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Embarazada de mellizos a los 53, ¡Yo que nunca quise hijos!

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Por Somos Múltiples

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Embarazada de mellizos a los 53, Anne tuvo que escuchar de la boca de su propia madre que estaba “loca y era demasiado vieja”. 

Otra persona les dijo que deberían demandar a la clínica por haberles aceptado como pacientes. Y su propia pareja tampoco se mostraba entusiasmada precisamente.

Pero a pesar de todo, cuando echa la vista atrás no duda en calificar su experiencia como la mejor decisión de su vida.

Hoy os traemos la historia de una maternidad múltiple muy diferente a las historias de padres de gemelos y mellizos a las que estamos acostumbrados, ¿Cómo es tener mellizos con 53 años? La propia Ann nos cuenta su historia esta semana, en la edición internacional de Huffington Post:


“Tuve mellizos a los 53.

Mientras que algunas niñas adoran imaginar su futuro traje de novia, y planificar cuántos hijos quieren tener, yo no hice ninguna de esas cosas. En vez de eso, escalé muchas montañas en el noroeste del Pacífico, obtuve titulación universitaria, trabajé para una conocida compañía tecnológica como diseñadora instruccional para, finalmente, sorprenderme a mí misma casándome a los 45.

Aún así, el hecho de tener hijos no me interesó hasta que tuve 52, cuando me tomé un tiempo de descanso de mi trabajo para reevaluar lo que quería hacer el resto de mi vida. 

Cuando finalmente supe que quería hacerlo, la toma de consciencia me golpeó con una fuerza increíble. Estaba segura de que quería criar hijos- y criarlos de la manera en que a mí me hubiera gustado que me criasen. (…)

Antes de que pudiera quedarme embarazada, tuve que superar algunos obstáculos. Pasé una menopausia prematura a los 40, así que ya no ovulaba, y mi marido de 58 años se había hecho una vasectomía a los 30. A pesar de esos obstáculos, yo estaba empeñada en encontrar una forma de llevarlo a cabo.

Sabía que quería gestarles. Nunca consideré que la subrogación o la adopción fuesen una opción para mí.

Me informé de todas las posibilidades y pedí cita con un especialista. Cuando se lo dije a Barry, que es capitán de aerolínea, le pillé en Sydney, Australia, y al otro lado del teléfono se produjo un silencio atronador. Se mostró de acuerdo con acudir a la cita cuando volviese a EEUU pero solo, tal y como supe después, porque pensaba que con su vasectomía concebir un bebé resultaría imposible.

Cuando fuimos a ver al doctor, se pasó toda la cita leyendo un viejo ejemplar del Newsweek. Cuando nos dijeron que aún se podía extraer algo de esperma de su cuerdo, oí un ruido sordo mientras la revista caía en su regazo.

“¿Queréis ver la carpeta de las donantes potenciales” nos preguntó.

“¡Claro!” Contesté yo.

Fuente: Huffington Post

Aunque yo tenía varios problemas de salud, incluyendo la enfermedad de Addison, artritis reumatoide y sarcoidosis, el doctor me aseguró que podría quedar embarazada usando óvulos de una donante. (…)

Si no hubiese estado totalmente segura de que quería hijos, probablemente me habrían disuadido esa gran mayoría de comentarios negativos que recibí cuando le contaba a la gente mi plan. (…)

Un miembro de mi iglesia me dijo que “un montón de gente piensa que eres egoísta por traer al mundo niños a tu edad”.

Y mucha, mucha gente me preguntó si nos dábamos cuenta de lo difícil que es criar niños, más aún con nuestra edad. Pero cuando mi mejor amiga de la infancia rompió en lágrimas de alegría, supe que con su apoyo y el de Barry ya estaba lista. (…)

Cuando llegó el momento de preparar mi cuerpo para recibir a los embriones, no fue fácil ni rápido. Hubo reuniones con equipos de especialistas. Tuvieron que ponerme innumerables inyecciones. Tuve que someterme a un doloroso examen físico para asegurarme de que mis ovarios y mi útero estuvieran sanos. Tuve que administrarme yo misma un pinchazo en el culo y otro en el estómago cada día, durante varios meses. Y tuve que sincronizar mi sistema reproductivo, recientemente resucitado, con el de mi donante de óvulos. Fue tedioso y caro, tanto que tuvimos que rehipotecar la casa. (…)

Mi embarazo múltiple fue un suspiro. Mis tres enfermedades autoinmunes permanecieron en remisión debido a que los bebés excretaban sustancias químicas antiinflamatorias que impedían que mi cuerpo les rechazase. Me sentí lo mejor que me había sentido jamás. Claro que tenía náuseas 24 x 7 -casi todo me generaba malestar, incluyendo algunos olores y comidas- pero no me importó.

