois vosotros los que mantenéis el orden y dictáis las reglas. Por mucho que se defiendan o griten en voz alta que ‘esto no es justo’, vosotros os tenéis que mantener firmes vuestras ideas. Yendo por este camino, no podéis andar muy equivocados.

Y, ¿Cuándo ocurre lo contrario y se chivan las conductas del otro u otros? Esto es todo lo contrario a este espíritu solidario que vemos entre los hijos nacidos de un parto múltiple. Lo comentaré en el siguiente post.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

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