A pesar de mi edad, mis enfermedades autoinmunes y las dificultades que pueden aparecer con cualquier embarazo, me sentía extrañamente calmada.

Tenía total confianza en que esos bebés nacerían sanos. (…) A las 32 semanas, sin embargo, supe que algo iba mal.

Fuimos al hospital, en donde me ingresaron con preeclampsia. Mi equipo médico decidió hacerme una cesárea y el pequeño Barry nació a las 6:01 pm, seguido por la pequeña Anne a las 6:04 pm. Sus pulmones estaban completamente desarrollados, pero tuvieron que permanecer en Neonatología ingresados para aprender a succionará tragar y respirar correctamente.

A mí no me fue tan bien. Tuve una hemorragia en la mesa de operaciones, perdí ocho unidades de sangre y pasé tres noches en la UCI. Cinco días después me dieron de alta en el hospital, tras terminar otra experiencia inolvidable de contacto “piel con piel” con mis bebés.

Fuente: Huffington Post

Estaba hablando con un especialista en lactancia justo antes de salir del hospital cuando de repente escuché un gran ruido. Una gran cantidad de líquido de mi abdomen salió a través de mis puntos, empapó mi ropa y cubrió el suelo. En lugar de ingresarme en la sala de maternidad, me hicieron ir a la sala de emergencias, donde estuve sentada con una bata de hospital abierta por detrás en una silla de ruedas sucia durante cuatro horas. Contraje SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) durante ese tiempo, por lo que mi incisión no se curó adecuadamente y me vi obligada a visitar un lugar extraño llamado Clínica de Heridas cada pocos días. (…)

Un mes después, me cerraron la incisión y los bebés finalmente regresaron a casa. (…)

Dada mi edad, mis padres eran muy mayores para ayudarme. Barry pasaba en Australia y Nueva Zelanda tres semanas al mes, por lo que estaba básicamente sola con los bebés. Dormía una media de tres horas cada noche. (…)

No fue fácil y el tiempo pasó muy lentamente, pero los bebés eran maravillosos y me sentía muy bendecida de tenerles.(…)

Después de varios meses, comencé a salir más para no volverme loca. Me uní a varios grupos de madres, pero me hacía sentir incómoda el hecho de ser varias décadas mayor que las demás. 

Cuando los mellizos tenían tres años mi marido se retiró y yo volví al trabajo, pero tras seis meses me di cuenta de que mi cabeza no estaba en su sitio y me jubilé también.(…)

Les llevaba a museos, galerías de arte, zoos, acuarios, centros de ciencias, ríos, al océano, a lagos y más. Invariablemente, allá a donde fuera la gente pensaba que yo era su abuela. A veces les corregía, y se mostraban avergonzados y sorprendidos, pero muchas veces simplemente lo dejaba estar. No me molestaba e, increíblemente, tampoco molestaba a los niños. Y aún no les molesta. Disfruto contando a la gente nuestra historia, y la gente muchas veces se muestra maravillada y sorprendida. Mucha gente me llama “valiente”, cosa que aún no entiendo.(…)

El instituto fue un tema totalmente distinto. De pronto, junto con las buenas notas (gracias a Dios), llegaron las palabrotas y las malas contestaciones. Echo de menos los dulces y alegres bebés que una vez tuve. (…)

Ahora tengo 67 años, y un marido de 73 años. A pesar del viaje tan increíble y difícil que hemos compartido -y a pesar de mi preocupación de que podríamos haber fallecido antes de su vida adulta- no habría hecho nada distinto. Los padres pueden ponerse enfermos a cualquier edad y dejar a sus hijos huérfanos, pero pocos padres tienen el tiempo libre que nosotros hemos podido dedicarles.(…)

Tener a Anna y a Barry habido absolutamente la mejor decisión que he tomado nunca. Y es, desde luego y sin ninguna duda, la cosa más enriquecedora que he hecho en mi vida.»


Fuente original: I Never Wanted Children. Then I Got Pregnant With Twins At 53.

Traducción libre realizada por Somos Múltiples


Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Prometo hacer todo lo posible para que paséis un rato entretenido en mi intento de acercaros al maravilloso mundo de la crianza múltiple.

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